La Tribuna Cofrade

El Corpus de Cádiz 2022: ¡Qué disparate!

  • La actuación del Ayuntamiento con el Corpus es sorprendente, pero la actitud de la Iglesia y las cofradías sonroja

  • Sin rastro de la frenética actividad que debía rodear ya a la Semana Santa

Paso de la Custodia procesional por la plaza de San Juan de Dios el Corpus de 2019.

Paso de la Custodia procesional por la plaza de San Juan de Dios el Corpus de 2019. / Lourdes de Vicente

Será por el hecho de estar tan al sur, pero Cádiz definitivamente parece haber perdido el norte. El mazazo que esta semana le ha propinado el Ayuntamiento a la celebración del Corpus refleja un preocupante signo de decadencia de la ciudad, un alarmante pasotismo de la sociedad y un desilusionante horizonte; al margen de otras actitudes y acciones que ni siquiera tienen definición. Todo lo que rodea al aplazamiento del Carnaval y a la coincidencia del domingo de piñata con el Corpus es para echarse las manos a la cabeza.

En primer lugar, por el Ayuntamiento. ¡Ay, el Ayuntamiento! Cuando uno piensa que no cabe ya más espacio para la sorpresa, más capacidad de asombro, llega el Ayuntamiento y planta el domingo de piñata en pleno Corpus. Y el segundo sábado de Carnaval, por tanto, en las vísperas de montaje de altares, de alfombras de sales y de traslado de la Patrona. Un auténtico despropósito. Dice la concejala de Fiestas que el Ayuntamiento lo tiene todo controlado y previsto para que Carnaval y Corpus puedan convivir; pero en una ciudad que blinda los jardines, tapa las fuentes de San Juan de Dios o esconde una gasolinera (la de las murallas de San Roque) en un gran cajón de madera cada vez que llega febrero es difícil imaginar que en 2022 pueda mantenerse instalado un altar toda la noche del sábado segundo de Carnaval, o que a primera hora de la mañana del domingo pueda trasladarse el señor de La Cena con el personal regresando de la carpa.

La sensación real es que en el Ayuntamiento no tenían controlada la fecha del Corpus. Se les ha ido. No han caído, lo cual es grave teniendo en cuenta que es uno de los menesteres de la concejalía de Fiestas, con su concejala, sus técnicos y sus asesores. Porque si se trata de algo meditado, como defienden (lo cual resulta extraño por ese celo respetuoso hacia la Semana Santa e incluso hacia el Rocío que se celebra a 185 kilómetros de Cádiz en contra de la ligereza con la que han tratado al Corpus, que sí es una fiesta con arraigo en la ciudad), es incomprensible que el Ayuntamiento disponga de esa celebración sin hablar antes con el Cabildo Catedral y el Consejo.

Pero si lo de San Juan de Dios es difícil de digerir, lo que ha ocurrido en el otro lado de la sartén clama al cielo (nunca mejor dicho). Lo que debiera haber sido una reacción contundente e inminente de los afectados por la decisión municipal ha quedado en un difuso comunicado del Cabildo y el Consejo. Cómo será la cosa, que la mejor defensa de los intereses del Corpus la ha realizado Martínez Ares, que no es sospechoso de ir trajeado en la procesión eucarística ni ser uno de los doce hombres de Reyero que conducen la Custodia por las calles.

Lejos de levantar la voz y ocupar el sitio que por derecho propio le corresponde a la Iglesia y a las cofradías en la sociedad gaditana, el anuncio realizado el martes por el Ayuntamiento derivó en 48 horas de auténtico despropósito, en las que algunos lumbreras han planteado la celebración de un Corpus por el interior de la Catedral por tercer año consecutivo (para no ‘molestar’ al Carnaval), un traslado de la fecha del Corpus (así, a la ligera) o una celebración del Corpus ¡en extramuros!

Ante este atropello a una fiesta tradicional, contundentemente asentada en el calendario de la ciudad, asumida por el Ayuntamiento y afectada por la pandemia en los dos últimos años, muchos de los perjudicados no han escondido el miedo a protestar. Mejor nos callamos, no se vaya a molestar nadie; o, peor, no vayan a tocar las subvenciones por enfado en el Consistorio. Y al Corpus, que le vayan dando, que ya vendrá 2023 para sacarlo.

