
Notas al Margen
David Fernández
Andalucía tiene que gobernar su futuro
Hoy terminan los cuatro meses en los que una importante cantidad de gaditanos se dedican a la identidad local, los que se parten la garganta por Cádiz en Carnaval, los que elevan sus plegarias al altísimo durante la Semana Santa, a veces los mismos. Dispondremos de ocho meses donde no nos darán mucho la brasa, quizás alguna procesión de cualquier invento o algún festival carnavalesco. Antes en Cádiz el Carnaval duraba un mes y la Semana Santa, una semana. Ahora el coñazo de las tradiciones dura meses. Los que cantaron su amor por Cádiz con tanta intensidad tendrán la oportunidad de luchar por la ciudad en su barrio, en su empresa, con iniciativas de todo tipo, con el compromiso por el futuro de Cádiz. Toda esa cantidad de penitentes, acólitos, cargadores, integrantes de bandas de música, miembros de las juntas de gobierno e incluso los que van a ver procesiones, ahora tienen tiempo para ejercer los preceptos de la fe en la que creen: la caridad para con los desfavorecidos, poner la otra mejilla, evitar la lujuria, la envidia, la gula y las recomendaciones de lo que para ellos es la Santa Madre Iglesia. No me cabe duda que ninguno ejercerá el adulterio, todos estarán casados por la Iglesia, harán donativos para el funcionamiento de sus parroquias, no serán codiciosos, ayudarán al prójimo. Por supuesto ninguno será maledicente, todos perdonarán las ofensas, viviremos en una ciudad pacífica, antesala del paraíso porque si han vivido su fe con tanta intensidad será por algo. Teresa Rodríguez podrá ir al Rocío, a las ferias, a los juanillos, a las puestas de sol en La Caleta y todas esas cosas que hacen los trotskistas. Esos concejales que iban a los templos, primero que devuelvan a Isi los chaqués, que cada día de alquiler es una pasta, luego que sean congruentes con la religión por la que procesionaron, no se insulten, no cobren por los cargos de representación que ocupan sino que trabajen por los demás con abnegación, probidad y sin esperar nada a cambio, como se supone que hizo Jesucristo, a quien ellos acompañaron en el cortejo o en el templo. Será así porque no he visto yo mayor expresión política de apoyo a una religión que la ofrecida por PP y PSOE. Todos ellos, los políticos y los cofrades, irán a misa, confesarán sus pecados, comulgarán y vivirán su fe de acuerdo con lo que dicta la Iglesia en la que creen. No basta con llevar a los niños a San Felipe o a Las Esclavas para que lleven los uniformes y así poder presumir, hay que inculcarles a las criaturas todo el cúmulo de creencias divinas. Cádiz empieza una temporada de paz y amor si nos atenemos a lo que dicta la Iglesia, que se supone deben cumplir los que han presumido esta semana.
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