Ya huele a Feria

POR mucho que digamos que si el Carnaval, que si los patios, que si la Virgen del Carmen, que si la Patrona… todas y cada una de estas celebraciones tienen en su justa medida su sitio en El Puerto, las mundanas y las religiosas. Tal es así que considero una obviedad proclamar a los cuatro vientos que la fiesta por antonomasia de El Puerto de Santa María es la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino. Y digo bien, Fiesta del Vino Fino porque lo que se bebe y lo que se debe beber en el Real de las Banderas de El Puerto es el vino fino, un producto tan nuestro como tan poco valorado por las nuevas progenies.

El olor a Feria no es un olor cualquiera, es un olor casi intangible pero perceptible a todo aquél o aquella que lo quiera oler, es un olor que empieza con el de azahar de la Semana Santa y termina con el de la flor del amor que no es otro que el irreprochable y siempre elegante clavel.

La mujer porteña huele a feria durante todo el año pero es en estas fechas cuando preparando sus abalorios del traje de faralaes y rematando los pespuntes a mano para ajustarlo al nuevo talle, es, digo, cuando la Feria de El Puerto empieza a tomar cuerpo porque ya se va oliendo por sus calles.

El primer verdor no sería tan primaveral si no existiese la Feria de El Puerto porque para nosotros, los portuenses, los porteños, nuestra Feria está por delante de cualquier otra del lugar. Porque en nuestra Feria hemos pasado los mejores momentos de parte de nuestras vidas y eso, hace que nuestra Feria huela de manera tan especial. Hace que huela a azahar, a albero mojado, a vino fino, a beso robado, a una sonrisa alumbrada con carmín, a una mirada extraviada o a una Carmela que la visita por primera vez y se queda prendada.

La Feria de El Puerto es la más grande del mundo entero porque los que ya se fueron vuelven por primavera a inundar de olor a flores frescas las calles Fino Camborio, Tierra, Mar y Vino, o Fino Coquinero y ya de paso no olvidarse de cómo huele su Feria, la que ellos adornaron con hojas de palmeras. Por todo esto y por mucho más, El Puerto ya huele a Feria.