Arcos estrena este viernes nuevo gobierno de coalición tras la investidura del popular Miguel Rodríguez, que ya es alcalde de la localidad más grande de la Sierra gracias al apoyo de las nueve actas de ediles del PP, partido q ganó las elecciones, y los tres de la formación local AIPro. El acto es la última investidura de la provincia de Cádiz, ya que quedó aplazada por una reclamación de VOX a la junta electoral.

El teatro Olivares Veas fue el escenario de la constitución de la nueva Corporación Municipal, que cuenta con 21 concejales, 12 ediles que formarán parte del gobierno PP-AIPro, más ocho concejales del PSOE y uno de IU. Hay que recordar que PP-AIPro firmaron un pacto de gobierno a principios de junio, que desbanca al hasta ahora alcalde de Arcos, el socialista Isidoro Gambín, que llevaba ocho años en el poder. De esta manera, el PP vuelve a la Alcaldía serrana tras el mandato de 2011-2015 y lo hace otra vez apoyado por la formación local AIPro como pasó entonces para garantizar la gobernabilidad en el pueblo.

El pleno de investidura del nuevo alcalde del PP Miguel Rodríguez arrancó sobre las doce y media de la mañana con la constitución de la Corporación Municipal y la mesa de edad que estuvo integrada por el edil más joven, de IU, Miguel Ángel Ortega y el de más edad, Leopoldo Pérez, de AIPro. Tras la toma de posesión de los concejales, se celebró la votación de la investidura, que se realizó mediante votación secreta. Se presentaron como candidatos Miguel Rodríguez, del PP, que fue la fuerza más votada el 28-M obteniendo nueve ediles; el PSOE con su candidato y ya ex alcalde Isidoro Gambín, que cuenta con ocho ediles en el pleno, y Miguel Ángel Ortega, candidato de IU, que se votó así mismo.

Como cabía de esperar, Miguel Rodríguez aglutinó la mayoría absoluta, con 12 votos, los de su grupo del PP, más los de AIPro, frente a los ocho que recibió Gambín. Tras tomar posesión, el nuevo regidor del PP se dirigió al resto de la Corporación y a los vecinos y simpatizantes reunidos en el emplazamiento.

“Quiero hablar desde el corazón porque creo que hay pocos honores más importantes en la vida como ser alcalde de tu pueblo, además de entregarte a tu familia”. Con estas palabras arrancaba el primer discurso que pronunciaba el nuevo alcalde de Arcos, Miguel Rodríguez, de 28 años de edad, ex delegado territorial de la Junta y abogado de profesión, que inicia la andadura de este mandato apoyado por sus socios de AIPro. Rodríguez tuvo palabras de recuerdo del que fue el primer alcalde de la Democracia en Arcos, el socialista y recientemente fallecido Jesús Ruiz, como el resto de portavoces de los grupos que también intervinieron. Inició su charla asegurando que dibuja un proyecto para la localidad con vocación de no ser “cortoplacista” en el tiempo para que ponga a “Arcos a funcionar” y “se nos llene la boca cuando hablemos de nuestro pueblo”, dijo. Arropado por distintos cargos provinciales del PP, entre ellos la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, el recién estrenado regidor señaló que “el Gobierno de Juanma Moreno estará presente en el municipio y será nuestro aliado”. Quiso mandar, también, en su intervención dos mensajes. Por un lado, dio las gracias al apoyo de sus socios para llegar a un acuerdo porque, a su juicio, el entendimiento “ha sido fácil a nivel programático”, y por otro lado, mandó un mensaje de “tranquilidad” a los habitantes de este municipio porque “ambas formaciones de este gobierno tienen experiencia en la gestión local y sabemos anteponer los intereses del pueblo”.

El resto de grupos municipales también se pronunció, destacando el discurso del regidor saliente socialista, Isidoro Gambín, que realizó una defensa de su gestión en la Alcaldía en estos ocho años. Apeló a la bajada del paro en la ciudad, con 2.000 desempleados menos que en 2015 cuando llegó; a las inversiones en el pueblo; la regularización de cuentas y estabilidad de la plantilla municipal, y a proyectos de calado como el circuito de velocidad o las plantas de hidrógeno verde, en marcha. Gambín prometió una oposición “constructiva y colaboradora”, pero sin olvidar la labor de fiscalización a la nueva coalición.