475 años de devoción veracrucera en Puerto Real
La Hermandad de la Vera-Cruz, la más antigua de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, celebró ayer una excepcional salida procesional llena de momentos para el recuerdo
Fotogalería: La salida extraordinaria de la Vera-Cruz de Puerto Real en su 475 aniversario
Un recorrido en imágenes por las últimas décadas de la Vera-Cruz de Puerto Real en su 475 aniversario
Puerto Real/La ilusión y los nervios se respiraban en el ambiente que desde muy temprano se vivía ayer en la parroquia de San Benito Abad de Puerto Real. Era el día grande del programa de actos y cultos que la Hermandad de la Vera-Cruz, Aguas y Buen Viaje y Nuestra Señora de la Amargura de la Villa está celebrando para conmemorar el 475 aniversario de la creación de la Hermandad que se reorganizó en 1972.
Aunque no se sabe a ciencia cierta la fecha exacta de su fundación, sí que existen documentos, principalmente actas notariales, que dejan constancia de la existencia de esta hermandad puertorrealeña en el año 1549. Por ello, en este 2024 se está celebrando el 475 aniversario de la que, según estos datos, es la Hermandad más antigua de la Diócesis de Cádiz y Ceuta.
Por ello, los hermanos salieron ayer a la calle en una procesión extraordinaria. Una salida especial para un magno acontecimiento, que dejó muchos momentos que se suman a la larga historia de la cofradía del barrio de La Jarcia y 512 viviendas.
Fue una jordana de muchas novedades, con la que la Hermandad pudo sacarse la espinita clavada del pasado Miércoles Santo, cuando, por primera vez en más de 30 años, los cofrades no pudieron salir a la calle a consecuencia de la lluvia. Por eso, cuando a las siete y media de la tarde se abrieron, esta vez sí, las puertas de la parroquia, los cofrades miraban al cielo agradecidos.
Nada más salir el cortejo, compuesto por los hermanos, representantes de otras cofradías hermanas y muchas mujeres de mantilla, llamaba la atención la extraordinaria composición del paso de misterio, el único que procesionó ayer. Era muy distinto al que sale a la calle cada Miércoles Santo, ya que, por primera vez, la Virgen de la Amargura formaba parte del misterio con un absoluto protagonismo: a los pies del Cristo de la Vera-Cruz, con el manto de Nuestra Señora del Mayor Dolor, que había cedido la Hermandad del Nazareno de Puerto Real. Del mismo modo, la Hermandad de la Vera-Cruz de Cádiz había cedido el mantolín del San Juan, que, junto a San Longinos y María Magdalena completaban el conjunto escultórico. Un excelente trabajo del vestidor, José Luis López Espigares.
Otra novedad fue el itinerario que siguió el desfile. Un recorrido especial para celebrar este aniversario, y que en parte estuvo motivado por las visitas que los hermanos quisieron realizar a la Casa Hermandad de Borriquita y el Rocío, y a la Prioral de San Sebastián e Iglesia de San José. También los toldos de la calle De la Plaza y la altura del propio paso condicionaron mucho las calles por las que el cortejo podía desfilar.
Así, nada más plantarse en la Plazuela del Cristo de la Vera-Cruz, el cortejo continuó -acompañado de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Palma del Condado (Huelva)- por calle Real, Rosario y Teresa de Calcuta, hasta llegar a la Casa de Hermandad de la Borriquita, donde la cofradía lasaliana realizó un recibimiento solemne.
La procesión siguió por Teresa de Calcuta, Vaqueros, San José y Ancha, hasta la Prioral, donde fueron recibidos por el arcipreste de la ciudad, el Padre Jesús García Cornejo. Fue allí donde se vivió otro de los momentos especiales, cuando el pianista ‘El Ángel de la Música’, interpretó el primero de los temas a piano que se ofrecieron durante el recorrido.
Siguió el cortejo por la calle Real, para pasar por la Iglesia de San José, donde esta Hermandad tuvo su sede canónica por muchos años. Al cierre de esta información, el cortejo se adentraba en Soledad para alcanzar la Plaza de Jesús e iniciar el camino de regreso y vivir una especial recogida en la que estaba previsto la participación de un grupo de hermanos que ofrecerían una pieza musical, una petalada, y la participación de nuevo de Él Ángel de la Música’, con La Saeta de Serrat al piano.
La mayor parte de las calles por donde desfiló la procesión estuvieron engalanadas con un magnífico trabajo del Grupo Joven de la Hermandad.
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