La Tribuna Cofrade

El respeto de las cofradías

  • Para reclamar el papel que las hermandades merecen tienen que ser repetadas primero por quienes las conforman

  • ¿Vía crucis estático o en movimiento? El debate está servido

Un cirio encendido

Un cirio encendido / Lourdes de Vicente

Siglos de historia y tradición a sus espaldas; una presencia ininterrumpida que no ha entendido de conflictos políticos, guerras, desastres naturales, crisis ni tantos obstáculos como la ciudad ha encontrado en su historia más reciente. Centenares de gaditanos, generación tras generación, luciendo su apellido en las nóminas. Un patrimonio que ha ido creciendo o menguando en base a los tiempos, y que ha sabido adaptarse a las modas. Y unas devociones, unas imágenes titulares, que son la envidia de muchos por su elevada valía artística. Solo algunas de estas pinceladas deben servir para tomar conciencia del respeto que merecen las cofradías. Un respeto que hoy hay que exigir no al de fuera, no al que no entiende y se mofa, insulta, o no trata con el tacto y la atención debidos; sino al de dentro, al que participa de manera desacertada, al que no está a la altura de la representación que ha elegido para la institución a la que se ha incorporado.

Se vienen sucediendo en los últimos días y semanas una serie de hechos que bien merecen un toque de atención como el del hermano varilla de nuestra niñez. Cuestiones que es difícil dejarlas pasar porque no dejan a las cofradías en buen lugar; porque las hermandades no son peñas cadistas, ni las imágenes están concebidas para que su culto se convierta en la pasarela de Milán o en la Fashion Week del mayordomo o vestidor de turno.

El respeto que merecen las cofradías debe comenzar dentro de ellas, en sus gobiernos, en sus cargos de confianza, en su forma de proyectarse al exterior. Y una vez ese respeto esté meridianamente implantado entre los cofrades, ni siquiera será necesario exigirlo a terceros.

Ahí está la clave, en cofrades que tengan respeto por esto, que es algo muy serio y no un juguete con el que entretener una vanidad, una jubilación o cualquier otro interés secundario. En que aquel que entre en una junta de gobierno sepa dónde entra y para qué; y el que no lo sepa, que ni se plantee entrar; y el que no sepa montar altares, que no lo haga ni acepte esa encomienda, por respeto a las hermandades.

Si hubiera respeto, cuando un cura cada vez más dictatorial quisiera cargarse de nuevo a una junta de gobierno y nombrar un comisario nada menos que por cuatro años, no encontraría la respuesta cómplice y pelotera del cofrade de turno; porque entonces el problema no es el cura con su brusquedad y su pisoteo a la institución cofradiera, sino el menearrabo que le dice que cuente con él obviando la norma diocesana.

Es deber de los cofrades respetar al máximo las instituciones, exigir ese respeto de puertas para adentro e inculcarlo a las futuras generaciones. Sólo así las cofradías podrán seguir robustas sorteando las embestidas propias de la historia, como lo han hecho siempre sin recurrir a tuits desacertados, vestimentas extravagantes ni montajes más propios de una parodia que de unos cultos.

El vía crucis

Las imágenes del viacrucis de hermandades de Cádiz. Las imágenes del viacrucis de hermandades de Cádiz.

Las imágenes del viacrucis de hermandades de Cádiz. / Lourdes de Vicente

En líneas generales fue positiva la tarde-noche del pasado lunes, protagonizada por un Señor de la Sentencia que brillaba en el altar mayor de la Catedral (aunque determinado canónigo se queje también ahora de que las imágenes ocupen ese sitio). Quizás le faltó algo de pellizco cofradiero a la jornada, detalles que se acerquen al modo de celebrar de las hermandades y que se le escaparon a la permanente, demasiado implicada en otros asuntos que no deberían ser de su incumbencia (como el cartel o los traslados de la imagen). Finalizado el rezo de las catorce estaciones, se ha generado cierto debate respecto a la fórmula estática o el vía crucis en movimiento como se hacía hasta 2020. La permanente de Jurado será la que tenga que poner en la balanza una u otra fórmula de cara a 2023.

