Diario Cofrade

El cambio de Medinaceli a la Madrugada de Cádiz queda en el aire

Imágenes de la cofradía de Medinaceli en la Semana Santa de Cádiz 2023

Imágenes de la cofradía de Medinaceli en la Semana Santa de Cádiz 2023 / Lourdes de Vicente

La pasada Cuaresma, los hermanos de Medinaceli aprobaron en cabildo volver a procesionar en la Madrugada del Viernes Santo, después de pasar a la tarde-noche del Jueves en el año 2012. Una vuelta atrás, una rectificación de la decisión adoptada hace poco más de una década, que a día de hoy tiene pocos visos de hacerse realidad en 2024. La situación sobrevenida en la hermandad en las últimas semanas, con la paralización del cabildo de elecciones que debía haberse celebrado el 7 de julio, el cese de la junta de gobierno en funciones y el nombramiento -aún pendiente- de un comisario complica el calendario que debe seguir la hermandad para solicitar este cambio de día.

Según el reglamento interno del Consejo de Hermandades, una hermandad que quiere modificar el día de salida debe solicitarlo “antes del día 1 de noviembre de cada año”, tras lo cual se estudiará y resolverá la petición “previa consulta en reunión específicamente convocada a tal fin con las hermandades del día al que pretenda cambiar su salida procesional”. Trámites que derivarán en la aprobación definitiva del cambio de salida en el pleno que el Consejo celebra en el mes de enero.

Es más, el propio reglamento, en su artículo 16, añade al respecto que si la solicitud llegara fuera de ese plazo del 1 de noviembre, “se tramitará para el siguiente año al de la fecha de presentación”.

Esta norma tan concreta y precisa choca frontalmente con la situación de la hermandad, que debe esperar ahora a que el Obispado nombre el comisario que se haga cargo de la gestión hasta la convocatoria de un nuevo cabildo de elecciones; algo que carece de plazo y fechas posibles.

Y a esto hay que unir que un proceso de elecciones como tal necesita de 70 días, los que transcurren según normativa desde la convocatoria hasta la celebración. Es decir, que para que Medinaceli formalizara el escrito ante el Consejo el 31 de octubre como fecha límite, la nueva junta de gobierno tendría que tomar posesión como muy tarde el 30, y teniendo en cuenta el plazo de unos diez días que suelen transcurrir (como poco) entre el cabildo y la toma de posesión de una junta de gobierno, el proceso electoral debería comenzar como muy tarde el 11 de agosto, para celebrar elecciones en torno al 20 de octubre.

Todo ello deja, a día de hoy, apenas 22 días para que el Obispado nombre a un comisario, éste se haga cargo de la hermandad y convoque las elecciones. Plazos más que ajustados que, a priori, parecen imposibles; habida cuenta de que el comisario una vez que inicie su labor tendrá que ver cuál es la situación interna de la hermandad y, sobre todo, depurar responsabilidades entre los últimos incidentes que han derivado en esta situación.

Otra cuestión, también a tener en cuenta, es que una vez que la cofradía resuelva esta situación actual y vuelva a tener un gobierno natural elegido por sus hermanos, esa junta no quiera ejecutar el acuerdo de cabildo de cambio de día, a tenor de las dudas que plantea esta modificación respecto al futuro de la hermandad en la calle.

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