La restauración de imágenes sagradas

La madera viva

  • El Cristo de la Humildad y Paciencia presentaba grietas y desplazamientos de ensambles que hacían necesaria la restauración que van a practicar Pilar Morillo y Álvaro Domínguez

Los que quieren ser críticos hacia la Semana Santa, las procesiones y las cofradías en general hablan, en tono despectivo, de que las imágenes titulares que representan a Cristo y a la Virgen no son más que tallas de madera. Pero esa madera está viva, tanto en el sentido figurado, puesto que se hace humana para los devotos y para los creyentes en general, como en el sentido literal, porque como explica Pilar Morillo “es madera ensamblada, uniones vivas reforzadas por clavos y colas que con el paso tiempo se mueven, afectadas también por agentes externos como la humedad, la temperatura, el clima...”. Por eso, al igual que el ser humano tiene al médico para garantizar su salud, las imágenes tienen a los restauradores; a sus propios médicos que como el caso de Pilar Morillo y Álvaro Domínguez, realizan radiografías, analizan las deficiencias, localizan los problemas de salud de la madera y buscan las mejores soluciones para garantizar su futuro, su conservación.

Este trabajo de restauración es el que en estos días van a acometer Morillo y Domínguez con una de las tallas más representativas de la Semana Santa de Cádiz, la del Cristo de la Humildad y Paciencia. La cofradía del Domingo de Ramos retiraba a la imagen del culto la pasada semana para esta intervención que lejos de ser superficial y sencilla, reviste cierta gravedad y urgencia y tendrá un enorme calado. Porque al contrario de lo que puede parecer cuando uno contemplaba la perfección de la imagen en San Agustín, adolece de diversos daños considerables que los restauradores van a atajar a tiempo. “Es una imagen con tanta fuerza, que a simple vista no se aprecian esos deterioros. Pero cuando vas a abordar su estado, se empiezan a ver sus daños”, comenta Pilar Morillo, que reconoce que el Cristo de la Humildad y Paciencia “presenta un estado de deterioro de cierta importancia”.

Fue el pasado mes de diciembre cuando saltaron las alarmas entre los cofrades. “En el año 2003 realizaron un estudio técnicos de Cultura de la Junta de Andalucía, que concluyó que la imagen estaba estable. Pero comparando fotografías, sí vimos que una grieta en la cara cada vez era más visible; y uno de los ensambles de la espalda del Señor vimos también que estaba desplazando policromía. Esto último encendió las alarmas”, cuenta el hermano mayor de la cofradía, David García. Y en ese momento comenzó el proceso para plantear la restauración que ahora se va a iniciar.

El estado de la imagen

La espalda del Cristo de la Humildad y Paciencia de Cádiz, que deja ver claramente el movimiento de las maderas. La espalda del Cristo de la Humildad y Paciencia de Cádiz, que deja ver claramente el movimiento de las maderas.

La espalda del Cristo de la Humildad y Paciencia de Cádiz, que deja ver claramente el movimiento de las maderas.

Muchos son los frentes sobre los que tendrán que actuar los restauradores en la talla de Pimentel. El primero, estudiar los movimientos de las maderas que conforman la talla del Cristo, porque como traslada Pilar Morillo “de hace 20 años para acá se ha visto cierta movilidad en la espalda”, lo que exige un examen profundo del por qué de ese desplazamiento de las maderas y adoptar la solución que se considere mejor. Los ensambles, de hecho, conforman uno de los capítulos más intensos de esta intervención, porque como reseñan los restauradores la talla de Humildad “está plagada de ellos”.

Junto a este problema hay otro de gran calado también: la falta de policromía en algunas zonas. “La más preocupante es en la zona del codo izquierdo, donde ha erosionado la propia madera y tenemos que estudiar por qué se ha producido y si es un daño externo (un golpe o similar que haya podido sufrir la imagen en algún momento) o interno (algún hongo o problema que esté afectando a la madera); y también en la cara interior del muslo izquierdo, donde hay también grietas y tendremos que estudiar si hay algún hongo o similar”. Además de estas dos zonas muy localizadas, a lo largo y ancho de la imagen se aprecian “muchas pérdidas de policromía, orificios pequeños, arañazos en espalda y hombros” que se suman a la suciedad acumulada y también a muchos repintes que los restauradores y la cofradía tendrán que valorar si dejarlos o eliminarlos para devolver a la talla su aspecto original.

Detalle del codo izquierdo del Cristo de la Humildad y Paciencia de Cádiz, con la madera afectada. Detalle del codo izquierdo del Cristo de la Humildad y Paciencia de Cádiz, con la madera afectada.

Detalle del codo izquierdo del Cristo de la Humildad y Paciencia de Cádiz, con la madera afectada.

Otro defecto localizado en los análisis previos realizados al Cristo de la Humildad se localiza en la peña que sirve de peana y que forma parte de la talla de la imagen. En la zona del pie adelantado, el izquierdo, falta un fragmento, lo que deja al pie al aire, desprotegido por completo, con el consiguiente riesgo de rotura en los distintos movimientos y traslados que a lo largo del año se efectúan. De hecho, el dedo gordo de ese pie muestra restos de una rotura en algún momento. “La peña además está cortada de forma brusca, como con un serrucho o herramienta similar”, comenta Pilar Morillo. Un detalle que lleva a la cofradía a pensar que ese ‘atentado’ patrimonial debió realizarse en tiempos de la Guerra Civil, cuando hubo que esconder a la imagen en una casa particular obligando a cortar la peña para que entrara en esa vivienda.

Pie del Cristo de la Humildad que queda al aire al haberse cortado la peña en algún momento de la historia. Pie del Cristo de la Humildad que queda al aire al haberse cortado la peña en algún momento de la historia.

Pie del Cristo de la Humildad que queda al aire al haberse cortado la peña en algún momento de la historia.

Los trabajos de restauración

Con este estado de conservación y estos problemas que están afectando de manera considerable a la talla, que además presenta un notable deterioro en los últimos años, el taller de Morillo y Domínguez ha comenzado los trabajos de restauración con un completo examen de Rayos X realizado en el Hospital de San Rafael, a raíz del cual se conocerá con más detalle cómo está la talla por dentro, cuál es el estado de esos ensambles; además, se examinará la imagen con luz ultravioleta, para localizar los muchos repintes que a simple vista se aprecian; y se realizará un estudio de los posibles hongos que pudieran estar afectando a la madera.

Todo ello dará las soluciones oportunas, los caminos a seguir en la reparación de cada una de las grietas, los arañazos, las ausencias de policromía y los repintes que adulteran la obra que firmara Jacinto Pimentel en 1638.

De igual manera, se procederá a la limpieza de las policromías, un “proceso muy cuidadoso” que requiere de catas previas que se van haciendo para devolver al estado original zonas que están especialmente dañadas o deterioradas, como el sudario “o el encuentro de la barriga con el sudario”. A ello se sumará la acción de rehacer la pieza de la peña que en su día fue cortada, como medida de protección del pie del Señor.

Todo ello, como indica Pilar Morillo, doctora del Cristo de la Humildad y Paciencia y de otras tantas imágenes sagradas de Cádiz y de fuera de la ciudad, “con un respeto enorme a la imagen y priorizando su conservación”. “Para nosotros es un reto. Una restauración así la tomamos con mucha seriedad, es una imagen muy personal y muy importante, y además tiene mucho que hacerle, porque aunque por su fuerza no lo muestre, tiene muchos desperfectos”, explica la restauradora.

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