Detalles

Los que dejó el vía crucis, algunos positivos y otros negativos. Entre los más comentados, la presencia del deán sin el correspondiente y oportuno hábito coral, o el desarrollo de las trece últimas estaciones con los asistentes sin moverse de su asiento. Defienden algunos que el vía crucis está hecho para recorrer los pasos de la Pasión; es decir, para que se rece en movimiento. Y si la pandemia u otro criterio (no se puede olvidar el stand del acceso turístico, que impide el tránsito normal del cortejo por el trascoro) aconsejan hacerlo de manera estática, el rezo de las estaciones (no así la meditación) debería haberse hecho en pie. El agustino Marcos Peña se encargó de la redacción de las meditaciones que acompañaban a las estaciones, de enorme calado en algunos casos. El consejero de formación, Ramón Medel, estuvo impecable como maestro de ceremonias en el altar mayor, atento a todo y a todos; hasta le llevó en la mitad del vía crucis un vaso de agua a Zornoza. Llamativa, por no decir alarmante, ausencia de curas; o pasan olímpicamente de las cofradías, o quieren significar una y otra vez el distanciamiento con el obispo. Se echó en falta más espontaneidad a la hora de portar la parihuela, más participación de hermanos, devotos y demás al margen de su cuadrilla de cargadores.

Sin indulgencia

Sí se ha producido un hecho cuanto menos curioso o llamativo respecto al vía crucis. Recordaba el libro editado por el Consejo que este ejercicio va acompañado de indulgencia plenaria; y especificaba que para ganarla “se requiere el paso de una estación a otra”. “Si el piadoso ejercicio se practica públicamente y el movimiento de todos los presentes no puede efectuarse sin evitar el desorden, basta con que quien dirige el ejercicio se traslade a cada estación sin que los demás se muevan de su lugar”. Este punto, claramente especificado por la propia publicación del Consejo no se cumplió, por lo que las indulgencias quedan en el aire; o directamente en suspenso.

Humildad

El Cristo de la Humildad, tras su salida este viernes en el nuevo templete. El Cristo de la Humildad, tras su salida este viernes en el nuevo templete.

El Cristo de la Humildad, tras su salida este viernes en el nuevo templete. / Jesús Marín

Hasta primera hora de la mañana del viernes, apenas 14 horas antes de sacar el Cristo a la calle, no terminaron en San Agustín el montaje del nuevo templete que supone una curiosa recuperación histórica para las cofradías y la ciudad de Cádiz. Han constatado en la hermandad que el palio ha quedado algo bajo de altura, por lo que ya plantean sucesivas reformas y mejoras en los próximos años para rematar este conjunto que pese a esos posibles pequeños defectos es muy curioso; además de otorgarle más aire en el interior, se van a dorar las columnas de las esquinas y bordar las bambalinas del dosel.

Música

De gran nivel la que tendrá la Cuaresma gaditana. Al concierto de Rosario, Tres Caídas y Centuria del día 23 y el de Al Palo con Cigarreras y Maestro Montero el 29 se le une el de Tejera en Servitas, fijado para el día 20. Las entradas, a 10 euros, ya están disponibles.

EL DETALLE. La medida perfecta

Altar de quinario de la cofradía de Vera-Cruz. Altar de quinario de la cofradía de Vera-Cruz.

Altar de quinario de la cofradía de Vera-Cruz.

Qué lección de majestad, de perfección, qué sentido de la medida, cuánta armonía transmite el altar del quinario de Vera-Cruz. Demuestra que las mayordomías no necesitan inventos extravagantes, ni que solo el centenar de cirios garantiza un buen altar; basta con delicadeza, gusto y, muchas veces, normalidad y sencillez. Con la sencillez de 30 cirios y seis jarras de flores el Crucificado luce de manera imponente en el altar mayor del barroco franciscano. Una auténtica maravilla efímera que hoy mismo se derrumbará para que en su lugar se levante otro altar, en este caso presidido por el Caído para sus cultos de la próxima semana.

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