Ni tan siquiera el fuerte viento de levante, que en una Semana Santa cualquiera hubiese impedido con mucha probabilidad que las hermandades saliesen a la calle a realizar Estación de Penitencia, dio consuelo a los hermanos de Vera-Cruz, que se reunían en San Benito, en otro Miércoles Santo en casa.

En condiciones normales la mañana se hubiese centrado en el acto de reconocimiento a los hermanos con la primera levanta, pero en esta ocasión también se aplazó para el próximo año. Entonces lo harán José Antonio Soria y Domingo Chanivet.

Pero sí hubo reconocimientos. Al igual que el pasado año se destacó la labor de la Policía Local, este 2021 han sido los sanitarios. Un reconocimiento que se entregó al director gerente del Hospital Universitario de Puerto Real, José Luis Guijarro, quien lo recogió muy emocionado. Lo agradeció en nombre de una plantilla que “desde el primero hasta el último se ha entregado por completo en esta pandemia en la que el trabajo ha sido extremo”, dijo.

Dirigiéndose a todo el público que completaba el aforo permitido en la parroquia, dijo que “Puerto Real puede sentirse orgulloso del Hospital que tiene, reconocido recientemente por entidades internacionales”. También lanzó un cariñoso mensaje para las familias de las 140 personas que han perdido la vida en el Hospital puertorrealeño a consecuencia de la pandemia, y sus felicitaciones a los 640 pacientes que han pasado por el centro y han recibido el alta hospitalaria. “Trasladaré este reconocimiento a todo el personal sanitario con vuestro cariño y afecto”, dijo para finalizar.

A ellos, a los sanitarios, se dirigió el Hermano Mayor de Vera-Cruz, Francisco Alcedo, con un mensaje casi poético. “Este año no tenemos a hermanos vistiendo túnicas blancas con antifaces verdes y burdeos, pero esos colores están representados cada día en el Hospital, con los uniformes que visten nuestros sanitarios”. A las felicitaciones se sumó la alcaldesa, Elena Amaya, presente en el acto.

Tras el acto se produjeron las ofrendas florales a las imágenes de la Hermandad, colocadas en el altar con un montaje especial para su veneración, en el que destacaba la Virgen de la Amargura, centro de todas las miradas y de las plegarias que los muchos vecinos del barrio de la jarcia que pasaron por el templo tras guardar cola.

En el templo ya se hablaba del 13 de abril de 2022, cuando volverá a ser Miércoles Santo, fecha esperada por todos los que contenían las lágrimas viendo la parroquia sin sus pasos. Un día grande de Vera-Cruz sin poder salir a la calle, pero con la felicidad de poder pararse frente a las imágenes. Lo recordaba su director espiritual, el padre Juan Antonio Martín, que “el pasado año me planté ante ellas, solo, y mediante un teléfono móvil, fui el intermediario de vuestras plegarias. Hoy estamos junto a ellas”.

En la Hermandad de la Vera-Cruz los cultos continuaron por la tarde con más tiempo para la veneración de las imágenes, ofrendas que realizaron los costaleros y la estación de penitencia en la Prioral.