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Avox no lo oirán hablar del cambio climático, ni de los objetivos de desarrollo sostenible e inclusivo. Prefiere señalar a los inmigrantes como si fueran los únicos responsables del problema de inseguridad que se vive cada vez con más preocupación, o hablar del disparatado precio de la fruta y las verduras. Esta fórmula simplista le funciona para atraer en buena medida a los mismos que buscaron refugio en Podemos para canalizar su indignación. En los problemas del día a día es donde clava su discurso populista, a sabiendas de que hay una clase trabajadora que se siente cada vez más huérfana. Y aunque no ofrece soluciones tangibles, el personal le presta atención porque su expediente está casi limpio y porque dice lo que la gente quiere oír. Vox le debe su auge al PP cuando se dispersa y a Pedro Sánchez, con permiso de Zapatero, por su obsesión por dividir y llevarlo todo al terreno ideológico. Sabe que con los de Abascal al alza, Feijóo no gobernará en solitario, de ahí su afán por sacar la figura de Franco a pasear.
Tampoco necesita Vox ayuda para tensionar el ambiente, como se ha visto con los incidentes de Torre Pacheco. Abascal proclama que a los inmigrantes ilegales hay que deportarlos a todos. No sólo a los que delincan, como sugiere el PP. ¿Qué es eso de que los más jóvenes se paseen con el móvil alegremente por nuestras calles, verdad? A todos sin distinción, ignorando que la inmensa mayoría de los legales fueron ilegales en su día. Lo que no explica es quiénes se ocuparían de cuidar a los mayores y de recoger las fresas y de servirnos detrás de la barra. Porque el mismo personal que despotrica contra la inmigración no parece dispuesto a trabajar en el campo mientras se lo permita la sociedad del bienestar y esa paguita que siempre ayuda. Sus abuelos en cambio no tuvieron tanta suerte. El fenómeno de Vox no es local, es global, y no es fácil contrarrestarlo. Que le pregunten a Feijóo. Con el relato trumpista se han adueñado del debate de la inmigración y han obligado al PP a endurecer su discurso. ¿Qué otra cosa podría hacer? Moreno aboga por negar, mientras pueda, la posibilidad de gobernar con Vox, y en caso de necesitar sus votos en el futuro dejarle la pelota en su tejado. Los de Abascal sólo podrían dejar pasar al PP en minoría o facilitarle otra investidura al PSOE. Si hay bloqueo habría que volver a las urnas y a ver qué pasa. Parece una estrategia razonable, pero en el PP no todos los tienen claro y por eso siguen confundiendo al personal como ya ocurrió antes.
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