Justo cuando se cumple un año de la declaración de la pandemia de Covid-19 por parte de la Organización Mundial de la Salud, los mayores de la Residencia de ancianos ‘Joaquina de Vedruna’ de Puerto Real están empezando a recuperar algunos de los hábitos que perdieron cuando la crisis sanitaria irrumpió.

Ahora, una vez se ya ha completado la vacunación tanto de residentes como de trabajadores del centro, han empezado a salir a la calle, a dar los primeros paseos por el entorno de la residencia, en un espacio que el Ayuntamiento de Puerto Real ha acotado para el uso exclusivo de los ancianos.

Allí pueden tomar el sol y disfrutar de un ambiente del que han estado privados durante 12 meses. También puede recibir, a distancia, la visita de familiares, ya que en el centro se ha tomado muy en serio la desescalada y aún mantienen muchas restricciones en lo referente a la visitas a la residencia. Ahora, al menos, no tienen que saludarse a través de un cristal, aunque siempre manteniendo todas las precauciones.Este jueves, la salida de los ancianos a la terraza del centro estuvo amenizada, por sorpresa, con música en directo. Hammond Leslie, ‘el pianista callejero’, les regaló con concierto acompañado por Manu Sánchez, otro virtuoso del piano.

La música, medicina para el alma, ha servido de terapia, para hacer más llevadero un encierro obligatorio que poco a poco empieza a desaparecer. Boleros, como los clásicos Piel Canela o Perfidia formaron parte de un repertorio que los mayores identificaron al momento, y agradecieron con aplausos y mucho cariño. Otra iniciativa solidaria de Hammond Leslie que durante los últimos meses ha estado usando la música como medicina, en conciertos callejeros por toda la provincia.

La Residencia de Mayores ‘Joaquina de Vedruna’ de Puerto Real ha sido una de las pocas de la provincia que puede decir que, hasta el momento, ha conseguido vencer al virus. El trabajo de la congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna y de su excelente plantilla de profesionales, lograron convertir la Residencia en un búnker, en un espacio ‘Covid Free’ en el que no se ha tenido que lamentar ningún contagio.

El pasado 13 de enero comenzó la vacunación para las 70 personas que componen la comunidad, entre usuarios y empleados, que recibieron la segunda dosis 21 días después, el pasado 3 de febrero. En todos los meses de pandemia la vida ha seguido en el centro en una especie de micromundo en el que no han pasado por alto ninguna festividad. Ni las religiosas, gracias a los oficios del Padre Troya, residente de Vedruna, ni las más culturales, como el carnaval, la feria, la cruz de mayo o el día de Andalucía, que festejaron hace una semana.