Parece que el tiempo no pasa, porque casi todo sigue igual. Sin embargo no es cierto: Sigue todo, pero más viejo, más gastado y con múltiples achaques. Que se lo digan a los vecinos de la barriada Bazán que sufren la ausencia de una red adecuada de aguas fecales, lo que les obliga diariamente a llamar al camión de desatascos. Hasta dos o tres veces. En el bolque 3. En el bloque 7. Vienen un día, chupan y al día siguiente vuelven a tener que aparecer porque la poza se ha llenado. "No existen tuberías y el sistema que se puso en esta zona eran unas conducciones de ladrillo por donde corría el agua, que ha ido erosionando todo", comenta José María Santos Bonet, vicepresidente de la entidad vecinal del barrio, que habla de un subsuelo "hueco, vacío".

La falta de alcantarillado para aguas negras es uno de los temas que preocupa a la barriada como los representantes vecinales vienen denunciando desde hace mucho tiempo. Se puede convertir en un problema de salud, advierten. "El informe de deratización de hace unas semanas apunta que puede haber un plaga", se quejan.

De las entrañas de la barriada al exterior de ésta tampoco hay diferencia sobre los graves problemas que la acucian: de acerado, asfaltado, señalización, o zonas ajardinadas. Es larga, muy larga, la lista de necesidades con las que paliar el déficit que padece la Bazán. Desde la simpleza de la colocación de un rótulo con el nombre de Padre José Neira en la calle para rendirle homenaje que sigue sin realizarse a la remodelación del suelo del patio interior de los distintos bloques. "Empezaron con el acerado por el bloque 7 y ahí se quedó", sostiene Santos Bonet. "El suelo aquí es de chino lavado, y no se cambia cuando en otras zonas de la ciudad incluso se han hecho hasta dos veces obras", se queja.

La sensación de los vecinos de esta zona de la ciudad es que no se hace nada en las zonas comunes, "puede ser que lleve sin tocarse cosas 20 o 30 años", insisten. Por eso creen que la barriada "se muere poco a poco". No les sirven, dejan claro, los parches que se proyecten para sus calles y plazas porque eso no mejora la mejora por dentro y por fuera. Un ejemplo de esto es cómo está el interior de los bloques como resultado de las obras para poner red de pluviales. "Cuando ya habían tapado se dieron cuenta que no habían puesto el tubo y entonces excavaron una zanja que cruza el patio y lo taparon pero con un material de menos calidad. Una chapuza que se nota porque en esa tira está el suelo hundido", cuenta el vicepresidente de la asociación de vecinos. Hundidas también están las tapas de alcantarillado de la calle Eume, por los problemas de subsuelo. El parcheo también se demuestra en una zona del bloque 2 donde había un triángulo de arena que se ponía perdido cuando llovía. Sobre esa superficie se ha echado hormigón, pero éste sobresale por los bordes.

El mal estado de la carretera de La Carraca, con un asfaltado pésimo, con baches y sin una buena señalización; los problemas también de la calzada en la calle Cantabria (antes de llegar a la rotonda del ancla) por donde pasan muchos camiones, hay muchos baches y no se han instalado badenas; los alcorques rotos o levantados; la excesiva altura de las palmeras (que piden que se transplanten) y de algunos árboles son algunas de las cuestiones que ponen sobre la mesa para exponer la situación de dejadez en el barrio.

Aunque saben que los próximos presupuestos municipales contemplan una partida, desconocen a qué se va a destinar. "No sabemos nada. Sólo pone reurbanización, sin detallar, y no nos sirve porque no queremos que vuelvan a parchear", comentan desde la entidad vecinal, que pone como ejemplo el cuidado a la barriada Carlos III con la que colinda para mostrar las diferencias de actuación en uno u otro punto de la ciudad.

Sus quejas no sólo se dirigen a la Administración local, también a la andaluza, a la que vienen pidiendo que intervenga en los inmuebles -y viviendas, como han tramitado algunos vecinos-, algunos de ellos apuntalados, para su rehabilitación. El delegado de Fomento y Vivienda, Manuel Cárdenas, se reunió con ellos, visitó la barriada y dijo que iba a estudiar las posibles actuaciones. "Es verdad que nunca prometió hacer nada, pero sí a contestarnos antes de octubre y no sabemos nada aún", explica José María Santos Bonet.