Lolo Picardo: "A la Venta viene mucha gente, ahora, durante los 29 años que ha tardado el Museo Camarón y antes también"
Gerente de la Venta de Vargas, ex concejal y ex coordinador de Axsí en San Fernando
Hostelero de raza, creador de Asihtur -la asociación que le dio la vuelta al gremio en La Isla- impulsor del flamenco... Puso el punto final a su aventura política tras las municipales
Lolo Picardo dimite del cargo de coordinador local de AxSí en San Fernando
La historia que guarda la Venta de Vargas
Después de las elecciones, en las que no volvió a salir de concejal, dejó la coordinación del partido AxSí en la localidad. ¿Decepcionado con su paso por la política?
No, no, que va... Yo me metí en política por mi sangre andalucista, por mis convicciones. Para luchar por el andalucismo. Eso es lo que me duele de verdad, aunque terminé haciendo política municipal. Que conste que quiero muchísimo a San Fernando y lucho todo lo que puedo por la ciudad, pero mi vocación estaba más allá de La Isla, era pelear por el andalucismo en todas las provincias. Es que mire lo que está pasando ahora en España: nadie habla de Andalucía; se habla de Cataluña, del País Vasco, de Galicia... Pero de Andalucía, no. Y ahora me viene mucha gente por la calle y me dice que deberíamos tener allí (en Madrid) un partido andalucista que mirara por nosotros... ¡Pero a la hora de votar siempre votan a los mismos! Yo desde luego espero ver un resurgir del andalucismo en la comunidad antes de morirme, tengo esa ilusión, esa esperanza en que despertemos.
Se lo pregunto porque suele pasar cuando se trata de profesionales ajenos al mundo de la política que se meten con muy buenas intenciones y mucha ilusión... Pero luego salen escaldados porque ni de lejos es lo que se esperaban
No lo veo así. Para mí ha sido una experiencia más y muy bonita además, porque uno conoce a fondo como funciona, como se lleva el Ayuntamiento. He conocido a muchísima gente en estos años y he visto a fondo la problemática que tiene San Fernando, que en algunos aspectos hasta desconocía. Sí que es verdad que han sido 4 años que se han vivido prácticamente como una mayoría absoluta gracias a los votos que daban al PSOE los dos concejales de Cs. Y en ese sentido sí es amargo ver que no puedes hacer nada: vas a plenos que duran 4 o 5 horas para proponer cosas que tú piensas que son buenas para la ciudad pero no te aprueban ni una. Asimilar eso es duro. Pero yo he hecho amigos en todos los partidos y guardo un grato recuerdo del trabajo realizado y de mis compañeros andalucistas. No puedo hablar mal de ninguno de ellos. Simplemente, dimití del cargo al no salir elegido –iba el tercero de la candidatura, que consiguió representación para dos ediles– porque pensaba que era el momento, que era la hora de que la gente más joven se hiciera cargo de esto.
Y si se diera la ocasión, ¿volvería?
Yo para el andalucismo siempre voy a estar y voy a estar dispuesto a ayudar, como si tengo que ir el último en la lista, me da igual. Con otros, le digo ya que no. Lo que pasa es que tengo también un ayuntamiento que se llama Venta de Vargas y aquí hacen faltan también concejales y un alcalde para llevar esto para adelante, que de esta casa vive mucha gente. Por eso, al no salir en las elecciones, pensé que era el momento de volver a mi sitio.
Ahora que puede hablar con total libertad... ¿Qué piensa de San Fernando?
Pues le diría que San Fernando en los últimos años ha evolucionado bastante en imagen. Patricia Cavada está haciendo un buen trabajo de imagen de San Fernando, es algo que se le da bien. Y ha ganado bastante en atracción de gente de otras localidades. Y eso no es porque lo digan ellos, es que yo lo veo aquí: al negocio viene gente de fuera, más que antes. En la hostelería hemos tenido un buen año y en parte es gracias a esa labor que se está haciendo con todas las fiestas: la Navidad, el Carnaval, la Semana Santa, Halloween... Que por cierto, Halloween fue una cosa que inventamos desde Asihtur (Asociación Isleña de Hostelería y Turismo) cuando Cristina Arjona era concejala de Fiestas y mira dónde ha llegado. Y me alegró eh, que era un mes malísimo para la hostelería.
Pero en La Isla hay también problemas gordos de fondo en los que no se meten, no se tocan y están ahí. Y subir la contribución (el IBI) teniendo dinero en el banco me parece un crimen, cuando además el Ayuntamiento –se ve en la ejecución de los presupuestos– no tiene capacidad para gastarse el dinero. Que hay muchísimas familias en la ciudad que no pueden de verdad... Aunque para mí el problema más grave, el hoyo más negro de la gestión de Cavada ahora mismo es La Magdalena. Eso no puede estar como está –con la obra parada desde hace más de un año y medio– y con la falta de aparcamientos que hay en la zona. Si ahora se ha proyectado hacerlo para 2027... ¡Por lo menos deja que los coches aparquen ahí, porque ese era el desahogo que tenía San Fernando! No lo digo por mí, que cualquiera puede decir que me pongo así porque me interesa y porque mi negocio está aquí al lado. Es que los que vienen a la ciudad no tienen donde aparcar. Que, por ejemplo, han hecho el Museo Camarón –al que han venido ya miles de personas– y la gente no sabe dónde dejar el coche cuando llega.
