La Isla dibuja un nuevo mapa para el tráfico rodado tras el cierre de Real

Hasta septiembre de 2008, la calle Real fue el principal eje de comunicación de la ciudad, la vía que absorbía un mayor volumen de tráfico rodado y que garantizaba la movilidad de los ciudadanos de un extremo a otro del término municipal.

El tranvía y el progresivo avance de las obras de semipeatonalización -hoy ya en su recta final- obligaron a cambiar de la noche a la mañana históricas pautas de conductas de los isleños. Y todavía hoy, 19 meses después del comienzo de esta gran transformación de la calle Real, La Isla intenta amoldarse a esa nueva situación al tiempo que redescubre el centro reurbanizado que el tráfico ha perdido y que ha ganado el peatón.

Uno de los ejemplos más evidentes de estos cambios es el surgimiento de lo que muchos llaman ya la nueva calle Real: el eje formado por la avenida Al Ándalus, en La Ardila, y su conexión con León Herrero y Arenal (Parque), nuevos espacios urbanos que no sólo han notado una mayor afluencia de tráfico en el último año sino también el nacimiento de una importante actividad comercial.

Una vía alternativa que el Ayuntamiento, a través de la Delegación Municipal de Tráfico, ha impulsado como eje sustitutorio del tráfico rodado que antes discurría por la calle Real. De ahí las actuaciones llevadas a cabo para facilitar su conexión con Ruiz Marcet y el entorno de la Glorieta (Paseo General Lobo), la reordenación del tráfico emprendida en el entorno del parque Almirante Laulhé, transformado en una auténtica rotonda, o las próximas obras previstas -ya adjudicadas incluso- para implantar un doble sentido de circulación en la avenida Reyes Católicos.

El propio concejal de Tráfico, Daniel Nieto, apuntaba hace unos días el objetivo: habilitar un nuevo eje circulatorio de dos carriles en buena parte de sus tramos que permita conectar La Ardila con el entorno del hospital de San Carlos.

Es, desde luego, la mejor solución al tráfico rodado tras las restricciones impuestas a la calle Real, aunque -evidentemente- los ciudadanos esperaban que estas alternativas hubiesen acompañado el inicio de la gigantesca obra del tranvía y no su recta final. Los isleños se hubiesen ahorrado múltiples molestias e inconvenientes y un año realmente caótico en lo que a tráfico se refiere.

Pero este nuevo diseño del tráfico rodado -que responde más a la modificación de los hábitos de conducta de los isleños que a una determinada planificación auspiciada desde el Ayuntamiento- sigue aún pendiente de completarse en muchos aspectos. Esta misma semana, la Asociación de Comerciantes de San Fernando (Acosafe) ha puesto sobre la mesa una nueva propuesta que Tráfico ha asumido y que cuenta con muchas probabilidades de llevarse a cabo tras la realización de los estudios correspondientes. Se trata de la reapertura de la calle Colón al tráfico rodado tras casi dos décadas de restricciones.

La medida, aplaudida desde diversos sectores, permitiría dotar a la ciudad de un nuevo eje transversal -que se sumaría al ya mencionado de La Ardila, León Herrero y Reyes Católicos- que facilitaría los desplazamientos desde el nudo de comunicaciones de la Venta de Vargas y el inicio del entorno semipeatonalizado del centro de la ciudad hasta la avenida de Pery Junquera pasando por las calles Escaño (Capitanía), Colón y la avenida Cayetano Roldán, por donde además discurrirá en un futuro uno de los nuevos accesos que unirá la variante de la CA-33 con el entorno de Fadricas.

El propio delegado municipal de Tráfico, Daniel Nieto, ha reconocido que esta medida, de llevarse a cabo, ayudaría a una sustancial descongestión del tráfico en la ciudad al restar vehículos del entorno de la Venta de Vargas. Junto a la apertura al tráfico rodado de la calle Colón, se plantean también respectivos cambios de sentido en las calles Santo Domingo y Manuel Roldán.

La actuación coincide también con el comienzo de las obras en el entorno de la antigua estación de tren, ahora soterrada por Fomento. Se trata de una actuación desarrollada por el Ministerio que permitirá la unión entre el paseo General Lobo -que enlaza directamente con el eje circulatorio que viene de La Ardila y León Herrero hasta llegar a Ruiz Marcet- y Joly Velasco, en la zona de San Carlos. En palabras del alcalde, Manuel de Bernardo, esto supondrá "un cambio radical tanto en la movilidad como en la imagen e integración de la ciudad en este espacio".