El salón de los espejos
Stella Benot
La Transición andaluza
Yla verdad es que no sé quién tendrá la culpa. Pero, que sepa mi querido lector, que no pretendo realizar un inventario de siglas o de acrónimos que aparecen constantemente tanto en medios periodísticos en papel, en las distintas emisoras de radio o de televisión, como en cualquier soporte digital que nos invade. Pues, sólo pretendo llamar la atención y concienciar a los receptores de estos medios, para que no desesperen ante tan desbordante irrupción de estos términos que la mayoría de las veces nos trastocan la lectura e inmediatamente buscamos si, a lo largo del desarrollo de lo que nos entretiene, se nos ha aclarado de qué se trata. A veces el autor nos lo revela y otras, la mayoría, no. Suponiendo, digo, que ya se nos ha dado por sabido. Y ahí está la cuestión y mi desconcierto. Hasta hoy no existe un verdadero diccionario de siglas, los hay como sucedáneo, pero es tal la invención constante de estos jeroglíficos lingüísticos, que cualquier intento para inventariarlos se tropieza con el inexorable paso del tiempo, pues a unos por pasados de moda los borra y otros, que con una vertiginosidad inusitada, acaban de nacer. No obstante, sea como sea, un diccionario de siglas o lo que pueda parecérsele, cada vez es más necesario para leer el periódico.
Y así, hace ya tiempo, me topé con una sigla que al desglosarla y entenderla, me causó una gran extrañeza. Sorprendido entendí que se trataba de ese lugar donde estuvo el CIR 16 (cuartel de instrucción de reclutas) -una sigla más, pero para los isleños un acrónimo- o, también entre nosotros, el cuartel de soldados de Camposoto. Una sigla que hasta hace muy poco tiempo denotaba una frustración más, significaba uno de los mayores fracasos -después de tantos- de los últimos tiempos, una ruina que amenazaba aún más a esta Isla que se nos iba desmoronando. Y esa sigla, como habrá intuido mi sabio e isleño lector, es CEFOT (centro de formación de tropas), que ha pasado a ser, hace muy pocos días, la sigla de la esperanza, la de la certeza o del sereno consuelo. Una transmutación -desde la sinrazón y la desesperanza a la anhelada ilusión-, cuyo artífice no ha sido otro sino nuestro actual Alcalde. Le duela a quien le duela o se alegre el que pueda.
Aunque, yo diría, que no se me enfade mi reconocida Patricia Cavada que, como mi lector sabe, es a la sazón la candidata socialista a la Alcaldía isleña. Una mujer hecha y derecha que sabe lo que desea, muy inteligente -me consta, como profesor que lo fui-, pero que debido a ello se ha de alegrar de lo conseguido por Loaiza. Porque si hay que aplaudir al Alcalde se aplaude, y no por ello va a perder votos, sino todo lo contrario, y que no se deje llevar por esa marabunta del pesoe isleño que se come y se traga a todo lo que le incomode. Porque hay que regenerar, tú lo has dicho.
Por tanto, mi lotero lector, y es precisamente hoy, a esta Isla desprevenida le ha tocado el "gordo". Aunque, más de uno diga, muy encorajinado, que solamente "ha tocao lochao". Perspectivas diversas y… ¡Feliz Navidad!.
También te puede interesar
El salón de los espejos
Stella Benot
La Transición andaluza
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
Quousque tandem
Luis Chacón
Freislers y vichinskys
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Fernando Savater