Un documental para abordar la historia del archivo fotográfico Quijano de San Fernando

Jose Ramón García García estrena ‘La memoria revelada: Fotografía Quijano’, en el que recorre 130 años de historia isleña a través de esta saga

Los Quijano: un siglo en fotografías de San Fernando

El realizador del documental, Jose Ramón García, acompañado por José Manuel Quijano (izq) y Pablo Quijano (dcha).
El realizador del documental, Jose Ramón García, acompañado por José Manuel Quijano (izq) y Pablo Quijano (dcha). / Antonio Zambonino

Tirando de refranero, se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero cuando se trata del archivo fotográfico de la familia Quijano no hay duda de que este tópico se hace realidad. Recorrer este archivo es echar un vistazo a más de 130 años de historia de San Fernando a través del objetivo de varias generaciones de una saga. Y eso bien vale un documental.

Dicho y hecho: un abarrotado auditorio del centro de congresos acogía el viernes el estreno de La memoria revelada: Fotografía Quijano, una cinta en la que el antiguo docente, realizador y coleccionista José Ramón García García se sirve de testimonios de historiadores, expertos y miembros de esta familia y de fotografías procedentes de dicho archivo para relatar cómo los Quijano se establecieron como una referencia y cómo iban reflejando la realidad que les había tocado vivir.

El auditorio del centro de congresos completó su aforo para el estreno.
El auditorio del centro de congresos completó su aforo para el estreno. / Antonio Zambonino

Todo empezó con Manuel Quijano López, que durante la segunda mitad del Siglo XIX fundó la marca Fotografía Quijano y sentó la base de esta saga de artistas, que mediante sus cámaras iban inmortalizando el desarrollo de San Fernando.

Suyas son instantáneas como aquella tomada en 1895 de la misa de campaña que tuvo lugar en la plaza del Rey para despedir a las primera tropas de Infantería que salieron hacia la Guerra de Cuba. Una foto que capta la solemnidad del instante y que recuerda que detrás de cada uniforme hay una historia.

Este pionero, que falleció en 1908, retrataba una Isla que “se atrevía a soñar en blanco y negro sobre calles de adoquines y cantos rodados”, tal y como recuerda esta cinta.

La segunda generación de esta saga de fotógrafos estuvo liderada por sus hijos: Antonio y Juan Quijano Gómez. El primero trabajaba más tomando fotos de calle y exteriores, mientras que el segundo pasaba más tiempo en el estudio, editando y coloreando fotografías.

Esta dupla de hermanos dejó constancia con sus cámaras de, entre otros muchos momentos, la conmemoración del primer centenario de las Cortes de 1810, la inauguración de la Escuela Naval en 1913 o el nombramiento de la Virgen del Carmen como Patrona de San Fernando en 1920.

También son de ellos las primeras fotografías de las hermandades y templos isleños y las famosas imágenes coloreadas con lugares de la ciudad que vendía la Imprenta Iris a modo de postales. Además, los Quijano ofrecían fotos de estudio de manera itinerante en las ciudades y pueblo de a provincia, que luego tenían uso privado o administrativo.

En el documental. Pablo Quijano Cabeza revisa, a través de un recuerdo de su niñez, cómo trabajan estos hermanos: “Un día seguí a mi abuelo Antonio a una habitación roja en la que sumergió un papel en un líquido en el que, como por arte de magia, fue apareciendo un militar con muchas medallas, que resultó tratarse de Faustino Ruiz. A mi tío Juan lo recuerdo como el pintor por antonomasia, retocando con pincel cada negativo”.

Cartel anunciador de la cinta.
Cartel anunciador de la cinta. / D.C.

La tercera generación de estos fotógrafos isleños estuvo en manos de Joaquín Quijano Parra, que aprendió el oficio de su tío Juan y de las mujeres que realizaban distintas labores en el estudio fotográfico.

De Joaquín son muchas fotos de los años 50 y 60 que reflejan cómo la ciudad iba cambiando su paisaje urbano y desarrollándose.

Entre las temáticas predilectas de este fotógrafo, que también colaboró en la prensa de la época, se encontraban las salinas, la Armada y la vida cofrade isleña, de la que formó parte de forma muy activa.

A él se le debe una de las imágenes más conocidas de la saga Quijano: la fotografía que se le tomó a la Hermana Cristina en 1976 para la renovación de su DNI y que luego se utilizó para ilustrar la conocidísima estampita de esta religiosa, cuyo proceso de canonización está abierto. Una imagen que está presente en muchos hogares de la ciudad y que numerosos isleños llevan consigo en sus carteras.

La irrupción de la fotografía comercial y el fácil acceso a una cámara hizo que la fotografía artesanal se fuese apagando, llevando a Joaquín a cerrar su estudio en los 70 y a publicar varios libros y complicaciones fotográficas.

Atrás queda un legado de una familia que, a través de sus objetivos, fue fiel notario de la realidad de la historia de la ciudad durante más 130 años.

Un legado que toma forma en un archivo familiar por el que vela José Manuel Quijano y que ya está más cerca de ser de todos los isleños. De hecho, la propia concejela de Cultura, Pepa Pacheco, aclaraba el viernes que el compromiso del Ayuntamiento es que en las próximas semanas se ponga en marcha el procedimiento administrativo para que éste sea municipal.

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