Cádiz ha sido un hervidero la tarde noche del sábado de Magna. Había gran expectación por este desfile único de 17 procesiones que homenajean a la bella Catedral de Cádiz, de la que se cumplen 300 años del momento en que empezó a construirse frente al mar. Desde la plaza de la Catedral, hasta Pelota, San Juan de Dios, Nueva, San Francisco y San Agustín no cabía ni un alfiler, como tampoco en ninguna de las calles cercanas. 

De hecho, la Policía Nacional ha tenido incluso que cortar el paso de público en algunos puntos, dada la gran afluencia de personas que ha llegado a concentrarse a determinadas horas. 

Nada más que en la carrera oficial se han instalado 5.400 sillas, todas ocupadas, desde Catedral hasta San Agustín, a lo que se suman las miles de personas que se han desplazado al centro de Cádiz para verlo allá por donde han podido posicionarse. Decenas y decenas de autobuses -muchos de ellos de bandas de músicas- no cesaban de llegar a la capital, y las paradas de autobuses urbanos estaban a rebosar, al igual que la de taxis.

Ya por la mañana el ambiente era magnífico y las colas llegaban desde la plaza de la Catedral hasta la del Ayuntamiento, para ver los pasos ante de iniciar el cortejo más esperado en mucho tiempo. En cifras, más de 6.100 personas han accedido a la seo gaditana el día que se cumplen 300 años del inicio de su construcción para disfrutarlos de cerca. Un sábado mágico para el sector cofrade y el hostelero, con bares, restaurantes y heladerías hasta la bandera. Una magna que se ha dejado disfrutar.