Almendras, pistachos y algarrobas ganan terreno en la Sierra de Cádiz
Diversificación
La cooperativa Los Remedios en Olvera abre una línea de comercialización de frutos secos tras trabajar con sus asociados en nuevos cultivos. Las leñosas despuntan en la comarca como alternativa al cereal para aliviar las rentas
Un kilo de algarrobas se pagará al agricultor esta campaña agrícola, que arranca, por encima de los dos euros en una cooperativa de la Sierra gaditana. Algo impensable hace un par de años cuando el mismo kilo de algarrobas se cobraba sobre los 40 y 50 céntimos. El fruto de este árbol leguminoso, manjar para distintas cabañas ganaderas, ha disparado este año su cotización porque cada vez más se utiliza su semilla en la industria agroalimentaria como espesante natural y además, se emplea también en la cosmética mientras su vaina se destina para alimentación animal.
Y como el mercado manda, el sector agrario quiere adaptarse a otros cultivos alternativos para buscar rentabilidad y ya hay agricultores de la Sierra que se han adelantado y llevan varios años realizando plantaciones de algarrobos en lo que parece un nuevo nicho productivo.
Algo parecido pasa con la almendra y el pistacho, cultivos leñosos que están empezando a ganar terreno en esta comarca serrana ante la alta demanda en el mercado de los frutos secos y la manifiesta y continua pérdida de renta agraria del cereal. No es casual que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivo de España (Esyrce), haya reflejado un crecimiento de estos cultivos leñosos durante 2021 en detrimento de la tierra arable. Por ejemplo, las plantaciones de almendros de un año de edad ocuparon 7.530 hectáreas en Andalucía en 2021; las plantaciones jóvenes 42.513 ha., y las plantaciones en producción ascendían a las 51.303 ha.
En la cooperativa de Los Remedios Picasat, con sede matriz en Olvera y de las más importante de la provincia, andan estos días en plena campaña de recogida de almendras, recepcionando y manipulando el producto de sus socios para su posterior comercialización. Esta organización con gran peso olivarero y de producción de aceites planteó en su día a sus socios estas plantaciones de almendros como alternativa y llevan tres años en ello. Hace unos días arrancó la campaña que se prolongará hasta mediados de septiembre y que cerrará la cosecha con unas 600 toneladas de almendras, que se comercializarán a granel en distintos puntos de Andalucía y zonas turroneras del Levante. Principalmente, la variedad que se trabaja es la laurrane, pero hay también plantaciones de constante, guara y marcona. La capota del fruto también se destina para alimentación animal.
“La cooperativa Los Remedios lleva entre siete y ocho años trabajando en la diversificación de cultivos. No solo se ciñe a Olvera sino a las comarcas de la Sierra de Cádiz, Sierra Sur de Sevilla y Sierra Norte de Málaga, donde se ubican nuestros socios. Para ello se creó un departamento técnico con un ingeniero agrónomo y se empezó a trabajar con nuevas plantaciones de pistachos y almendros. A partir de ahí, a los agricultores que tienen terrenos favorables para esos cultivos se les hace una planificación sobre terrenos y condiciones climáticas y se les diseña las plantaciones de pistachos, almendros, y ahora desde hace varios años hemos incorporado el algarrobo. Llevamos ese tiempo trabajando a pie de plantaciones y ya hay resultados”, explica Antonio Gerena, director de esta sociedad cooperativa. Y los resultados son que ya hay un grupo de agricultores que están produciendo almendras y otros que se encuentra en las fases previas con plantaciones de uno o dos años supervisadas por el departamento técnico de esta cooperativa con el ingeniero agrónomo Francisco Macho Domínguez al frente.
Ante estos retos que plantean la diversificación agraria para buscar la competitividad en los mercados, Los Remedios construyó una planta decapadora, donde se quita la caperuza a la almendra y se clasifica este fruto para la comercialización. Ya en un futuro cuando la entidad gane cuotas de mercado tiene en mente empezar a trabajar en otras líneas del proceso, como, por ejemplo, la adquisición de una partidora.
Además de la campaña de la almendra el centro cooperativista olvereño está inmerso en la recogida de la algarroba, que se calcula que llegará a las 100 toneladas para ponerlas en el mercado.
Otra división por la que la cooperativa Los Remedios apuesta es por ofrecer asesoramiento técnico en la siembra de pistachos, facilitando pies y yemas para las plantaciones y en un futuro hacer la comercialización de este producto. “Es un cultivo que necesita 7 u 8 años para dar cosecha. Todavía estamos en la fase técnica de implantación, trabajando con los socios, haciendo seguimientos en la finca, recomendando el patrón y la variedad que mejor se adapta a sus tierras porque el pistacho necesita unas horas de frío para desarrollarse como cultivo”, explica el director de la sociedad, que adelanta que Los Remedios (www.remediospicasat.com) trabaja ya en el diseño de instalaciones para la recepción y secado del pistacho como paso previo a su también comercialización. Los primeros pistachos se verán en un par de años. Aunque hay que recordar que en Olvera hay experiencia con éxito, desde hace 20 años, de algún agricultor que optó por el cultivo de este fruto seco .
¿Y por qué se está dando últimamente ese auge en nuevos cultivos arbóreos o leñosos en la Sierra? En muchos casos el problema que hay detrás de esto son los precios del cereal y la paulatina pérdida de renta para muchas explotaciones agrarias. “Esas fincas han tenido que buscar una alternativa. Igual que en su día pasó en la campiña de Jerez con el cultivo de la remolacha, que se fue sustituyendo por otros, el mercado final es el que da la clave”, constata Antonio Gerena.
Y añade el responsable de la cooperativa respecto a la labor que ofrece la entidad a sus asociados: “No es más que sacar rentabilidad a lo que está en el mundo agroganadero, no hay otro afán. Cuando vemos ganaderos, a los que les recogemos los terneros o las vacas para su comercialización y tienen en una zona de la finca 8 o 10 mil kilos de algarrobas pues creo que estamos en la obligación de defenderles ese producto. Con el tema de la almendra pasa igual. Si hay agricultores que tienen olivar, que es un cultivo que está concentrado en una época del año y además, ese mismo socio no quiere tener todo su riesgo empresarial en el aceite pues una forma de darle una alternativa es que ponga almendros en una parte de esa finca. Habrá años en que los dos cultivos, el olivar y el almendro, vayan bien o años en que vayan regular porque el mercado no se puede controlar, pero habrá años que un cultivo vaya mejor que el otro y compense pérdidas. Es una forma de buscar opciones”, concluye Gerena.
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