Usted fue uno de los mayores impulsores de la Asociación Isleña de Hostelería y Turismo, que va a cumplir diez años, además de su primer presidente... Ahora se dice que la hostelería vive una edad dorada en La Isla, ¿cuánto ha tenido que ver Asihtur con todo esto?
Mucho, mucho... Al margen del trabajo individual de cada hostelero, Asihtur nos ha unido a todos, ha conseguido que nos apoyemos entre nosotros y nos ha dado una voz para dirigirnos al Ayuntamiento en lugar de ir cada uno por su cuenta. Creo que su labor ha sido muy positiva. Para mí además ha tenido una imagen impecable y –no quiero contarme aquí– la ha llevado gente muy buena que lo ha hecho muy bien, tanto en la relación con el Ayuntamiento como en la organización de las rutas gastronómicas y otras iniciativas conjuntas. Hoy, Asihtur es hoy una asociación de referencia no solo en la provincia de Cádiz sino a nivel regional. Debería existir siempre.
Calles repletas de gente en Navidad, prácticamente no se ha podido sentar uno en un sitio si no ha reservado antes, pero en el balance se pone un 'pero': la inflación... Hay gente que piensa, lo sabe bien, que los hosteleros siempre se quejan
(Se ríe). Sí que parece que nunca estamos contentos. ¡Pero la subida de los precios se nota, eso es verdad! Aunque es cierto también que ha sido un buen año para toda la hostelería en general en San Fernando y creo que también en la provincia. El clima –la ausencia de lluvia– aunque sea tan malo para otras cosas ha ayudado también. Y eso se traduce, hablo ya de la provincia en general, en que viene gente de fuera.
En el caso concreto de la Venta tenemos nuestra programación de flamenco, hacemos hasta 200 actuaciones al año. Y gracias a eso hemos conseguido en los últimos años ser una referencia. En la hostelería todo se basa en tener una buena comida y un buen servicio: si no tienes eso, la gente no te viene. Pero a eso, nosotros le hemos añadido ahora una tercera pata que históricamente tenía ya la Venta y que es el flamenco. Fíjese que hasta hemos conseguido sin la ayuda de nadie captar eso que siempre anda buscando el Ayuntamiento: que vengan los cruceros. Cuando el Viking Sea hizo escala en Cádiz vinieron durante dos días los cruceristas a un almuerzo con espectáculo flamenco. Y se fueron además muy contentos, así que espero que repitan.
¿Qué le falta ahora a la hostelería isleña?
Algo por lo que yo nunca voy a luchar: una estrellita Michelín. Nosotros en la Venta tenemos nuestra trayectoria y lo nuestro es la comida tradicional, por eso le digo que no estamos ahí. Pero en La Isla hay muy buenos cocineros que podrían pelear por ello, que tenemos algunos ejemplos muy cerquita también, en Cádiz, en Chiclana, en El Puerto... Aquí lo tenemos todo y se come y se merienda estupendamente, pero para que empiecen a tomarnos en serio haría falta una distinción de esas, de nivel nacional e internacional.
¿El Museo Camarón es un pelotazo?
Sí, viene muchísima gente. Era algo que se venía pidiendo desde hacía mucho tiempo y se hizo a los 29 años de la muerte de Camarón. No tengo pelos en la lengua: creo debería caérsele la cara de vergüenza a los anteriores responsables por no haberlo hecho antes. ¡Es una referencia para que la gente venga a La Isla! También le digo que esto hay que cuidarlo y hay que mimarlo mucho. Que después de verano se haya llevado un par de meses cerrado (por la licitación del nuevo contrato para su gestión, que fue recurrida) ha sido un palo muy gordo. Aquí se ha plantado gente de fuera que había hecho la reserva y no la habían avisado... Eso no se puede permitir. Y luego, el Ayuntamiento tiene que cerrar de una vez ese acuerdo que está pidiendo la viuda de Camarón. Eso está a la espera de un convenio, que Conrado Rodríguez (concejal de Desarrollo Económico) tiene en la mesa. Pienso que es fundamental que el Museo empiece a generar algún beneficio a la ciudad. Hay que empezar a cobrar la entrada y que parte sea para el municipio –para autofinanciar el propio Museo– y parte para la familia, que cedió el legado y aunque ya recibe una cantidad por ello creo que hay que cerrar de una vez ese acuerdo que llevan tiempo pidiendo porque así podremos dar otro pasito con el Museo, lanzar el mershandising...
