Puerto Real emprende la batalla anual contra la procesionaria del pino

Los trabajos, ejecutados por la empresa pública Grupo Energético de Puerto Real (GEN), alcanzarán este año alrededor de 200 árboles repartidos por diferentes áreas

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Tratamiento de endoterapia en un ejemplar de pino
Tratamiento de endoterapia en un ejemplar de pino / DCA

El Ayuntamiento de Puerto Real ha iniciado esta semana el tratamiento de endoterapia en el arbolado de distintos puntos del municipio para combatir la procesionaria del pino, una plaga que en los últimos años ha generado importantes problemas en zonas verdes y parques públicos y de no tratarse podría afectar al propio arbolado, pero también a las personas y animales de compañía.

Los trabajos, ejecutados por la empresa pública Grupo Energético de Puerto Real (GEN), alcanzarán este año alrededor de 200 árboles repartidos por diferentes áreas del término municipal, entre ellas el CEIP Elvira Lindo, Huerta Pley, Avenida de Cádiz, Plaza de la Bulería, Calle Factoría de Matagorda, 512 Kiosco del Betis, Calle Algodonales, Parque de la Liviana, Juan Antonio Campuzano y la Degollada.

El concejal de Arbolado, Antonio Gil, señala que “la endoterapia es un tratamiento eficaz y sostenible, ya que permite aplicar los productos fitosanitarios directamente en el interior del árbol, evitando su dispersión en el entorno y reduciendo riesgos para las personas, los animales y el medio ambiente”.

Gil subraya, no obstante, que “la barriada del Río San Pedro necesita una atención prioritaria, porque es una de las zonas con mayor incidencia de procesionaria, especialmente en los entornos escolares, parques y zonas de tránsito vecinal”. Por ello, ha señalado que “se han reforzado especialmente los trabajos en esta zona y se va a hacer un seguimiento continuado a lo largo del año, y no solo intervenciones puntuales cuando el problema se agrava”.

El edil recuerda además que la procesionaria “provoca defoliación y debilita los árboles, haciéndolos más vulnerables a otras plagas y enfermedades, e incluso puede llegar a causar su muerte en casos extremos”. Asimismo, informa de que “los pelos urticantes de las orugas pueden causar reacciones alérgicas en humanos y animales, lo que convierte este problema en una cuestión también de salud pública y de seguridad en los espacios verdes urbanos”.

Por último, el concejal destaca “el esfuerzo realizado para mantener una política de gestión del arbolado urbano estable y preventiva”, que combine el uso de técnicas respetuosas con el entorno y una adecuada planificación de mantenimiento. “El arbolado es parte esencial de nuestro patrimonio natural y urbano y debemos cuidarlo con medios eficaces y sostenibles, pensando siempre en la salud, el bienestar y la seguridad de nuestra gente”, concluye Gil.

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