Las obras de consolidación que desde el pasado mes de marzo se llevan a cabo en la Casa Lazaga para frenar el acusado deterioro que el edificio presentaba tras años de abandono se encuentran ya en su recta final, como acredita el resanado y repintado de la característica fachada principal que da a la calle Real que los isleños pueden contemplar desde hace ya unos días.

Dado el deplorable estado que arrastraba la histórica finca, el cambio ha resultado especialmente llamativo y, desde luego, no ha pasado desapercibido para los ciudadanos.

Los trabajos, según el equipo de gobierno, tienen previsto terminar en el próximo mes de enero, aunque la recuperación del histórico inmueble –adquirido por el Ayuntamiento isleño hace casi 21 años– seguirá todavía pendiente de la ejecución de las obras para la rehabilitación integral del edificio, proyecto que ahora se está redactando.

Su coste se estima en unos dos millones de euros y el ejecutivo de Patricia Cavada ha anunciado ya que tiene intención de convertir la Casa Lazaga en el segundo edificio administrativo de la ciudad, aunque para eso, en el mejor de los casos, quedan todavía varios años por delante.

La inversión inicial que han supuesto estas obras de emergencia asciende a 640.081 euros y el objetivo de esta actuación no ha sido otro que frenar el acusado deterioro del edificio de estilo isabelino y garantizar su estabilidad, que también estaba en riesgo, para posteriormente afrontar las obras de rehabilitación en una segunda fase.

También se ha llevado a cabo los trabajos de impermeabilización de las cubiertas.

Fachada de la Casa Lazaga, tras la intervención.