Santo no iban a tener la tranquilidad del pasado año en su salida procesional debido al tiempo. Barajaban opciones que para ellos estaban muy cercanas: quedarse en la Priorial de San Sebastián, como les ocurrió en la Semana Santa de 2022; o salir a la calle con un tiempo inestable y sufrir la inesperada mojada que les sorprendió hace solo unos meses durante la recogida de su salida extraordinaria.

Y como ambos escenarios eran recientes, se tomaron las cosas con toda la calma posible en estos casos. La primera decisión que tomó la Junta de Gobierno fue la de retrasar la salida procesional, prevista en principio para las seis de la tarde, hasta las siete. “Vamos a ver como se porta ahora el tiempo porque parece que va a mejorar un poco”, dijo la hermana mayor de la cofradía, Verónica Aragón, anunciando también que habría una segunda reunión.

Hermandad de Los Dolores de Puerto Real

Ese tiempo se hizo largo en el interior de la Prioral. Se pasaba entre llamadas de teléfono, consultas meteorológicas y para disfrutar de un ratito a solas con los titulares de la Hermandad. Solo bastó una frase, para que la maquinaria se pusiese en marcha. Era las 18:45 horas cuando un “nos vamos”, activó a todo el mundo.

Cada penitente, cada acólito, cada costalero… todos ocuparon su sitio para iniciar el esperado desfile procesional, que a las 19:10 horas anunciaban las campanas de la Iglesia Mayor y la salida de la cruz de guía.

Los aplausos sonaron más fuertes que nunca cuando la Virgen de los Dolores y el impresionante conjunto escultórico que le acompaña atravesaba la puerta del atrio de la Prioral y sonaba el himno nacional, por la Banda de Cornetas y Tambores Zoilo Ruiz-Mateos (Rota).

Los hermanos salieron a la calle con la intención de recuperar esa hora que la lluvia les robó, y cumplir los horarios previstos tanto en la carrera oficial como en la recogida. Al cierre de esta información, ya habían realizado su estación de penitencia en la calle Sagasta, junto a las Hermanas Filipenses, y pendiente de las posibilidades de lluvia se dirigían a carrera oficiak.

El recorrido se produjo a un ritmo más rápido de lo habitual, por lo que las paradas fueron menores y más cortas, y los costaleros tuvieron que emplearse a fondo. Además, el pueblo de Puerto Real también se echó a la calle para acompañar a una de las hermandades más queridas de la Villa, durante todo el itinerario

Homenaje a Joaquín Armario y Julián García

Los costaleros con los homenajeados Joaquín Armario y Julián García.

Antes de la salida se aprovechó para realizar dos homenajes que estaban previstos en la puerta de la Congregación de Hermanas Filipenses, con la que la Hermandad tiene fuertes vínculos, pero que se adelantó en previsión de lo que pudiese pasar. Fueron los reconocimientos a Joaquín Armario (‘EL Chino’) y Julián García (El Juli), antiguos costaleros de la Hermandad. Ambos, muy emocionados recibieron una placa de agradecimiento por parte de la cuadrilla de costaleros. Pero sin duda, el momento más emotivo fue cuando ambos dirigieron un mensaje que caló muy hondo en los costaleros. “Disfrutad ahora que podéis. A nosotros, el corazón nos pide estar ahí debajo, pero ya hace muchos años que no tenemos ni la edad ni la fuerza para hacerlo”. Muy emocionado oía también las palabras de los excostaleos el capataz del paso, Rafael García Fontaiña, cuando ambos hablaron de su padre, el siempre recordado capataz, Francisco García Carbú. “Nuestro amigo Carbú, el mejor capataz que ha tenido este pueblo, puede sentirse orgulloso del heredero que dejó”.

Un detalle de Hermandad con la Borriquita

Virgen de Los Dolores con el broche de La Estrella

La cofradía, además, procesionó con “un trocito” de la Hermandad de La Borriquita, que este Domingo de Ramos se tuvo que quedar en la Casa Hermandad. La Virgen de Los Dolores procesionó con el broche en forma de hoja de palma rizada, que el Grupo Joven de la Hermandad de La Borriquita ha donado a la Virgen de La Estrella, y que no pudo estrenar el domingo.