San Fernando sueña una noche de verano

La Noche Blanca abarrotó el centro de la ciudad gracias a numerosas propuestas gratuitas como conciertos, desfiles de moda y una exhibición de vehículos clásicos

Más de 45.000 personas han pasado ya por el Bahía Sound de San Fernando en lo que va de edición

Aspecto que lucía la plaza del Rey durante el concierto más esperado de la noche, el de Antonio Lizana y la Banda de Música Ciudad de San Fernando.
Aspecto que lucía la plaza del Rey durante el concierto más esperado de la noche, el de Antonio Lizana y la Banda de Música Ciudad de San Fernando. / J.A.S.B.

Hace 16 veranos, y al abrigo de todos los actos enmarcados en aquel irrepetible Bicentenario de 1810, nacía la Noche Blanca de San Fernando. Y desde entonces este evento no ha dejado de crecer y reinventarse para permanecer como lo que es: una referencia del ocio estival en toda la provincia y un inmejorable escaparate para el comercio y la hostelería isleñas. El viernes este evento vivía una nueva edición y confirmaba su éxito, una vez más, abarrotando las calles, plazas y terrazas del casco histórico y de las arterias comerciales de La Isla. Conseguir un huequito en la barra o una mesa para cenar si no se había reservado era prácticamente una misión imposible.

El secreto de este éxito volvió a ser, una vez más, una extensa programación de actividades gratuitas que superaron la treintena y que el Ayuntamiento desarrolló con la estrecha e imprescindible colaboración de la Asociación de Comerciantes, Hosteleros e Industrias de San Fernando (Acosafe) y la Asociación Isleña de Hostelería y Turismo (Asihtur).

Hubo mucho que disfrutar en una noche en la que el auténtico reto fue saber elegir bien para intentar abarcar lo máximo posible. Como era de esperar, la música fue la gran protagonista, con un amplio abanico de conciertos.

Ritmo de la noche

La plaza del Rey fue el escenario de las dos propuestas más esperadas de esta Noche Blanca. La primera de ella tuvo un marcado corte familiar y dio su sitio a los más peques de la casa. A eso de las nueve de la noche, la Banda Sinfónica de San Fernando ofrecía un repertorio de música vinculada a las películas Disney y a clásicos infantiles. Sonidos en los que cada uno, independientemente de su edad, encuentra el reconfortante hogar de su infancia.

La Banda Sinfónica de San Fernando ofreció un concierto de música Disney.
La Banda Sinfónica de San Fernando ofreció un concierto de música Disney. / J.A.S.B.

En el mismo escenario, y en torno a las diez y media de la noche, comenzó la actuación estrella de esta Noche Blanca: el concierto en el que el artista isleño Antonio Lizana unía su talento al de la Banda de Música Ciudad de San Fernando. Una propuesta única y especial que salió de la residencia artística que Lizana compartió con los 55 músicos de esta banda en el Real Teatro de Las Cortes en los días previos a la Noche Blanca.

Y lo cierto es que el resultado fue espectacular y que las expectativas se cumplieron de largo. Los músicos de la banda supieron entender a la perfección y hacer suyos los arreglos para orquesta sinfónica que el artista isleño había hecho para algunos de los temas de su discografía, que sonaron en la plaza del Rey como nunca.

Con la música sinfónica pasa como con la casa de Gran Hermano, que todo se magnifica, y eso fue lo que ocurrió en este concierto. Con una orquesta detrás, la obra de Lizana sonó más alto y fuerte, con un carácter imponente que llegaba al corazón en cada acorde.

Y sobre el escenario, un Antonio Lizana que hace casi de todo y que todo lo que hace lo hace bien. Virtuoso del saxofón, cantaor entregado e incansable compositor. El artista isleño, que goza de una gran proyección internacional, jamás defrauda al público.

Lizana también contó con la compañía de su quinteto de músicos de confianza, entre el que se encuentra el guitarrista isleño Adriano Lozano, y con el apoyo del Mawi de Cádiz, una de las sensaciones de ‘La Isla, Ciudad Flamenca’, al baile.