Hay gente que ha criticado que el Museo Camarón haya abierto al lado de la Venta... Y usted era concejal
Bueno, era concejal de la oposición: ¡¿Me van a hacer un Museo a mi gusto?! Es que el Museo se pone aquí porque aquí está la Venta, es al revés. A la Venta viene muchísima gente, tal y como venían antes. Ahora vienen más pero durante los 29 años en los que no ha habido Museo, los que llegaban a La Isla buscando Camarón iban a la Venta. Y nosotros los hemos estado recibiendo, les hemos enseñado todo esto. Y la gente se iba contenta. Sinceramente, yo nunca vi la Casa Lazaga –que era la otra opción que se barajaba– para el Museo Camarón. No me pegaba nada ni me pega con Camarón.
Cien años de la Venta de Vargas en 2020... Y llega el Covid y se carga el aniversario
Pues sí, teníamos preparada toda una programación y mira como fue el año. Fue nefasto para la hostelería. Al año siguiente intentamos celebrar el 101 pero no pegaba. Pero tenemos pensadas otras cositas en breve: queremos hacer un homenaje a mi padre y a mi tío, a José y Lolo. Los dos se fueron de un día para otro y han sido nuestra inspiración, los que han creado todo esto que tenemos ahora. Se lo merecen y así retomamos eso que tenemos pendiente con los 100 años que no pudimos celebrar. Nosotros somos ya la cuarta generación que pasa por la Venta y estamos enamorados de esto, trabajamos con mucho cariño y mucho mimo. Son ya muchos años. Mucha gente se ha creído alguna vez que la Venta se iba a pique pero esto gracias a Dios sigue adelante.
La pandemia le pasó también factura personalmente. Al tratarse de una persona conocida, fue uno de los casos más sonados que pasó por el hospital en los peores momentos. ¿Pasó miedo?
Miedo, no. A mí con 19 años me atropelló un camión de 25 toneladas y desde entonces veo la vida de otra forma. Pude haber muerto pero tuve suerte. Y desde entonces veo el día a día de otra forma. De aquello del Covid, después de estar ingresado, de hacer rehabilitación pulmonar y eso, salí bien. Aunque no puedo decir que esté completamente bien de salud porque tengo una enfermedad de fondo que es la artritis psoriásica, que me afecta a la cadera además de la cojera que me dejó el accidente. Las piernas son mi calvario, pero no me quejo. Yo estoy contento con mi vida. No cambiaría nada... Ni siquiera el accidente. Hombre, si volviera a empezar no me iba a poner delante del camión otra vez (bromea), pero lo que le quiero decir es que estoy satisfecho con mi vida, con el trabajo, con lo que hago, con mi familia...
Vamos con el flamenco. Además de gran aficionado es uno de sus principales impulsores en la localidad, usted y unos cuantos amigos... Ahí está por el ejemplo el premio Leyenda del Flamenco que hasta se ha convertido en el acto central del Día del Flamenco
Eso surge porque al año después de que se instituyera el Día del Flamenco vimos que no se hacía nada en San Fernando. Y se nos ocurrió esto del premio Leyenda del Flamenco, que ha ido bastante bien y se le ha dado a gente muy importante. Ahora queremos hacer una asociación o fundación Leyenda del Flamenco para dar un pasito más y hacer algo más grande. Estamos pensando en eso los tres, que en esto como bien dice al hablar de esos amigos, somos tres: Carlos Rey, Chico Javier y yo. A mí cuando artistas como Paco Cepero o Carmen Linares destacan en su currículum que tiene el premio Leyenda del Flamenco me llena de orgullo. Y disfrutamos mucho con el premio y con los artistas aquí. Así surgió también La Fragua, que es una asociación itinerante, que no tiene sede que no para de hacer cosas. Y está La Isla Ciudad Flamenca, los 42 días de flamenco en verano, que tiene que ver también con nosotros y que se ha convertido en una referencia. Y todo siempre lo hacemos con muchísima ilusión, muchísimo respeto y muchísimo cariño al flamenco.
Usted se trae a los colegios a la Venta de Vargas para hablarles de flamenco...
Hacemos un desayuno flamenco. Este año pasado vino el IES Botánico, cada año invitamos a uno. Les damos un desayuno y les hablamos del flamenco en San Fernando. Creo que es una forma de fomentar el flamenco entre las personas más jóvenes. Los niños, a menos que en su casa haya afición, no escuchan flamenco.
¿Ha cambiado la cosa con el flamenco en la localidad?
Sí, muchísimo. Antes se hacían cosas dispares, pero ya hay una unión. Y el Ayuntamiento se ha sumado... Falta –otra vez– ese pasito más: esa inversión, esa apuesta del Consistorio para hacer cosas más grandes.
¿Algo como los Premios Camarón?
Ojalá. A mí me encantaría. Pero le digo lo mismo que con el Museo: lo primero sería cerrar el convenio con la familia.
A usted le gustan también los toros y, de hecho, la Venta es también muy taurina.
Me gustan los toros y también, además del flamenco, la Semana Santa, lo tengo todo. Juan (Vargas) era muy aficionado y trasladó esa afición a la Venta, que ha perdurado. Yo también soy un aficionado a la tauromaquia.
¿Y los antitaurinos?
A mí lo que diga la gente me da igual. Me gusta el arte y pienso que hay que respetar eso.
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