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San Fernando

San Fernando se queda sin Domingo de Ramos: el peor comienzo posible de la Semana Santa

El público aguarda ante la parroquia de La Ardila mientras los pasos de Humildad y Paciencia se asoman a la puerta del templo.

El público aguarda ante la parroquia de La Ardila mientras los pasos de Humildad y Paciencia se asoman a la puerta del templo. / Germán Mesa (San Fernando)

Complicado. Muy complicado se ha presentado este Domingo de Ramos en San Fernando. A las previsiones de la llegada da la DANA para la tarde se sumó también por la mañana el fuerte viento, que pasado el mediodía llegó a soplar con rachas de 62,6 kilómetros por hora, según los datos recopilados por la estación meteorológica del Observatorio de la Armada en la localidad. Y la calima. Y la amenaza de una lluvia de barro.

Todo pintaba en contra. Aún así las hermandades han luchado por una jornada que se han resistido a dar por perdida. Columna y Humildad y Paciencia han llegado a pedir una hora de prórroga al Consejo de Hermandades en aras de una posible mejoría que no ha llegado. Todo ha sido en vano. A pesar de la ilusión, las tres cofradías del día se han visto abocadas a suspender sus salidas.

Y eso que en La Victoria, a escasos metros de la capilla de La Salle, los isleños hacían cola para comprar su paquetito de roscos cuando pasaban las tres de la tarde, como marca la tradición. Y en torno a la puerta del colegio se empezaba a congregar el público a la espera de la salida de la primera del día: la Borriquita.

Lágrimas en la Borriquita tras la suspensión de la salida procesional, en San Fernando. Lágrimas en la Borriquita tras la suspensión de la salida procesional, en San Fernando.

Lágrimas en la Borriquita tras la suspensión de la salida procesional, en San Fernando. / German Mesa

Pero esa apariencia de normalidad era solo eso: un espejismo. Lo han tenido difícil los primeros, porque ni los partes meteorológicos ni el aspecto de un cielo plomizo presagiaban nada bueno. Hasta algunas gotas han caído mientras los hermanos –los primeros penitentes de la Semana Santa– se dirigían al templo.

Apenas media hora antes de la salida, la junta de gobierno se reunió para tomar la decisión que nadie quería escuchar pero que a esas horas era la única posible. La de no salir a la calle. La primera hermandad de la Semana Santa isleña suspendía así su salida procesional y el Domingo de Ramos empezaba a truncarse esde bien temprano.

El hermano mayor, Luis Samuel Roncero García, se dirigió a los hermanos congregados en el patio interior del colegio para informarles de la decisión. La noticia, aún esperada, fue acogida entre lágrimas, abrazos y muestras de congoja por los hermanos de la Borriquita. No era para menos. La Semana Santa de San Fernando empezaba así de la peor forma posible, porque sin la cruz de guía lasaliana saliendo de la capilla de la Estrella en torno a las cuatro de la tarde del Domingo de Ramos ya nada va a ser lo mismo.

La de este Domingo de Ramos ha sido además una jornada de mucha, mucha tensión dentro de las iglesias. Y de esperas que desde luego han parecido eternas mientras se consultaban las últimas actualizaciones de los partes del tiempo y se miraba al cielo, a ver si había algún resquicio para que la gloria cofrade de la primera jornada de la Semana Santa isleña pudiera colarse.

Ha sido una tarde de nervios, dudas, incertidumbre... Y, claro está, también de muchas lágrimas que se han derramado en el interior del templo.

En el patio de La Salle las dos bandas que iban a acompañar en la calle a la Borriquita –la agrupación musical Nuestro Padre Jesús de la Humildad, de Lebrija; y la banda de música de la hermandad del Nazareno de San Fernando– tocaron sus marchas procesionales mientras las secciones del cortejo iban pasando simbólicamente por delante de los titulares.

Ha sido un momento especialmente íntimo para los hermanos y cargadores: no se salía a la calle pero qué menos en esta tarde de Domingo de Ramos que una mirada de complicidad y un beso a María Santísima de la Estrella y a Cristo Rey en su Triunfal Entrada en Jerusalén, que además –aunque solo lo haya hecho en el interior de la capilla– ha brillado sobre el nuevo dorado del paso, que deja ver ya el frontal completo. Una auténtica maravilla.

