El mundo de las hermandades ha amanecido este lunes impactado por la noticia que en la noche del domingo aconteció en la parroquia de San Agustín, donde un individuo arrancó la esquina del paso del Cristo de la Humildad y Paciencia. Con este acto que la cofradía ya ha denunciado a la Policía Nacional como atentado contra el Patrimonio Histórico, se daña uno de los bienes procesionales más destacados de la Semana Santa de Cádiz.

El paso del Cristo de la Humildad y Paciencia nace en los talleres de Juan Pérez Calvo, que diseñó el magnífico trono ajustado a las dimensiones de la talla de Pimentel, y fue ejecutado por Fernández del Toro en 1954 en madera tallada y dorada. Guarda un estilo neobarroco con líneas sinuosas en planta y perfil, de mayor a menor en el alzado.

Antigüamente procesionaba con unos faroles de gran tamaño en las esquinas, que en el año 1985 son sustituidos por los actuales candelabros de guardabrisas, que tallara el sevillano Manuel Guzmán Bejarano.

Además, luce en las esquinas cuatro evangelistas que fueron tallados por Luis Ortega Brú. Cuatro cartelas en el canasto, representando el escudo de la Hermandad la frontal y la trasera, el escudo de la ciudad de Cádiz en el costero izquierdo y el escudo de España en el derecho; y el bordado de las caídas sobre terciopelo morado, realizados en el taller de San Martín y restaurados en 2003 por Juan Zamanillo y Lorenzo Guttemberg.

Todo el conjunto de talla fue restaurado en el año 2016 por Ars Nova. Y fruto de esa restauración, el responsable de la empresa, Fabián Pérez, vio cierta similitud entre este paso y el del Señor de la Sentencia de la cofradía de la Macarena de Sevilla. Al ser este último posterior en el tiempo, ejecutándose un año después por los mismos autores, Pérez Pacheco sostiene que el paso de la Humildad sirvió de inspiración para realizar el de la Macarena.