Me parece una excelente noticia el derribo de las naves industriales adosadas a la trasera del edificio de la antigua Casa de Misericordia u Hospicio, luego Institución Fernando Quiñones y hoy aún llamado Edificio Valcárcel, para formar una nueva plaza en el barrio de la Viña. Aparte de constituir un desahogo para el barrio, permitirá una mejor valoración y uso de la fachada posterior del edificio.
Se trata de uno de los edificios abandonados más maltratados de la ciudad, junto a la Escuela de Náutica, antiguo Instituto Columela, Monasterio de Santa María, Institución Provincial Gaditana.
Llegó a hacerse un proyecto básico para establecer en el mismo la Escuela de Magisterio, mediante concurso público, pero ello ha sido olvidado.
La Casa de Misericordia, establecida inicialmente en el cuartel de Santa Elena, se trasladó en 1740 a este edificio construido expresamente por Torcuato Cayón y terminado hacia 1760, con una planta análoga a la de la Cárcel real, es decir, con un patio central monumental y dos patios laterales menores. Las fachada neoclásica, con ligeros detalles barrocos, ofrece un frente a La Caleta que establece el frente definitivo de la Ciudad al mar en esta zona, al igual que los cuarteles en la zona de Genovés.
El Marqués del Real Tesoro auxilió a la Hermandad de la Caridad en este empeño. El conde O´Reilly, en su corta estancia en Cádiz como Gobernador militar desde 1780 a 1786, se ocupó del funcionamiento del Centro, estableciendo en el mismo una escuela de dibujo, que se acompañaba de 45 telares, carpintería, hojalatería, imprenta, herrería, sastrería, tonelería y otras industrias para formar a los jóvenes alojados. Se mantenían en la casa más de 800 personas, incluso a finales del siglo XIX (Pablo Antón Solé: El Cádiz del conde O Reilly, Aula militar de cultura, 1967. Guías Rossety).
En 1966, la Diputación provincial acometió una fuerte reforma del edificio consistente en sustituir todos los techos de madera por forjados de hormigón armado. Ello constituyó un grave error, ya que estos elementos son incompatibles con los muros antiguos de piedra, ladrillos y morteros de cal, cuya elasticidad queda coartada por el empotramiento en los mismos de los elementos de hormigón armado. Se produjeron grietas en el edificio, especialmente una en el centro de la fachada principal.
Por encargo de la Diputación, en 2001 redacté diversos informes sobre el estado del edificio y un proyecto de sustitución de los forjados de cubierta por nuevos forjados de madera. Se comenzó la obra y cuando llevaba un 50% aproximado de ejecución, fue paralizada en abril de 2002 por decisión de la Diputación, acabando con la actividad educativa porque el edificio se iba a vender para destinarlo a uso hotelero. Estas circunstancias las puse hace unos meses en conocimiento del los servicios técnicos de la Diputación.
La realidad actual es que la mitad de la cubierta se encuentra rehabilitada, con suelo transitable horizontal. Existen ahora obras en ejecución mediante vigas metálicas, según se publica en este Diario. No sé si se han tenido en cuenta las circunstancias apuntadas ni si el sistema proyectado es compatible con la naturaleza de la estructura de muros del edificio.