Apenas 20 horas después. Imposible arrancarse de la cabeza que el trayecto que iban a realizar era el mismo que el día anterior segó la vida a 78 personas, dejó heridos a más de un centenar y legó para la memoria colectiva imágenes dantescas, imposibles de comprender.

Pero la vida sigue y ayer un tren como el siniestrado tuvo que hacer esa misma ruta, la de Madrid-Ferrol. Los pasajeros del convoy que cubrió el mismo trayecto del Alvia 04155 siniestrado en Santiago de Compostela se subían a los vagones "impactados" por la imágenes del accidente pero confiando en que "hoy es el día más seguro" para viajar.

A las 14:30 la megafonía de la Estación de Chamartín, en Madrid, anunciaba la colocación del tren Alvia 04155 en la vía 16, a la que se dirigieron las decenas de pasajeros. Aunque su salida estaba prevista a las 15:00, una vez cerradas las puertas tuvieron que esperar casi 43 minutos para que arrancaran las máquinas.

En la fila de espera, algunos pasajeros reconocían que tras enterarse del accidente pensaron en anular su viaje, pero al final optaron por continuar con sus planes. "Me lo he planteado, pero hoy es el día más seguro", explicaba Belén Méndez. En esto coincidía Alicia Dapena, que acudió a la estación a despedir a su madre y una amiga, que viajaban a Galicia. En un principio pensaron en comprar los billetes para ayer, aunque al final decidieron hacerlo el día 25, porque pensaron que la víspera del festivo viajaría mucha gente. "Menos mal...", añadía Dapena. Tiene "muchos amigos" que hacen este trayecto en tren. "Todos recomiendan ir en tren, porque es mucho más seguro".

Aunque algunos viajeros no podían esconder la preocupación, también aseguraban que no tenían "miedo". Pero sí "una inmensa tristeza", explicaban Julia García y sus dos hijos adolescentes, que residen en Suiza y están veraneando en Galicia. Se habían trasladado a Madrid para hacer turismo unos días y como otros pasajeros, también pensaron en viajar ayer pero cambiaron a última hora de idea.

"Ahora sólo puedo pensar que fue un regalo de Dios", explicaba uno de los hijos, que aseguraba que no puede dejar de acordarse de los fallecidos. "Uno ya es mucho, ahora hay más de 78 familias pasándolo muy mal", decía.

El tren salió a las 15:43 de Madrid. Debido a las desvíos que fue necesario realizar en las rutas ferroviarias que llegaban a Santiago, los pasajeros tuvieron que cambiar de tren en Medina del Campo, en la provincia de Valladolid para llegar con destino final en Ferrol.

Una ruta ésta que no quisieron hacer aquellos familiares de las víctimas de la catástrofe. Aunque Renfe informó de la posibilidad de que algunos familiares de las víctimas del accidente viajaran en tren hacia Galicia -para lo que se bloquearon las plazas que estaban sin vender- finalmente ningún allegado de los fallecidos y heridos se subió en este tren.

Asimismo, el ayuntamiento de Santiago de Compostela, Ángel Currás, explicó ayer que se ha habilitado una línea de autobús permanente en el edificio municipal donde están alojadas y atendidas las familias de las víctimas y varios establecimientos hoteleros donde pueden descansar los familiares, que han cedido también sus instalaciones en estos durísimos momentos que les toca vivir.

La solidaridad del pueblo gallego quedó de manifiesto en la rápida y multitudinaria respuesta al llamamiento para la donación de sangre en el complejo hospitalario universitario de la ciudad de Santiago y en otros centros de la comunidad. La respuesta fue de tal magnitud que los sanitarios recomendaron retrasar las donaciones para los próximos días.