El showman juega en casa. Y eso siempre de se nota, deja un plus en sus actuaciones. Y hasta tortillitas de camarones en la barra. El polifacético isleño Alex O'Dogherty regresó el domingo a La Isla acompañado de su banda, La Bizarrería, para inyectar una buena dosis de energía -de la positiva, de la que tan necesitados andamos- a las noches de verano que colorean de música el escenario del Ciclo Sostenible, en Bahía Sur. 

Fieles a su estilo, O'Dogherty y los suyos brindaron una puesta en escena desenfadada, potente, llena de vitalidad, plagada de toques de humor, con su toque canalla, su ironía, su pizca de surrealismo, sus letras ácidas y, sobre todo, con muchas muchas ganas de pasarlo bien. Es la marca de la casa.  

O'Dogherty volvía a casa con La Bizarrería al completo para cantar ante un público sentado al que no podía sacar a bailar -algo insólito en sus espectáculos- pero lejos de conformarse con la situación aprovechó para enseñarle una particular coreografía de su creación para acompañar los temas que interpretó la banda sin despegarse del asiento. El propio artista agarró una silla para hacer los honores y animar al respetable a seguirle. "A grandes males, grandes remedios", apuntó.

Al público, desde luego, no le dio tregua a lo largo de una intensa y versátil velada en la que se hizo con el escenario con la facilidad de todo un maestro de ceremonias. El dinamismo continuo forma parte del show. Y en eso O'Dogherty no defrauda. El isleño conoce bien el oficio que se esconde tras el telón.  

Un momento de la actuación de Alex O'Dogherty y La Bizarrería en San Fernando.

En el escenario, O'Dogherty y La Bizarrería, se presentaron con el enérgico tema ¡Muévete!, que da nombre a su tercer trabajo discográfico. Claro que eso de moverse -bromeó desde el escenario- "hay que entenderlo en un sentido metáforico". Así dio comienzo una velada en la que repasaría con los asistentes las letras y compases de canciones como No puedo parar o Entre tu puerta y la mía, entre otras. 

Con La cosa solo puede mejorar, el isleño -con 20 años de trayectoria ya- dejó claro que su mensaje para los tiempos del Covid con los que toca lidiar. Al público, desde luego, le encantó ese soplo de optimismo en medio de tanta incertidumbre que recordó que, a pesar de todo, sigue siendo verano.  

Entre bromas y comentarios cruzados con el público, O'Dogherty, abrazado a la Grestch, hizo gala del más puro estilo steamroller con uno de los temas más conocidos: El amor es pa ná. "Antes, cuando compuse esta canción, verdaderamente era así. Pero ya no lo soy", confesó en uno de los mejores momentos del concierto que ofreció en San Fernando.