Costas ejecuta los derribos de las casetas de la playa de La Casería
Las anunciadas demoliciones han comenzado a primera hora de la mañana bajo una destacada presencia policial, aunque sin que se hayan registrado incidentes de ningún tipo
La Casería lleva semanas resignada a perder su particular balcón a la Bahía
San Fernando/Las pintorescas casetas de colores de la playa de La Casería ya son historia. Ahora sí. Tras año y medio de conflicto y varios ultimátum, la Demarcación de Costas en Andalucía Atlántico ha iniciado a primeras horas de la mañana las anunciadas demoliciones, que afectan a todas las ocupaciones que se reparten entre la zona de dominio público marítimo terrestre salvo a los dos negocios de hostelería que se ubican en la playa: la cantina de El Titi-El Bartolo y Casa Muriel-La Corchuela; el primero por contar con una concesión de Medio Ambiente para el ejercicio de su actividad (aunque ha sido recurrida) y el segundo, porque ha paralizado el derribo en los juzgados gracias a unas medidas cautelares.
Los derribos se han iniciado bajo una destacada presencia policial, aunque no se ha dado ningún incidente. La Casería hace semanas ya que está resignada a perder su particular balcón a la Bahía. Eso, sí, las demoliciones han suscitado la atención de numerosos curiosos, que siguen atentamente las maniobras. Se han visto, eso sí, algunas lágrimas y gestos de frustración entre los vecinos, que se han reunido en la zona para despedirse de las casetas.
"La verdad es que nunca pensé que fueran a tirar las casetas", comentaba Rafael Muriel, uno de esos isleños que se ha criado en La Casería que hoy contempla con "mucha pena" cómo las máquinas cumplen con lo que se lleva anunciando desde octubre de 2020. Y lo cierto es que en varias ocasiones a lo largo de los años se había barajado el derribo de las casetas sin que al final llegara a pasar nada. Pero esta vez la cosa iba en serio.
"Y todo esto para que al final no hagan nada, verás", apuntaba otro de estos vecinos, José Antonio, al aludir al futuro paseo que está proyectado en la zona.
"No se podía hacer nada ya. Solo quedaba que se llevaran a cabo los derribos", ha apuntado también esta mañana José María Domínguez, que durante los últimos meses ha ejercido de portavoz de la plataforma de afectados. Las movilizaciones, por cierto, se paralizaron en el pasado mes de noviembre cuando ya se habían agotado todas las vías posibles.
Fue hace año y medio cuando se conoció que la Demarcación de Costas en Andalucía Atlántico había iniciado un procedimiento administrativo de recuperación posesoria con la intención de acabar con todas las ocupaciones que se asientan en la zona de dominio público marítimo terrestre y afrontar un proyecto de regeneración de la playa de La Casería que se remontaba prácticamente dos décadas atrás en el tiempo.
La medida suscitó el rápido rechazo de los afectados, vecinos y de buena parte de la población isleña dada la tremenda popularidad que esta zona de La Casería ha conseguido en los últimos años gracias al tirón que han alcanzado los negocios de hostelería que se asientan en la zona, arropados por el paisaje espectacular de la Bahía.
Ese amplio rechazo llevó a que el Ayuntamiento isleño pidiera a Costas que diera marcha atrás en el proceso y paralizara las demoliciones. Pero ya no había marcha atrás en el camino iniciado. Y ni siquiera la propuesta para la declaración de interés público de la zona que aprobó el pleno serviría para nada, entre otras cosas, porque precisaba del visto bueno de Costas, que es la misma administración que ejecuta los derribos y que nunca ha tenido intención de dar marcha atrás en el proceso.
Hace unos días, el Ayuntamiento de San Fernando confirmó que le había llegado la notificación para la ejecución de los derribos, lo que además propició otra inesperada tormenta ya que no se había completado la tramitación de la reubicación de la docena de pescadores que todavía ejercen su actividad en La Casería, a los que se les iba a habilitar unos módulos en la zona de servidumbre, cerca de donde faenan.
Así las cosas, el Consistorio tuvo que buscar in extremis otro espacio en La Casería, ya en zona de titularidad municipal y sin ningún tipo de afecciones, para dar cabida a estos pescadores. El pasado viernes recibieron las llaves.
Lo cierto es que durante los últimos días, ante la inminencia de los derribos, algunos de los afectados habían empezado incluso a desmontar por su propia cuenta las casetas y a retirar materiales.
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