La Isla se despide de su Feria tras un sábado más tranquilo y de menos público

Aunque el recinto ferial registró una menor afluencia de lo esperado en esta velada, en el cercano paseo marítimo de La Magdalena miles de jóvenes disfrutaron de un auténtico 'macrobotellón'

Miles de jóvenes se concentraron en el paseo para hacer 'botellón'.
Miles de jóvenes se concentraron en el paseo para hacer 'botellón'.
A.r. / San Fernando

20 de julio 2009 - 01:00

La Isla se despidió anoche de la Feria del Carmen y de la Sal tras vivir siete intensos días de fiesta en el recinto ferial de La Magdalena y tras disfrutar de la noche más larga de toda la semana, la velada del sábado, aquella que tradicionalmente acoge una mayor afluencia de público.

Con todo, y aunque las calles del recinto ferial se vieron repletas de gente en esa noche, hay quienes apuntan que esta vez la presencia de público ha sido menor que en otros años, que las grandes concentraciones que se vivían en otros veranos -cuando ni siquiera se podía andar por el ferial- ya no se dan.

En las casetas más tradicionales -como sucedió en otras jornadas de la Feria- se disfrutó de un gran ambiente durante las primeras horas de la madrugada. Siguen siendo las favoritas de los isleños para deleitarse con una buena cena, tomar una copa de vino, conversar con la familia y amigos y bailar sevillanas.

A esas horas, miles de jóvenes comenzaban a concentrarse en el paseo marítimo de La Magdalena, a escasos metros del recinto ferial y de las 56 casetas, para hacer un auténtico macrobotellón que se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Aunque el consumo del alcohol en el paseo ha sido una práctica diaria entre los más jóvenes cada noche de Feria -en detrimento del ambiente del recinto ferial, como se quejan algunos caseteros- el multitudinario aspecto que esta zona presentaba en la velada del sábado era casi increíble. Muchos de ellos ni siquiera se acercaron luego a la Feria. Otros, ya en las últimas horas de la madrugada, se adentraron en las casetas de marcha, que en esos momentos están a tope, para acabar la noche a los sones de los ritmos de moda.

Son las horas que también registran un mayor número de incidentes. Aunque la noche del sábado -a diferencia de la del viernes, en la que se dieron varias peleas- fue más tranquila. Según fuentes de la Policía Local, los agentes del dispositivo especial de seguridad de la Feria intervinieron en esta velada en una sola reyerta entre dos jóvenes. Sin embargo, no hubo detenciones.

Fue una velada más tranquila de lo que se esperaba inicialmente. Más tranquila también en lo que al tráfico rodado y a los accesos al recinto ferial -que habitualmente se ven obstaculizados por la masiva afluencia de público- se refiere, según constató la Policía Local al hacer balance de sus actuaciones.

Una noche que ayer dio paso a la última jornada de Feria, que empezó en torno a las dos de la tarde con el concurso de monturas y enganches convocado por la Asociación Hípica de La Isla, que previamente había partido desde Camposoto para llegar hasta La Magdalena. Un hermoso espectáculo que intentó animar las calles del recinto ferial que, a esas horas de la última jornada de la Feria y tras la resaca de la noche del sábado, estaban prácticamente vacías. En algunas casetas, sin embargo, sí se vivió cierto ambiente con almuerzos de convivencia y despedidas de la Feria. En la de la peña madridista Isla de León se degustaron caballas asadas y, en Los Ponepegas, se entregaron poco después los premios del concurso ecuestre que, por cierto, lleva por nombre el de las Cortes Isla de León. Otro guiño de la Feria al 2010.

Y es que la ya inminente llegada del Bicentenario de Las Cortes que la ciudad celebrará por todo lo alto el próximo año se ha dejado notar en las fiestas. El propio delegado municipal, Jesús Perulero, ha afirmado que ya se está trabajando en una Feria extraordinaria y realmente excepcional para el 2010.

La Feria que acabó hace apenas unas horas, además de contar con un día más de fiesta, ha sido también la Feria de la crisis. La difícil situación económica que se vive se ha dejado notar también en las calles del recinto ferial y, sobre todo, en el interior de las casetas. Ha habido gente, aunque algo menos que en otros años, pero los hábitos de consumo han cambiado y los isleños han mirado más para su bolsillo gastando menos en esta Feria.

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