El swing y el jazz estuvieron presentes en la plaza de la Iglesia.
El swing y el jazz estuvieron presentes en la plaza de la Iglesia. / J.A.S.B.

También estuvo la música presente en otra céntrica plaza de San Fernando, la de la Iglesia. En este caso de la mano de la Escuela ChictuChic, que ofreció una master class de jazz bajo el son de la algecireña Honey River Jazz Band. Toda una lección de buen rollo y de la esencia de aquellos Estados Unidos de los años 50.

Tampoco se olvidó la Noche Blanca del carnaval gracias a la antología Sal de Coplas, que concluyó su itinerario en la Alameda Moreno de Guerra.

Por otro lado, muchos hosteleros también contribuyeron con actuaciones musicales propias a esta programación.

El ambiente festivo se dejó sentir en las principales arterias comerciales de la ciudad.
El ambiente festivo se dejó sentir en las principales arterias comerciales de la ciudad. / J.A.S.B.

Moda y brilli brilli

La moda estuvo presente un año más presente en la Noche Blanca gracias al comercio local, que ofreció varios desfiles en los entornos de las calles Real, San Rafael y General García de la Herrán.

También causó sensación un glitter bar situado al inicio de la calle Rosario. Muchos y muchas, especialmente los más jóvenes, pasaron por las capaces manos de este equipo de maquilladores para llenar sus rostros de purpurina, color y fantasía durante esta velada.

La concentración de vehículos clásicos, entre las citas más exitosas de la velada.
La concentración de vehículos clásicos, entre las citas más exitosas de la velada. / J.A.S.B.

Un garaje de cine

Entre las propuestas más exitosas destacó la concentración de vehículos clásicos impulsada por el Club de Vespas y Motos Clásicas de la Bahía de Cádiz. Una cita que sigue presente en la programación de la Noche Blanca y que el viernes concentró a más participantes que nunca. Esta caravana comenzó su camino en Janer a eso de las nueve de la noche para concluir su periplo por la ciudad en la alameda Moreno de Guerra.

Todos querían llevarse una foto a casa al lado de alguno de estos vehículos, mantenidos en condiciones envidiables por sus dueños y que actuaron como si de photocalls se tratase.

Con estos vehículos al lado era imposible que la mente no viajase a algunos clásicos del cine. De esta forma, entre otros muchos modelos, había vespas que parecían sacadas de las Vacaciones en Roma que disfrutaran en su día Gregory Peck y Audrey Hepburn; varios Volkswagen Escarabajo que hubieran pasado por primos hermanos del Herbie, un volante loco de Disney; algún Mini Cooper que parecía sacado del Un trabajo en Italia que protagonizara Michael Caine; o distintos Seat (desde 600 a127, pasando por el 124) que nos llevaban a esas comedias que en los 60 y 70 protagonizaron genios como Alfredo Landa, José Luis López Vázquez o José Sazatornil ‘Saza’.

Las visitas teatralizadas al Ayuntamiento también contaron con la aprobación del público.
Las visitas teatralizadas al Ayuntamiento también contaron con la aprobación del público. / J.A.S.B.

Una vuelta por el patrimonio isleño

Otra baza de la Noche Blanca isleña fueron las numerosas visitas gratuitas, algunas de ellas guiadas o teatralizadas, que permitieron al público acercarse al patrimonio cultural, arquitectónico, cofrade y naval de San Fernando. Hablamos de visitas al Ayuntamiento, el Castillo de San Romualdo, el Museo Naval, la base naval de La Carraca, la casa natal de Camarón de La Isla, el Museo de Interpretación Camarón de La Isla, la sala histórica del Quartel de Batallones, el Molino de Mareas del Zaporito, el Real Observatorio de la Armada, el conjunto histórico local, el jardín botánico o la casa Hermandad de Medinaceli.

En definitiva, una Noche Blanca más, San Fernando se atrevió a soñar una noche de verano apasionante, de esas que quedan para el recuerdo. Una velada cuyo éxito debe animar al equipo de gobierno a seguir reforzando este evento.

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