Los seis cursos de Primaria del colegio San Ignacio se ubicarán en el edificio de Infantil a partir del lunes. A ellos se sumará el aula de Educación Especial. El traslado de las clases al otro edificio del centro –que también cuenta con un anexo– supone una medida de seguridad adoptada por el Ayuntamiento tras la caída del parte del techo del aula y su decisión de asumir las obras que las instalaciones necesitan por sus problemas estructurales.

El alumnado ocupará el espacio sin uso del que disponía el edificio que acoge los cursos de los más pequeños al ser un centro antiguo adecuado para más líneas. Para ello durante esta semana ha sido necesario ejecutar trabajos de adecuación, centrados en algunas tareas de resanado y albañilería y otras mejoras. La delegada de Desarrollo Urbano, María José Foncubierta, y el concejala de Mantenimiento Urbano e Infraestructuras, comprobaban el viernes el resultado de esta actuación, previa a los trabajos de limpieza que se iban a desarrollar a lo largo del fin de semana.

Para el lunes se prevé comenzó con el traslado del mobiliario y el material didáctico, una labor que se hará de manera progresiva. De hecho, a medida que se muevan muebles y el resto de materiales, se procederá al traslado de los grupos. La estimación es que los estudiantes de Primaria y de Educación Especial ya ocupen sus nuevas aulas entre el lunes y el miércoles.

En el edificio en el que hasta ahora se desarrollaba este ciclo formativo seguirán en uso los despachos de dirección, el patio –que seguirá utilizándose por los alumnos al estar al aire libre–, el comedor y el aula de Informática, hasta la que se desplazarán los cursos cuando les toque esta materia.

Foncubierta informa de que ya se han dado las instrucciones para que se inicie el proceso de licitación de la redacción del proyecto y la dirección de obra, paso previo a la licitación de la ejecución de las mejoras. El colegio San Ignacio sufre, según los informes técnicos, problemas estructurales, que la comunidad educativa lleva meses demandando que se arreglen.

Desde el gobierno municipal se ha tomado la decisión de asumir esta intervención, aunque insisten en que se trata de una competencia de la Junta de Andalucía, que por su parte achaca a falta de mantenimiento la situación actual del colegio. De hecho, hace unos días la delegada territorial de Educación, Isabel Paredes, hacía mención a esta cuestión y apuntaba a los requerimientos realizados desde la Dirección al Ayuntamiento para arreglar las incidencias.

La alcaldesa, Patricia Cavada, deja claro que las comunicaciones de incidencias de los centros educativos de Infantil y Primaria se atienden con normalidad –arreglo de puertas, ventanas o caída de algún elemento–, pero rechaza que la aparición de grietas o los problemas en la fachada con riesgo de desprendimiento –que llevaron al Consistorio a colocar una malla protectora hace unos meses– sean actuaciones que debe solventar la administración local y por el contrario competen a la Junta. "Los informes técnicos no avalan esa falta de mantenimiento que argumenta la Junta", abunda. "Cuando advertimos de que en el presupuesto de la Junta no había prevista una partida para el colegio San Ignacio saltaron diciendo que había 60.000 euros para los trabajos comprometidos, pero ahora se agarran a que corresponde al Ayuntamiento", recuerda.

"Ante la pasividad de la Junta y su falta de agilidad, hemos decidido hacer frente a la situación del San Ignacio y se ha sido ágil administrativamente con contratos de urgencia para realizar la adecuación del edificio de Infantil, la limpieza y el traslado previsto", apunta. "Nos centramos en la seguridad de los niños y de los profesionales pero reclamaremos a la Junta su coste", insiste.