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Sector naval

La industria auxiliar de Navantia Puerto Real reclama carga de trabajo para el astillero

  • La protesta convocada por UGT congrega a casi 2.000 operarios de contratas del astillero de Puerto Real que ocupan durante dos horas la carretera de acceso al puente Carranza

Esta vez no fue un corte por sorpresa ni lo hizo la plantilla. Fueron casi 2.000 empleados de contratas (los que quedan hoy de los más de 3.500 que llegó a haber hace unos meses) guiados por los responsables de la Federación de Industria de UGT-Cádiz. Imágenes de la protesta en el puente. 

Su responsable, Antonio Montoro, había convocado la manifestación a las 10:00 horas en la puerta de acceso al astillero de Navantia en Puerto Real para, desde ahí, dirigirse a las inmediaciones del puente Carranza. Él mismo destacó el apoyo del sindicato USO, que desplazó a varios miembros a la protesta, encabezados por Miguel Paramio. Ambos, Montoro y Paramio, trasladaron por un día su liderazgo sindical desde Delphi a los astilleros.

La última vez que hubo una protesta junto a la carretera la llevó a cabo la plantilla, pero no hubo corte de tráfico. Se mantuvieron en las inmediaciones con el mismo objetivo: reclamar carga de trabajo. Sin embargo, esta manifestación había sido solicitada y ya la Guardia Civil de Tráfico tenía controlados todos los movimientos. Antes de que los trabajadores se dirigieran a su objetivo ya no había coches.

Antes de salir, el propio Montoro admitía su sorpresa por el seguimiento logrado. Al principio se habló de 300. Después un millar. Al final, casi todos los que estaban trabajando en el astillero. Dentro, a lo lejos, en los dos petroleros que aún quedan por salir del dique (en fases finales), miembros de la plantilla miraban la marcha. Quizás pensaban que se estaba quemando una opción, o quizás pensaba que ellos también podrían haber estado. Sólo lo saben ellos.

Navantia, vacía durante la protesta de la industria auxiliar

Lo cierto es que, antes de iniciarse la caminata hasta el puente, sobre las 10:30 horas, Antonio Montoro, megáfono en mano, recordaba a todos los presentes que el objetivo no era otro que el de exigir que todas las factorías de la Bahía de Cádiz tengan carga de trabajo asegurada y que, al mismo tiempo, pueda producirse un reparto de trabajo entre las distintas zonas geográficas de Navantia (Ferrol, Cartagena y Cádiz).

Hizo un guiño al comité de empresa (con el que había tenido sus más y sus menos días antes al convocarse la protesta). “Aquí cabemos todos, hablaremos con todos, porque está claro que esto lo tienen que solucionar las administraciones, los políticos”, expresó.

Y, con la agenda en la mano, anunció a todos su exigencia a la presidenta de Navantia, Susana Sarriá, para que en su comparecencia a la una de la tarde en el Congreso “confirme los rumores que hablan de un barco para Puerto Real”.

Después, entre aplausos, comenzó el camino hacia el puente. Los casi 2.000 empleados de todas las contratas salían del astillero y recorrían la distancia hacia la rotonda que da acceso al Río San Pedro. Era el primer objetivo del sindicato. “Llegaremos hasta allí, después ya veremos”, decían desde UGT. Ese “ya veremos” optó por seguir. Las motos de la DGT ya les esperaban a pie de puente.

Poco a poco se fueron animando y llegaban casi tres cuartos de hora después al inicio del puente Carranza, al lugar desde el que habitualmente la plantilla sale de la factoría. “¡Seguimos”!, fue el grito que todos tomaron como suyo. Dicho y hecho. Continuaron subiendo un tramo y pararon. Foto de familia y la idea era volver. Pero muchos otros, ya que estaban, no querían darse la vuelta sin hacer suyo un icono de las protestas de astilleros: llegar hasta la torreta de control.

Sin dudarlo (y pese a que varios grupos fueron quedando por el camino), la inmensa mayoría llegó hasta allí. Aplausos y gritos de “carga de trabajo para la Bahía”. Cuando a las 12:00 del mediodía se cumplía el horario previsto de la manifestación, UGT propuso volver. La respuesta de la cabecera de la protesta fue un amago de continuar hasta Cádiz. Al final imperó la cordura y todos regresaron. Eso sí, con la idea en la cabeza que trasladó Montoro: “Esta será sólo la primera de una serie de acciones”.

La reacción a esta protesta ha llegado poco después desde la Federación de Industria de CCOO en Cádiz. Su responsable, Jesús Serrano, ha explicado a este periódico que “es fácil sacar a la gente cuando está como está, desesperada y viendo que en pocos meses van al paro, para volver después al astillero. CCOO, cuando tenga que sacar a la gente a la calle, lo hará y no regresarán hasta que no tengamos la solución”.

Según Serrano, “ni el comité de empresa ni este sindicato van a firmar nada –en referencia al plan industrial de Navantia– que perjudique al astillero de Puerto Real”. Y finalizó afirmando que “es muy desleal que UGT esté negociando en Madrid y, al mismo tiempo, en Cádiz esté movilizándose. Porque es en Madrid donde se busca la solución real a este problema, que no es repartir la carga de trabajo de San Fernando. CCOO no quiere eso, quiere un futuro estable para Puerto Real y eso se consigue negociando en Madrid”.

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