Eva González ha pasado unos días espléndidos en la emblemática aldea de Almonte para celebrar El Rocío, continuando con la tradición que tanto aprecia. En lo que ha sido su primer Rocío como soltera, González ha decidido no lucir la medalla de la Virgen del Rocío que había llevado en ocasiones anteriores. Esta medalla, que perteneció a Carmina Ordóñez y que le regaló su expareja Cayetano, tenía un valor sentimental muy importante para ella.
En un gesto cargado de simbolismo, Eva decidió dejar atrás los recuerdos del pasado y deshacerse de todo lo que pudiera relacionarla con su excompañero de vida. La ruptura fue inesperada para la presentadora, quien lleva meses enfocada en su trabajo y encontrando refugio en su pequeño, su hijo Cayetano.
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Durante su celebración de El Rocío, Eva González ha destacado por lucir sus mejores conjuntos y derrochar estilo en cada aparición. Siempre impecable y elegante, la presentadora ha captado la atención de los presentes y de los medios de comunicación que no han querido perderse ningún detalle de su paso por la aldea almonteña.
Sin embargo, este año Eva ha optado por prescindir de la medalla de la Virgen del Rocío que tanto significado tenía para ella en el pasado. Esta decisión demuestra que la presentadora está en una nueva etapa de su vida y que quiere alejarse de las asociaciones sentimentales que pudieran remitir a su relación pasada.
En el año 2017, Eva expresó públicamente su agradecimiento hacia Cayetano por regalarle la medalla, diciendo: "Llevaba muchos Rocíos guardada, esperando un momento que por fin ha llegado. Espero ser digna heredera de su dueña. Gracias, Cayetano, no puede haber regalo más especial". Estas palabras reflejaban la importancia que tenía para ella el gesto de su expareja.
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Eva González ha disfrutado de cada momento en la aldea, sumergiéndose en la tradición y compartiendo momentos de alegría con los rocieros. Su presencia no pasó desapercibida y fue recibida con cariño y admiración por parte de todos aquellos que tuvieron la oportunidad de encontrarse con ella.
Eva ha dejado claro que está decidida a seguir adelante y a construir su propio camino, tanto en su vida personal como profesional. Su dedicación a las grabaciones de La Voz y su amor incondicional por su hijo han sido su refugio en estos momentos de cambios. Sin duda, El Rocío ha sido el lugar perfecto para recargar energías y afrontar el futuro con una actitud positiva y renovada.
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