San Fernando

Jueves Santo: Una tarde cofrade que se renueva

  • La hermandad del Santísimo Cristo del Perdón abrió una soleada jornada a las cuatro de la tarde en el barrio de La Casería. Dos horas después salió Misericordia y, a las nueve, lo hizo por primera vez las Tres Caídas desde la parroquia de la Sagrada Familia

El tiempo corre en Semana Santa. Aún no se ha desvanecido el recuerdo de la esplendorosa tarde del Domingo de Ramos o de la desafortunada noche del Lunes Santo cuando asoma, a la vuelta de la esquina, la fúnebre tarde del Viernes Santo. Una jornada que, sin embargo, esta vez, no marcará el final. Esta vez, será un preludio de la tarde excepcional que La Isla vivirá el Sábado Santo con su ilusionante Procesión Magna, antes de que la Resurrección ponga el verdadero punto final a la Semana de Pasión.

La Isla se termina de revestir para su Magna con cientos de reposteros colocados a lo largo del recorrido, que ondean con el viento, cuando llega el Jueves Santo, soleado, como manda la tradición, aunque algo frío, como el Miércoles Santo. La jornada, a mediodía, resulta prometedora. No sólo se esperaba una tarde de lo más cofrade que empezaría, en tan sólo unas horas, con la cofradía del Perdón. Se esperaba también una nueva madrugada de Viernes Santo, con la popular hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno en la calle. Y se esperaba también a una nueva hermandad, la de las Tres Caídas, que anoche procesionó por primera vez desde la parroquia de la Sagrada Familia, en la barriada Bazán.

Todo empezó en La Casería. A las cuatro de la tarde. La jornada se inició bien temprano. A esa hora, la nueva puerta lateral de la parroquia de la Inmaculada volvió a utilizarse. Volvió a abrirse para dejar pasar al cortejo de negros penitentes. Las capas blancas llegarán en la Semana Santa de 2011, aunque mañana se podrá ver un anticipo en la Magna ya que los hermanos que acompañarán al crucificado del Perdón las llevarán. Ayer, sin embargo, todavía no se desplegaron estas capas por La Casería. La junta de gobierno prefiere que todos los hermanos que forman el cortejo procesional tengan renovado su hábito penitente al mismo tiempo y para eso hay que esperar un año más.

Aunque, ayer, eso era lo de menos. Sobre todo cuando el potente crucificado del Perdón y su completísimo paso dorado -no hay canasto más cofradiero en La Isla, repleto de angelitos- enfilaron la puerta del templo para iniciar una esplendorosa tarde de Jueves Santo. Por fondo, el amplio cielo azul de la Bahía, sin nubes siquiera. Había bastante gente. La Isla, a las puertas de las horas clave de la Semana Santa, tenía ganas de echarse a la calle para disfrutar de sus procesiones.

La hermandad tardó sólo tres horas en llegar al centro. Su ritmo, como siempre, era bastante ágil y rápido. A las siete y cuarto hizo su entrada en Carrera Oficial. Fue la primera. Detrás, se adivinaba la cruz de guía de la Misericordia en la calle Real. Ambas cofradías protagonizaron una intensa tarde de Jueves Santo.

Poco antes había salido de la Pastora el misterio de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia. El Cristo, con su túnica bordada, el paso dorado, las marchas de cornetas y tambores sonando por la plaza... Era la típica estampa de un nuevo Jueves Santo en la Pastora.

Un detalle: la hermandad llevó a la práctica la nueva normativa de régimen interno en lo que se refiere al hábito de los hermanos. Las características capas azules de los miembros de la junta -que tanto se identificaron con la cofradía en otros tiempos- desaparecieron definitivamente. El completísimo palio de María Santísima de la Piedad, acompañado de la Banda Municipal, cerró el cortejo en la calle poco después de las siete. El Jueves Santo echa a rodar.

A esas horas, la calle estaba ya llena de gente. Un preludio de lo que acontecería después, durante la madrugada del Viernes Santo y la popular salida de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Entretanto, en la iglesia de San Francisco, los hermanos de la cofradía del Silencio van llegando al templo y se disponen a formar el cortejo de nazarenos que, a partir de las nueve y media de la noche, acompañaría al Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Esperanza en su recorrido por las calles de San Fernando.

Pero la noche del Jueves San to deparó ayer una nueva escena, un momento inédito: el que brindó la nueva hermandad de las Tres Caídas con su salida procesional desde la parroquia de la Sagrada Familia. Allí, en la barriada Bazán, se vivió uno de los momentos más cofrades de toda la jornada con la excepcional salida de esta cofradía y su nueva imagen titular, una obra de Jesús Vidal, sobre su nuevo paso. Salió a las nueve de la noche, media hora antes de lo previsto. El itinerario, hace tan sólo unos días, se modificó a causa de las obras del nudo de la Venta de Vargas. Por delante, todavía les queda una prometedora noche que compartirán con el Silencio y el Nazareno.

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