Prórrogas de una hora

Pero todavía a esas horas había mucha tela que cortar en una jornada de Domingo de Ramos que se iba a resistir a darse por perdida. Poco antes de las cinco de la tarde, que era la hora a la que la hermandad de Humildad y Paciencia tenía previsto iniciar su recorrido desde el barrio de La Ardila la junta ha informado a los hermanos reunidos en el interior de la parroquia de San Servando y San Germán de que había pedido una hora más de margen al Consejo de Hermandades y Cofradías a la espera de ver cómo evolucionaba la convulsa meteorología.

Y apenas unos minutos después, Columna se pronunciaba en el mismo sentido. La tercera del día también solicitaba una hora de margen, con lo que el plazo se ampliaba hasta las siete y media de la tarde. Ambas cofradías se han aferrado a una posible mejoría conforme avanzara la tarde que les permitiera echarse a la calle. Y también, con ellas, lo ha hecho La Isla. Pero ha sido en vano. Por muchas ganas que hubiera, las cartas con las que ha tocado jugar eran las peores posibles.

Además, a medida que avanzaba la tarde, ha empezado a llover sin tregua. Una lluvia débil pero continua y más que suficiente para cargarse la jornada.

Humildad y Paciencia no sale

En la parroquia de San Servando y San Germán, ese compás de espera que ha sido la hora de prórroga, se ha aprovechado para rezar las vísperas y para un emotivo acto: el encendido de la vela de Lágrimas de Vida –la campaña a favor de la donación de órganos– que se ha llevado a cabo en el palio de la Virgen de las Penas y que ha realizado una de sus hermanas más pequeñas, India, por cuya salud se ha pedido a la Reina de La Ardila.

A las seis de la tarde, el hermano mayor, Guillermo Zuaza, ha vuelto a dirigirse a los hermanos arropado por su junta de gobierno para comunicarles la decisión definitiva: Humildad no saldría a la calle. No había una posibilidad a la que aferrarse para afrontar la salida procesional.

Pero en el interior de San Servando y San Germán se han vivido los que quizás han sido los momentos más cofrades de toda la tarde del Domingo de Ramos, con sus levantás, sus mecíos de la cuadrilla de la JCC y sus no pocas marchas procesionales de la agrupación musical Ecce Mater y de la banda Agripino Lozano, que han acompañado la puesta en carrera de los pasos para reubicarlos en el templo antes de abrir sus puertas para que fieles y devotos pudieran acercarse a contemplar las imágenes tras la suspensión de la salida procesional. Hasta se han asomado a la puerta de la parroquia en medio del rotundo aplauso del público que aguardaba en el exterior. Han sido momentos que han dejado entrever lo que debería haber sido ese Domingo de Ramos que pudo ser.

Momento en el que el hermano mayor de Humildad y Paciencia se dirige a los hermanos, en San Fernando. Momento en el que el hermano mayor de Humildad y Paciencia se dirige a los hermanos, en San Fernando.

Momento en el que el hermano mayor de Humildad y Paciencia se dirige a los hermanos, en San Fernando. / Germán Mesa (San Fernando)

Desde 2016 sin lluvia en el Domingo de Ramos isleño 

Desde luego, hay que remontarse ocho años atrás en el tiempo, hasta la Semana Santa de 2016, para encontrar otro Domingo de Ramos pasado por agua. Aunque en aquella ocasión las tres hermandades del día salieron para verse sorprendidas horas después por un fuerte chaparrón. Lo ocurrido esta tarde, en la que ninguna de las tres cofradías de la jornada ha llegado a procesionar, no pasaba desde hacía muchos años.

Columna, que ha sido la última en tomar una decisión, se había dado de plazo hasta las siete y media de la tarde tras la prórroga pedida al Consejo. Pero ni siquiera ha llegado a agotar este tiempo. A las siete ha informado ya de que tampoco saldría a la calle.  En esos momentos no dejaba de llover y tampoco se esperaba una mejoría. Así que no quedaba otra en realidad.

La Iglesia Mayor Parroquial ha abierto sus puertas desde las ocho menos cuarto de la tarde hasta las diez de la noche para que los isleños puedan ir al encuentro del Domingo de Ramos ya que la lluvia ha impedido que la Semana Santa comenzara en las calles. Las nefastas previsiones del tiempo que se manejaban desde hacía días se han cumplido finalmente como una profecía que anunciaba el peor comienzo posible para esta Semana Santa de 2024.

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