Alfonso investigaba sobre las antiguas almadrabas isleñas cuando escuchando las historias de los mayores entendió que debía hacer algo para que esas vivencias no se perdieran. Aparcó entonces la tarea que tenía entre manos e inició otra igualmente ambiciosa a la que decidió dar forma de novela. Ahora el fruto de esa idea y de hasta cuatro años de documentación y escritura ve la luz, y al contrario que un anterior libro que quedó en el ámbito más íntimo estará a la venta. Por lo pronto, mañana viernes presenta Callejuelas, ni olvido ni perdón en el centro de congresos. La cita está fijada a las 19.30 horas.

Alfonso Pavón aprovecha ahora que está retirado -trabajó durante muchos años como informático, en el Centro de Cálculo de la Diputación Provincial- para dedicar tiempo a algo que siempre le ha fascinado, la literatura. "Siempre me ha gustado escribir, juntaba cuatro palabras, escribía cuatro folios... pero un trabajo de esta envergadura requería tiempo y es gratificante ver el resultado", comenta, ilusionado por la novela en la que ha dado forma a esos recuerdos que surgían en las conversaciones con los mayores, "los que también me contaban mis abuelos", cuando buscaba datos y detalles sobre las almadrabas. De un estudio sobre esta forma de pesaca pasó a recopilar esas vivencias, y a sumergirse en el estudio de una época extensa, entre los años 20 y la posguerra. Había que buscar en hemerotecas, leer muchos libros e informes. "Pero mientras trabajaba era imposible dedicarle tiempo a localizar toda la información que requería", reconoce. Por eso, es en los dos últimos años, ya retirado, cuando arañó a la familia ese tiempo que necesitaba y buceó en diferentes archivos y bibliotecas, provinciales, municipales, no sólo en Cádiz y en San Fernando, sino en Sanlúcar y Jerez, porque hasta allí llega la historia que cuenta en Callejuelas, ni olvido ni perdón.

En La Isla el propio título del libro desvela qué rincón queda más retratado: Las Callejuelas. "Nací allí, conozco el barrio y además creo que es uno de los más emblemáticos de la ciudad", ofrece a modo de explicación Alfonso sobre su elección. Pero además esa zona del municipio resultó muy castigada en el periodo en el que se desarrolla la trama de la novela: el periodo de la II República, la Guerra Civil y la posguerra. Es el telón de fondo para contar la historia de sus dos protagonistas, un chico y una chica que se conocen desde la infancia y que mantienen su relación hasta que surge el amor. "Forjan una amistad que perdura a pesar de los problemas, pero es una historia complicada, especialmente por pertenecer a dos estatus sociales muy diferentes: él, de origen humilde; ella, hija de empresarios isleños", detalla sobre estos personajes que permiten que el lector conozcan el entorno en el que viven, marcado por la situación política, convulsa y dura de aquellos años en España. En La Isla, no era menos.

"No hubiera sido justo dejar de lado toda esa situación, esa historia que hay detrás. No podía eludir ese entorno, pero para los protagonistas no es importante", sostiene sobre su visión de la obra que ha escrito. El factor político queda patente, porque todo lo que rodeaba a la sociedad de entonces, lo que la hacía moverse, estaba condicionado por esa realidad, aunque matiza: "Era política, aunque se convirtiera en otra cosa".

Para Pavón no se trata de la primera incursión en la literatura, ya antes había escrito un libro de relatos cortos, que no llegó a publicar. "Se quedó en el ámbito familiar y de los amigos", sonríe al mencionarlo. Ahora la experiencia ha sido completamente distinta, y no se refiere sólo al hecho de que esté editada y pronto vaya a estar en venta en librerías como Bozano o Al Andalus, sino a la dedicación y el trabajo intenso que conlleva crear una novela. "La experiencia ha sido magnífica", sobre todo el esfuerzo realizado. Porque esa investigación exhausta que llevó a cabo trajo consigo días de vacío y otros de sorpresa y grandes hallazgos, se transformó luego en una tarea de escritura para darle forma; después de eso, en implicación en la edición del libro; y ahora, en la presentación de la novela para darla a conocer.

Alfonso ha tenido en este tiempo el apoyo de la familia, "están contentos, orgullosos, expectantes por ver cómo sale todo". Ha contado también con el respaldo de los compañeros de la Tertulia Literaria Rayuela de la que es miembro. "En la cultura a nivel popular, ya ha otros niveles no es lo mismo, es muy normal que entre todos se ayuden, incluso entre gremios", asegura. Como ejemplo, pone el gran éxito de eventos como Islacultura, donde se mezclan distintas expresiones artísticas: fotografía, literatura, música, cine...

Por el momento, Pavón se prepara para el gran momento, el previsto mañana, a las 19.30 horas en el centro de congresos para presentar a La Isla Callejuelas, ni olvido ni perdón.