cultura

Duarte cierra su trilogía vital

  • El poeta isleño presentará esta tarde en el Centro de Congresos su última obra, el 'Libro del vacío', un canto doliente pero también optimista

El poeta isleño Rafael Duarte, que esta tarde presentará su 'Libro del vacío' en el Centro de Congresos.

El poeta isleño Rafael Duarte, que esta tarde presentará su 'Libro del vacío' en el Centro de Congresos. / d.c.

A Rafael Duarte siempre le ha gustado jugar con el lenguaje. Disfruta de él mientras escribe. "Las palabras están vivas", dice al tiempo que habla de la suerte -buena o mala- que corren en los diccionarios. Tal vez por ello, por ese afán lúdico con el que se toma el lenguaje, el grueso de su producción literaria es poesía, un género literario en el que se mueve como pez en el agua, en el que cuenta ya con varios títulos publicados y algún que otro premio cosechado y que -admite- le brinda las mejores herramientas para hablar de la belleza, de su percepción, del ser humano y sus emociones, de la decadencia social...

Son temas comunes en sus obras y también en el Libro del vacío, su último poemario que ha editado Lápices de luna y que esta tarde se presentará en las instalaciones municipales del Centro de Congresos -a las 19.30 horas- dentro del programa de actos de la Academia de San Romualdo. De glosar esta última obra de Rafael Duarte se encargará José Chamorro, si bien en el acto también está previsto que intervenga el responsable de al editorial, Juan Luis Tapias.

El autor reconoce que le encanta jugar con el lenguaje y que las palabras "están vivas"

A pesar de lo que el título de la obra aparentemente puede llevar a pensar, se trata de una reflexión optimista, de un canto a la vida, explica su autor. En realidad, el Libro del vacío es un conjunto de poemas -salvo dos sonetos, todo es verso libre- que viene a completar la trilogía iniciada con Viejos mitos del asombro y seguida con Autorretrato colectivo, ambas publicaciones premiadas con el Adonais y el Florentino Pérez Embid.

Con ellas, en cierto modo, Duarte plantea un recorrido vital que va desde el primer despertar a las cosas y el asombro y entusiasmo que ello provoca a la "pavorosa descomposición social" que uno percibe mientras se afana en las obligaciones del día a día. El tránsito de uno a otro tema abarca así los dos primeros volúmenes de este trilogía. Pero El libro del vacío va más allá. Es, en realidad, una reflexión acerca de cómo, con el paso del tiempo, se desvanece "todo lo apreciado, todo lo aprehendido, todo lo disfutado...". "El tiempo pasa rápidamente. A medida que somos mayores nos damos más cuenta de ello. Es como intentar apresar un puñado de arena de la playa en la mano. Los granos se escapan entre los dedos", afirma el autor isleño. Con esta poderosa imagen poética intenta explicar el argumento central del poemario que presentará hoy en el Centro de Congresos.

Aunque la trilogía encierra cierto escepticismo -y, en cierto modo, no puede escapar de esa visión que Duarte tiene de La Isla- el propósito del autor no es otro que alentar a la gente a que se lance a vivir la vida, a que aproveche cada minuto porque todo pasa rápidamente. "Es un canto doliente, pero también optimista", afirma mientras defiende la literatura con mayúsculas, el trabajo literario como creación depurada y cuidada, alejado de esa escritura "plana" cada vez más frecuente y extendida. Y como ejemplo de ese buen hacer, Duarte cita en la zona a Paco Ramos Torrejón.

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