El salón de los espejos
Stella Benot
La Transición andaluza
Desde la plaza de la rosa de los vientos, o mejor, desde la propia playa de Santa María del Mar se puede tener una buena panorámica de la ciudad de Cádiz. Pero si se fija la mirada en el casco antiguo se verá, sin el menor esfuerzo, que hay tres edificios que rompen totalmente su silueta. Tres edificios aberrantes en el urbanismo gaditano que destrozan el "skyline" que ahora los urbanistas de todo el mundo tienen como criterio fundamental para valorar una ciudad en su conjunto.
En el siglo XIX estuvo de moda el retrato recortado de la silueta del rostro (el "retrato de sombra" o "silhouette") como lo que mejor reflejaba el conjunto singular e irrepetible de cada persona. De igual forma, lo importante en el skyline es el carácter de integración de los elementos arquitectónicos singulares en el conjunto. Una valoración originalmente técnica, que vinculada a la cultura de la imagen y al mundo del comercio turístico se ha convertido en una moda con múltiples manifestaciones: logotipos, pins, postales, camisetas, etc.
Naturalmente, no es este el único punto de vista privilegiado de la ciudad de Cádiz, hay otros bien conocidos por los fotógrafos en sus encuadres y, en general, por los observadores atentos, que también tienen otros edificio rompiendo la línea del cielo, la imagen histórica y la valoración general de la ciudad. En este sentido, he visto en más de una ocasión que pintores figurativos, para mejorar la imagen de Cádiz, ya modifican, por sentido estético y a voluntad, el skyline real de la ciudad.
Cuando se han hecho aberraciones urbanísticas, en épocas en las que primaban los criterios economicistas y no exitían marcos legales que protegiesen los intereses generales (en los que también se incluyen los valores históricos y culturales), los ciudadanos y sus representantes institucionales, además de lamentarse, deben poner las medidas adecuadas para su corrección, por lo que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, aprobado en y para el siglo XXI, debería tener un capítulo específico sobre este asunto.
La personas tenemos un breve periodo de vida y los edificios (algunos) algo más, pero los pueblos y las ciudades seguirán permaneciendo, por lo que es conveniente ir poniendo las medidas para la adecuada recuperación del skyline del Cádiz del mañana, señalando los edificios que lo rompen y sacándolos de ordenación, para que el tiempo, no a corto plazo, vaya permitiendo la adaptación de las condiciones personales de los propietarios y residentes a los intereses generales de la ciudad. Sin prisas, pero sin pausa.
Esta tarea que consideramos políticamente necesaria no es más que la otra cara de la rehabilitación de los edificios catalogados como de especial protección y, en general, del caserío histórico del casco antiguo. La misma filosofía y los mismos objetivos deben tener las obras que se emprenden por las administraciones para consolidar edificios de valor singular y las prohibiciones de obras que prolonguen la vida de las aberraciones ejecutadas en los días negros de la historia local.
Estimo que sería interesante que un día pudiéramos colgar en Internet el skyline de la ciudad de Cádiz, junto al de otras grandes ciudades que, sin los valores arquitectónicos de nuestro conjunto urbano, tienen que subir y subir alturas en una competencia que nosotros tendríamos ganada.
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