Homenaje a José y Lolo Picardo, el "alma" y el "corazón" de la Venta de Vargas
Amigos y familiares recuerdan con cariño a ese "dúo inseparable" que acrecentó la leyenda de este centenario establecimiento de San Fernando
"En la Venta las cosas se siguen haciendo como ellos decían"
La historia que guarda la Venta de Vargas
San Fernando/Era un homenaje pendiente en la Venta de Vargas, cuya leyenda tiene mucho que ver con ellos. Suele pasar. Allí donde cada semana se mantiene viva la memoria del mejor flamenco entre actuaciones y dedicatorias quedaba por hacer ese reconocimiento a los hermanos José y Lolo Picardo, fallecidos en 2015 y 2018. Quizás por esa tercera generación que se había hecho cargo de la casa -el negocio ya va por la cuarta- sigue estando todavía muy presente entre sus muros, donde las cosas se siguen haciendo como entonces, "como ellos decían que había que hacerla y como nos enseñaron".
Y fue también el mejor de los homenajes posibles: familiares y amigos reunidos en el patio de la Venta, recordando sus vidas y comentando anécdotas. No hacía falta más.
Lolo, actual gerente de la Venta, y su prima Inma -ambos hijos de aquellos Picardo- fueron los primeros en tomar la palabra para explicar el sentido de este acto que invitó a los presentes a compartir libremente sus recuerdos y su cariño hacia José y Lolo en una suerte de "mesa redonda abierta".
Fue la hija de José la que dio las claves en el panegírico al describir "el amor inmenso a la familia" y "la pasión inigualable por su trabajo en la hostelería" que profesaban estos dos hombres extraordinarios, aquellos que en su día convencieron a su tía María de que no cerrara la Venta tras enviudar y la ayudaron a seguir adelante con el negocio.
Amor por la familia, el trabajo y La Isla
Trabajadores incansables y embajadores de San Fernando a través de la hostelería, fueron el "corazón" y el "alma" de la Venta de Vargas hasta el día en el que se fueron. "En cada rincón de la Venta de Vargas se podía sentir su esencia -aún se siente- desde la cocina hasta las mesas, donde su sonrisa acogía a los clientes", apuntaba Inma Picardo al hablar de su padre y del "dúo inseparable" que formaba con su hermano Lolo.
"El amor que mi tío tenía por La Isla era tan profundo como el de mi padre. Para ellos, cada situación en la venta era una oportunidad de compartir un pedazo de su hogar con el mundo. Llevar el nombre de La Isla no solo era cuestión de orgullo, sino de identidad", afirmó.
Pero allí se habló también de todo lo que los hermanos Picardo tuvieron que ver con la gastronomía de San Fernando, de la hostelería, de las célebres tortillitas de camarones, del flamenco, de ese Camarón al que le prestaron el dinero para pagarle el autobús para que se fuera a triunfar a Madrid, de esos años en los que empezó la fama grande de los tablaos y la Venta se convirtió en la "cantera" donde venían a fichar a los cantaores...
Enrique Montiel, que intervino en calidad de amigo de la familia, habló también de ese disco de Camarón titulado Venta de Vargas, aquella grabación inédita que se hizo en una noche de verano a las puertas del establecimiento cuando el cantaor tenía apenas 17 años y cuyo descubrimiento -todo un regalo- vino a asegurar ese vínculo que entronca a la gran leyenda del flamenco con este rinconcito de La Isla.
Hubo también otras intervenciones, como la de Antonio Benítez, compañero de colegio de Lolo, que también contó algunas anécdotas en este homenaje a dos grandes isleños que fue un acto sencillo pero lleno de un inmenso cariño.
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