Procesión

El Corpus de Cádiz regresa al origen

  • Aumento de público para ver una procesión que volvía a salir de la Catedral tras el paréntesis del pasado año en Santa Cruz

  • La presencia del Beato Diego en el cortejo es la principal novedad con unos altares muy bien cuidados

  • En el lado negativo, los cortes inexplicables que ha habido en determinados momentos 

El Corpus regresa al origen / LOURDES DE VICENTE

La procesión de Corpus regresaba este año a su formato original tras el experimento del año pasado, donde la Custodia salió desde la Catedral Vieja, dando una estampa inhabitual al bajar por las calles del Pópulo. El experimento forzoso se produjo porque una semana después de la procesión de Corpus se inauguraba en la Catedral la exposición Traslatio Sedis, por lo que hubo que llevarla a Santa Cruz. Este año el primer templo diocesano ha vuelto a ser el protagonista para un desfile que cada vez es más largo.

La calle Santiago es el primer punto donde se puede ver a todo el cortejo ya integrado, ya que parte de la procesión con los niños que han hecho la primera comunión salen de Santiago, las hermandades desde el Seminario y el resto desde la Catedral. El que viera el Corpus en Santiago sabía que iba a estar exactamente una hora y diez minutos para poder ver un cortejo que se abría con la Agrupación Musical Ecce Mater y se cerraba con la Banda de Palomares.

Una procesión en la que inexplicablemente se producían algunos cortes, como el que hubo en la calle Santiago de más de un centenar de metros entre uno de los tramos de representaciones de cofradías que acababa con el Perdón y la parihuela en la que iba San Germán, uno de los Patronos.

Aún ha habido uno más grande cuando ya se había recogido todo el cortejo que precedía a la Patrona en la Catedral, alrededor de la una de la tarde, y el paso de la Virgen del Rosario se encontraba todavía en la calle Pelota. Eso provocó que Guillermo Domínguez Leonsegui, que actuaba como maestro de ceremonias ante la ausencia de Rafael Vez Palomino, se tuviera que acercar al paso para pedirle más celeridad.

En un día espléndido, la gente que vio la procesión de Corpus fue creciendo conforme iba avanzando la mañana. Menos público por Santiago y Candelaria y más a partir de San Agustín hasta llegar al punto culminante de Nueva y la plaza de San Juan de Dios. Incluso, en la Catedral. que es muy complicada verla por el sol de justicia que hace siempre, había bastante público, lo que supone una buena noticia para el Corpus.

Era una procesión con algunas novedades, como la presencia de la imagen del Fray Beato Diego de Cádiz, que lo hacía de manera extraordinaria por el 125 aniversario de su beatificación. Pero en un lugar donde hay representación de la Corporación, era curioso ver qué presencia había por parte de unos concejales que apenas han recibido sus cargos hace una semana. El pendón de la ciudad lo sostenía Carmen Sánchez, del PP, que estaba rodeada por sus compañeros de bancada Juancho Ortiz, Mayte González y Nuria Álvarez. Presencia al completo de los tres ediles de Ciudadanos, Domingo Villero, Carmen Fidalgo y Lucrecia Valverde. Nadie del PSOE y, como es habitual, del equipo de Gobierno. De otras autoridades civiles y militares hubo una ausencia total.

Un cortejo que ha salido a la calle alrededor de las diez y media de la mañana una vez que se había celebrado el pontifical en la Catedral presidido por el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy, que ha hecho un especial énfasis en el asunto de la caridad. No en vano en este día de Corpus se celebra el Día de la Caridad. Tras la agrupación Ecce Mater iban dos faroles y la cruz de guía del Despojado que abrían un cortejo con más de un centenar de niños que han hecho la Primera Comunión este año y acompañados de todos sus catequistas. 

La primera imagen que llegaba era el Dulce Nombre de Jesús, antiguamente conocido como Niño de los Sastres, que había sido trasladado casi al amanecer desde Santo Domingo. A partir de ahí, mujeres ataviadas de mantillas negras y la sección del Beato Diego, cuya imagen también iba sobre una parihuela y no sobre su tradicional paso. Acto seguido otra con San Servando y a partir de ahí la representación de cada una de las cofradías, algunas más nutridas y otras menos, que fueron repartiéndose en varios tramos. Tras esta primera tanda venía la parihuela de San Germán y con Cigarreras muchas mujeres con mantillas, aunque en esta ocasión blancas.

La cofradía de la Vera-Cruz daba paso a la Virgen del Rosario, que con un andar corto atravesó el último tramo de la calle Santiago con los sones de la marcha 'Palio blanco' de Miguel Sánchez Ruzafa e interpretada por la banda de música Maestro Dueñas de El Puerto. Delante del paso iba, como es tradicional, el prior de los dominicos, Fray Pascual Saturio Medina.

Por último, antes de la Custodia dirigida por José Julio Reyeros, iba el Consejo Local, Cáritas, Manos Unidas y los Caballeros Hospitalarios. Tras el Santísimo, el obispo precedía a un grupo de sacerdotes y al palio de respeto que se estrenaba este año. La Banda de Palomares de Trebujena cerraba finalmente el cortejo.

Además del público, la buena noticia para el Corpus de este año es el buen gusto con el que se han realizado los altares que han estado dispuestos en el recorrido, un total de ocho. Siete Palabras y Medinaceli (ambos en Candelaria), la Madre del Buen Pastor y La Cena en Nueva, Santa Caridad y La Merced en la plaza de San Juan de Dios,  y los del Perdón y Piedad en Pelota. Eso, unido a los exornos puestos por el ayuntamiento, a la alfombra en la plaza de san Juan de Dios y a algunos particulares que también han engalanado sus balcones, han hecho que poco a poco, muy lentamente, se vaya avanzando en este sentido para ir recuperando la esencia de la procesión de Corpus.

Una vez que se recogió en la Catedral el cortejo, la jornada no había acabado, ya que se comenzaba los recorridos de regreso a los templos, tanto de las imágenes que habían participado en la procesión como los que han estado en los altares. El Beato Diego hasta su capilla en el Mentidero, los Patronos a Santa Cruz y tras ellos el Dulce Nombre y la Virgen del Rosario a Santo Domingo. Por último lo han hecho La Merced Comendadora a su templo del barrio de Santa María y, finalmente, La Cena también a Santo Domingo, cuya entrada estaba prevista para las tres de la tarde.

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