El parque comercial Janer se inaugura este miércoles con varias firmas abiertas

En estos antiguos suelos de Defensa, que la multinacional holandesa Ten Brinke compró a Zona Franca, han ido abriendo varios negocios desde verano de 2023

Mercadona abre su tienda en Janer

Parque empresarial de Janer, en una imagen tomada a principios de este año
Parque empresarial de Janer, en una imagen tomada a principios de este año / A.S.F.

San Fernando/La multinacional holandesa Ten Brinke, propietaria de los suelos de Janer desde que formalizara su compra a Zona Franca allá por 2021, tiene previsto inaugurar este miércoles el parque comercial que se ha desarrollado en la zona que antaño ocupara la Escuela de Artillería de la Armada.

El acto, al que asistirá también la alcaldesa isleña, Patricia Cavada, se llevará a cabo a las 12.00 horas y llega tras una sucesión de aperturas en el recinto que se ha completado esta semana con la puesta en marcha de Mercadona, precisamente uno de los establecimientos que junto a McDonald’s tienen confirmada su participación en este desarrollo comercial desde el año 2013.

De hecho, el conocido restaurante de comida rápida fue el primero en abrir sus puertas en el verano de 2023. Poco después lo haría también la gasolinera Plenoil, situada a tan solo unos metros. Fueron los primeros establecimientos en ponerse en marcha en unos suelos que esperaban su desarrollo comercial desde que en 1999 la Armada echara el cierre de estas dependencias militares y despidiera a su última promoción de alumnos antes de iniciar su desmantelamiento, que el Ministerio de Defensa había confirmado unos meses antes.

La tienda de muebles y decoración danesa Jysk continuó estas aperturas al levantar la baraja en el pasado mes de diciembre. En enero lo haría también la cadena alemana Tedi. Y hay previstas otras obras aperturas como un gimnasio (Altafit) y la tienda de ropa Kik, además de otras firmas.

Cuatro alcaldes, dos PGOU, dos crisis económicas, una pandemia y hasta un yacimiento arqueológico de cierta envergadura –con necrópolis púnica incluida– han tenido que ver con los suelos de Janer en estos más de 20 años que los terrenos se han llevado a la espera de ser algo más que un simple solar de 65.000 metros cuadrados en desuso y a la espera de servir para algo en la ciudad.

En el desarrollo de estos suelos, por otro lado, hay además del parque comercial otras dos parcelas que corresponden, respectivamente, al Ayuntamiento de San Fernando y a Zona Franca. Esta última cuenta con un uso hotelero.

El nuevo hotel previsto en los terrenos de Janer podrá tener hasta 10 plantas de altura, según el plan especial aprobado para el desarrollo de estos suelos. Eso lo convertiría también en el establecimiento de mayor altura de toda la zona. La parcela, en concreto, cuenta con una superficie de 3.766 metros cuadrados y es compatible con servicios terciarios, servicios avanzados y garaje-aparcamiento.

Concretamente, en este desarrollo se contemplan 10.000 metros cuadrados de uso hotelero, 9.000 metros cuadrados de uso para oficinas y 9.490 metros cuadrados para servicios avanzados. Se asignan además a la parcela 7.532 metros cuadrados de uso de aparcamiento en planta bajo rasante.

Y en la parcela cuyo desarrollo corresponde al Ayuntamiento isleño, en la que se emplaza el antiguo edificio de Dirección que aún se conserva al haberse levantado sobre la histórica batería de La Ardila, se quiere dar cabida a una incubadora de empresas, un proyecto que el Consistorio isleño tiene pensado llevar a cabo con el CEEI Bahía de Cádiz (Centro Europeo de Empresas e Innovación).

Un largo camino

Llegar hasta este punto no ha sido fácil. En La Isla, Janer fue durante muchos años uno de esos proyectos que engrosa la larga lista de asignaturas pendientes y que no logró recibir un impulso decisivo hasta pasar a manos privadas.

Tras la marcha de la Escuela de Artilería de la Armada en 1999, la desafectación de los suelos se incluyó en el manido protocolo que el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa firmaron en verano de 2002, aunque no se formalizaría hasta años más tarde. En realidad, y aunque de la implicación de Zona Franca en el desarrollo de los suelos se hablaba desde el principio, no fue hasta las navidades de 2005 cuando dicho compromiso se formalizó con la firma de un protocolo de intenciones, que en realidad fue más un gesto político que otra cosa.

Eso sí, esa firma tuvo la virtud de poner un rumbo definitivo para los terrenos de Janer con la idea de desarrollar un parque empresarial o un centro de negocios, que fueron las primeras ideas que se pusieron sobre la mesa cuando Zona Franca le echo el ojo a los suelos. Entonces, no obstante, quedaba un larguísimo camino por recorrer, como pronto pudo comprobarse.

Ya en enero de 2006, Defensa completó la desafectación de los terrenos y empezó a preparar su venta para que pasaran a manos de Zona Franca. Pero su desarrollo tuvo que esperar a la tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que entonces se estaba redactando y que, además, resultaría larga y tortuosa.

La tentantiva municipal de sacar adelante el proyecto a través de una modificación puntual del Plan Vigente que se tramitó en 2006 desde el Ayuntamiento fue rechazada dos años después, en 2008, por la Junta de Andalucía. Para desarrollar los suelos de Janer era necesario esperar a la aprobación definitiva del nuevo PGOU.

Y hasta 2013 no llegó a entrar el documento en vigor. Para entonces la crisis económica y sus durísimas consecuencias habían enfriado bastante las pretensiones del proyecto del parque empresarial.

Aunque el compromiso de Zona Franca no había caído en saco roto. En marzo de ese mismo año, el Consorcio formalizó la compra de estos terrenos de San Fernando por 6,7 millones de euros y de la mano del Ayuntamiento de San Fernando inició una larga tramitación urbanística al objeto de desarrollar los terrenos.

Lo que quedaba de la vieja escuela fue demolido unos meses más tarde. Lo primero, no obstante, fue redactar y aprobar un plan especial en el que Zona Franca apostaba por el uso comercial de los suelos, al dedicarles más de 15.000 metros cuadrados. El trámite que se demoró más de un año -hasta 2014- mientras se desarrollaba unos trabajos arqueológicos, que dieron bastante que hablar: en la zona aparecieron hasta once hornos de la época púnica y 48 enterramientos fechados entre los siglos III y I A.C., un yacimiento bastante importante.

En verano de 2015 solo quedaba empezar las obras de urbanización. Todo estaba a punto. Pero el proyecto volvió a pinchar. Tras un largo parón, Zona Franca terminaría por sacar a la venta pública los suelos al carecer de recursos para afrontar por su cuenta este desarrollo que suponía una inversión de varios millones de euros.

Tuvo que hacerlo dos veces, porque la primera tentativa que se hizo en marzo de 2018 para dar salida a estos terrenos fracasó al quedar desierto el proceso. Se volvió a intentar y a finales del pasado año se consiguió por fin adjudicar. Ten Brinke Desarrollos entraba entonces en escena. El desarrollo de los suelos quedaba en manos de la iniciativa privada y, por primera vez en dos décadas, la posibilidad de transformar la zona en un espacio comercial y destinado a la actividad económica se convertía en algo real.

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