Triunfal fue la llegada de los Reyes Magos a San Fernando. En helicóptero, con la grada del Estadio Iberoamericano de Atletismo repleta de niños y niñas, y de sus padres, tíos y abuelos. Triunfal fue el recorrido por la ciudad que realizaron tras visitar el Hospital de San Carlos en autobús descapotable. Y triunfal fue, por supuesto, la cabalgata que han protagonizado esta tarde, acompañados en todo su recorrido, desde la avenida Constitución hasta la Plaza del Rey, por una gran cantidad de personas, pequeños, y no tan pequeños. Que a la ilusión se apunta todo el mundo.

"¡Queremos cabalgata, queremos cabalgata!"

No comenzó puntual el recorrido desde el colegio Erytheia, donde empezaba este año. Se hizo aguardar, y eso extendió la espera de quienes ya habían ocupado un buen lugar para ver las carrozas y a sus ocupantes, los cortejos y los acompañamientos de baile, música o fantasía. No es de extrañar que en algunos despertara las ansías y corearan "¡queremos cabalgata, queremos cabalgata. queremos cabalgata!".

Sus deseos fueron órdenes porque fue precisamente en ese instante cuando la maquinaria se puso en marcha. Es una expresión literal porque lo primero que echó a andar fueron los vehículos de Policía Local, Policía Nacional, Bomberos y barredoras del servicio de Limpieza que se exhibían en esta ocasión.

El ansía por ver la cabalgata también era por recoger la gran cantidad de caramelos que se lanzó desde las carrozas, y que también repartió una parte de los pajes de cada personaje. Para guardarlos abundaban la habituales bolsas de plástico, pero llamaba la atención que en muchos casos estas se habían sustituidos por bolsas de tela. Curiosamente, cada vez son menos los paraguas que se abren para captar cuanto más dulces mejor. Se evita llamar a la mala suerte, y que la lluvia haga acto de presencia. Es necesaria, pero ya impidió el jueves que la cabalgata del Heraldo Real recorriera el centro de la ciudad. Mejor, otro día.

Hubo ímpetu entre quienes lanzaban los caramelos, "de arriba a abajo", comentaba entre risas un paje. Muchos no se libraron de los caramelazos. Hubo ímpetu entre quienes se lanzaban a recogerlos.

Día frío, ambiente cálido

La excitación por el paso de la cabalgata hacía que los presentes entraran en calor, necesario por el frío del ambiente afectado por el viento. A pesar de todo, no sobraban gorros de lana, capuchas de chaquetones y bufandas.

Otros subían su temperatura dando palmas y animándose al son de los distintos ritmos que sonaron durante el recorrido. No en todo el recorrido, eso sí, que un tramo de la calle Real era libre de ruido para que de esta cita pudieran disfrutar también personas con trastorno de espectro autista.

Se escucharon villancicos, que hicieron las delicias de los más pequeños, que se los sabían. Especialmente, aquel que dice "ya vienen los Reyes Magos, ya vienen los Reyes Magos, caminito de Belén, olé, olé y olanda...". También salían de los altavoces canciones infantiles y de ritmos latinos. Animaron, entre otros, el Grupo Musical Ilusión, y otras bandas. Llamó la atención los timbales que acompañaban al cortejo de Baltasar.

Y bien que se lo pasaron

Entre repartir caramelos y saludar se debatían la Estrella de Oriente, el Heraldo Real y Melchor, Gaspar y Baltasar, que sonrían a un lado y otro, agitaban sus manos hacía un margen y hacia otro y dividían sus lanzamientos a izquierda y derecha, a quienes estaban más cerca de las carrozas, a quienes estaban en la zona trasera. Ya se encargaban sus pajes de saltar y bailar. Que de eso también hubo mucho. Y bien que se le pasaron, como el público.