Incendio en el Río San Pedro: “La noche ha sido terrorífica”

Los vecinos de las plantas bajas de los 12 portales del Edificio Miramar, cuyo garaje se incendió la pasada madrugada, no han podido entrar aún en sus viviendas

Desalojan de madrugada un edificio con más de cien viviendas en el Río San Pedro por un incendio en el garaje

Incendio en el garaje del Edificio Miramar en el Río San Pedro / C. P.

En pantalón corto, chanclas y con un plumífero que no recuerda bien cómo ha cogido, Francisco González mira con preocupación el edificio Miramar de la barriada Río San Pedro. Es vecino de uno de los bajos. Su vivienda está situada justo sobre el garaje que la pasada madrugada sufrió un aparatoso incendio, que obligó a desalojar a las 124 viviendas de un edificio que ocupa toda una manzana de la popular barriada de Puerto Real.

Mi coche lo había dejado fuera”, dice Francisco como único consuelo posible, que se esfuma enseguida cuando añade que “también tenía mi moto, que era nueva”. Habla de ella en pasado, porque como la mayoría de vecinos la da por perdida. A las 02:40h tuvo que salir de casa con lo puesto alertado por la policía que llamó a su puerta, y desde entonces no ha podido entrar. Su vivienda está justo sobre la zona donde se originó el fuego, y no podrá acceder a ella hasta que se evalúen los daños posibles.

La policía precintó los alrededores del edificio
La policía precintó los alrededores del edificio / C. P.

Aunque no se han originado daños personales, más allá de las atenciones sanitarias a seis personas por inhalación de humo, la mayor preocupación del vecindario se centra en el estado de las viviendas, y, sobre todo, en los coches que se han perdido. Según las estimaciones de los bomberos podrían ser alrededor de 40 los vehículos afectados, aunque aún no se tiene el dato exacto. En el garaje, que está totalmente comunicado, hay incluso algunas plazas más que viviendas (unas 127) y la mayoría de ellas, a esa hora de la madrugada, estaban ocupadas.

Una, por el taxi de la familia de Milagros García. “Además del daño material es que el coche es nuestra forma de vida”, decía la vecina con preocupación. Desconoce el estado en el que se pueda encontrar, y mantiene la esperanza de que los daños no sean muy graves porque su plaza de garaje está a cierta distancia del punto donde se originó. Sin embargo, que el humo saliese por los cuatro costados del edificio que ocupa toda una manzana, no ayuda a tranquilizarla.

Algunos vecinos han optado por abandonar sus viviendas hasta que la situación se estabilice
Algunos vecinos han optado por abandonar sus viviendas hasta que la situación se estabilice / C. P.

“No logro sacarme el susto del cuerpo”, dice la vecina. “La noche ha sido horrorosa. Terrorífica”, dice. “Estaba dormida cuando un vecino llamó al telefonillo. Al principio pensé que había una pelea en la calle, pero empezaron a llamar a todas las puertas alertando, y solo me dio tiempo de coger a mi hija y salir a la calle con lo puesto”.

Muy afectada y sin poder parar de llorar, estaba la familia de Rosa María Armida. Su vivienda está situada en una de las partes más afectadas por las columnas de humo que salían del garaje. “Está llena de humo y hay cosas, como las cortinas, que están para tirarlas”, decía. Ella relata la “horrible noche” que han pasado en la calle. “En el garaje no paraban de escucharse explosiones, y cada vez que las oía me ponía peor”, recuerda. Y es que, en el interior del garaje, en la parte afectada, estaban los coches de su familia. “Mi hija tiene ahí dos coches nuevos, que aún está pagando, y una moto”. “Yo no puedo ni hablar, es que todavía no sé ni cómo voy a ir hoy a trabajar”, decía emocionada la hija de Rosa.

Entrada al garaje por la zona menos afectada
Entrada al garaje por la zona menos afectada / C. P.

Estas situaciones eran similares a la de todos los vecinos. En la familia Picazzo, Almudena fue la primera en percatarse de lo que estaba sucedió. “Me asomé porque creía que había una trifulca en la calle, pero enseguida me di cuenta del humo y del olor a quemado, y desperté a toda la familia. Cogimos al perro y salimos a la calle”.

“Hasta las 06:30 horas no nos dieron permisos los bomberos para que pudiésemos entrar a coger cosas de las viviendas. En los garajes no, y no sé cómo estará mi coche, porque los que se pueden ver desde fuera están totalmente calcinados”, explicaba su padre, Manuel Picazo.

Aún con el susto en el cuerpo, los alrededores del edificio vivían un trasiego de vecinos preocupados, y otros que cargados con bolsas y maletas preferían abandonarlos hasta que la situación se establece, sepan que en seguro y se pueda estar ahí con garantía. “Nosotros nos vamos a casa de mi madre”, decía una familia, cargada con bolsas y alguna maleta. El Ayuntamiento de Puerto Real ha habilitado el Centro Cívico del barrio para que los vecinos puedan pasar allí el tiempo que necesiten.

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