Juan Carlos romero pérez. bordador y vestidor gaditano

"En esta ciudad se maneja poco dinero para los encargos"

  • Artífice de la hermosa puesta en escena del misterio del Descendimiento, anima a las cofradías en apuros a ser "valientes para irse a extramuros"

Juan Carlos Romero, en plena faena en su taller de bordados.

Juan Carlos Romero, en plena faena en su taller de bordados.

La Semana Santa, sus hermandades y cofradías, dependen de personas que desarrollan una labor fundamental. Es el caso de Juan Carlos Romero Pérez, que cumple a la perfección desde hace décadas su cometido como vestidor de imágenes y bordador. Hermano enamorado de Descendimiento, son sus manos las que decoran y presentan un conjunto escultórico de altísimo nivel al que él aporta ese sello en su papel de vestidor.

"El misterio de Descendimiento vale por sí solo. Únicamente hay que colocarlo y creo que no tiene más historia. Estamos hablando de un conjunto de movimiento y policromía que es único", resalta de unas imágenes cuya autoría comparten Francisco Buiza (Cristo y Virgen), Francisco Berlanga (José de Arimatea y Nicodemo) y Luis González Rey (San Juan, María Magdalena, María Cleofás y María Salomé). Todas esa tallas pasan por las manos de Juan Carlos para que luego se vea la impronta de la pasada Madrugada del Viernes Santo. Precisamente hace un guiño en favor de la hermandad de San Lorenzo. "Son ya muchos años conviviendo con ellos. Es una cofradía muy reconocida por fuera, valorada de forma alta por el que la ve, pero realmente al final la gente no se siente atraída. No sé si será como consecuencia del día que sale. La música llama más la atención y, además, compartimos parroquia cuatro cofradías", explica.

Desde los 14 años se dedica al arte de vestir imágenes, en lo que es todo un especialista que se ha ganado el reconocimiento general. Y desde 1980 desempeña esa función con las sagradas imágenes del Descendimiento. "Estoy muy hecho a lo que necesitan esas imágenes y a lo que persigue la cofradía".

Además de su labor como vestidor, este gaditano tiene su taller de bordados, "que es de lo que vivo". "La profesión está muy flojita. En esta ciudad se maneja poco dinero y se nota en los encargos que te hacen las hermandades, sobre todo si los comparas con los de otras ciudades". No obstante, Romero puede presumir de buenas piezas para su tierra tanto en nueva elaboración como en restauración. Precisamente de esto último habla de los más reciente. "Hemos restaurado un manto de Afligidos, que para mí ha sido un gran reto. Lo acabamos de entregar antes de Semana Santa para la Virgen de los Desconsuelos". Y recuerda otras piezas que restauró como "el manto de Servitas o el de la Virgen del Carmen". Sin olvidar un guión también para Afligidos y otro para Puerto Real, así como decenas de trabajos para distintos lugares de la península y de las Islas Canarias.

Por las manos de Juan Carlos pasan durante un año el misterio de Descendimiento, el de Afligidos, la Virgen de la Caridad, la Esperanza del Amor, las imágenes de la cofradía de El Perdón y la Esperanza de Cigarreras. Esto quiere decir que es una voz autorizada para definir la realidad de la Semana Santa gaditana. "Aquí no se pueden afrontar grandes proyectos en todas las hermandades ni se sabe, en algunos casos, cómo se logra pagar una banda de música. Soy de la opinión tan extendida de que la Semana Santa de Cádiz es un milagro", relata consciente de la dura realidad.

Llegado a este punto, aporta su particular visión de lo que tendría que empezar a suceder para la viabilidad de las corporaciones penitenciales. "Hay que salir a otros barrios sin temor a la distancia porque un barrio es el que hace fuerte a una hermandad desde el fervor de sus vecinos. Alguna cofradía del centro debería ser valiente y salir a extramuros. ¿Descendimiento? No, es de tinieblas y no sé si sería atractiva. Esos barrios, como La Paz, Loreto o Puntales, necesitan una hermandad de un corte distinto que atraiga a mucha gente".

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