Uno mira al Ayuntamiento y tiembla con sus ocurrencias carnavalescas. Pero es que echa la vista al otro lado, y el escenario es de auténtico cuplé. O de pasodoble de pañuelo en mano. Un auténtico disparate todo.

Semana Santa

Con la puerta episcopal abierta, y la del Ayuntamiento aparentemente también, las cofradías tienen ya una autopista para empezar a trabajar en la Semana Santa de 2022. Varias voces son las que alertan del pasotismo o la inactividad cofradiera de cara a la vuelta al culto, cuando hay tantísimos interrogantes que deben despejar, o plantear, las propias corporaciones. Por ejemplo, si la Junta dice que las procesiones deben durar lo menos posible, ¿es sostenible esas salidas de 11 horas, o habría que plantear un traslado de imágenes a una iglesia más cercana para realizar desde allí la estación penitencial? Lo mismo ocurre en las cofradías cuyas sedes canónicas son demasiado pequeñas, ¿deberían plantear salir desde otro sitio en 2022? No se pueden olvidar los recorridos, que se plantean por calles anchas y diáfanas, y que deberían ser revisados y modificados notablemente de cara al próximo año para cumplir con esa premisa (carrera oficial incluida). ¿Y la carga, qué va a pasar con la carga, qué pruebas o documentación se le va a exigir a los cargadores para salir, y quién lo va a pagar? ¿Qué va a ocurrir con los relevos, se van a permitir, sólo podrá hacerse un relevo, tendrán que ir las cuadrillas de relevo detrás de los pasos para evitar que se disgreguen por la ciudad? La Semana Santa va a ser muy complicada de gestionar, y a 200 días vista del Domingo de Ramos las cofradías debieran estar inmersas en una planificación de mentes abiertas y cambios por doquier para garantizar sus salidas con la mayor seguridad posible. Cuando menos se espere, será demasiado tarde para reaccionar y la Semana Santa en la calle volverá a estar en peligro de celebrarse.

Cartelista

Obra pictórica de Antoine Cas dedicada a la Virgen de las Penas. Obra pictórica de Antoine Cas dedicada a la Virgen de las Penas.

Obra pictórica de Antoine Cas dedicada a la Virgen de las Penas.

Los acontecimientos de la semana han dejado un poco el olvido la noticia con la que arrancó el lunes. Antonio Casamitjana pintará el cartel de la Semana Santa. La elección del Consejo no puede ser más acertada, con un pintor reconocido en el panorama actual y que, según cuentan, está bastante ilusionado con ser el autor del anuncio de la Semana Santa de su tierra, donde hasta ahora no tenía obras de temática cofrade. Quien quiera saber cómo puede ser un cartel de Antoine Cas (su nombre artístico) puede acercarse aún a la exposición de La Palma en la Fundación Cajasol y contemplar la obra en tres lienzos que ha pintado de la Virgen de las Penas. Y saldrá de dudas de lo acertado de la elección. Enhorabuena.

Afligidos

Interesante la propuesta que la hermandad del Jueves Santo ha ideado para garantizar su salida procesional el próximo Jueves Santo. Ojo porque además de restaurar el misterio al completo, este será el tercer paso que ‘inventa’ el equipo de Ramón Velázquez en los últimos años. Primero fue el templete para la salida de Desconsuelos en la magna mariana, luego el paso para el cuadro fundacional, y ahora esta parihuela-trono que ofrecerá una imagen aún más clásica del imponente misterio de San Lorenzo. A este hermano mayor nunca se le acaban las ganas y las fuerzas para seguir innovando.

EL DETALLE. Servitas bajo palio

Altar de Servitas por los diez años de su coronación canónica. Altar de Servitas por los diez años de su coronación canónica.

Altar de Servitas por los diez años de su coronación canónica.

El altar con el que Dolores de Servitas ha recibido las felicitaciones por sus diez años de coronación parece un homenaje al anuncio de que las cofradías pueden regresar a la calle. Dos días después de que el Obispado levantara el decreto que prohibía el culto público, el palio del Viernes de Dolores –uno de las mejores piezas patrimoniales que procesionan en la Semana Santa de Cádiz– se alzaba en el altar mayor de San Lorenzo para cobijar la veneración pública de la Dolorosa que ha cumplido ya una década coronada canónicamente. Un majestuoso altar para un feliz aniversario y toda una declaración de intenciones de lo que está por llegar si la pandemia, al fin, lo permite.

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