El Palillero

José Joaquín / león

Noticias buenas

Ben Bradlee, el gran director del Washington Post recientemente fallecido, recibió en los ochenta la visita de un viaje de estudios de una facultad de periodismo española. "¿Qué haría -le preguntaron los profesores- para formar periodistas excelentes?" Contestó: "Hacerles leer todo Shakespeare". En sus obras se expone la profundidad del alma humana, sus pasiones, vicios y virtudes, nos explicó años después el profesor Paco Sánchez, al que le gusta esa respuesta tanto como a mí.

No me extrañé, por tanto, cuando hace unos días un importante periodista de aquí me aconsejaba imperiosamente la serie Juego de tronos. De esa serie, que aún no he visto, se dice que es muy shakesperiana. Como de The Wire, que sí vi. Y que me ha venido muy bien, en efecto, para entender la importancia de una noticia de nuestra provincia.

La de esas funcionarias de prisiones a las que un peligroso narcotraficante preso había ordenado "dar un susto". Quería vengarse porque no habían firmado unos informes favorables a su paso a un grado penitenciario mejor. Ya estaban siendo seguidas y los "encargados" del capo tenían mucha información de ambas. La noticia en el Diario iba acompañada de una foto del señor presidiario que quitaba el hipo.

Por la serie, en la que también hay un poderoso narcotraficante preso, aunque de imagen mucho menos impactante que el real, sabe uno que estas cosas no son de broma. Y por eso puede ponerse en la piel de esas dos funcionarias: revivir su angustia y, sobre todo, celebrar su coraje. Son dos heroínas. Están cumpliendo su deber a pesar de las grandes presiones y los riesgos reales. Y, gracias a tanto valor, nuestras calles estarán más seguras, las sentencias se cumplirán con más fidelidad e, incluso, los presos que sí merezcan beneficios penitenciarios los obtendrán de buena ley. La primera medida política contra la corrupción sería honrar muchísimo más a los héroes y a las víctimas, como a esos policías muertos en Vigo en acto de servicio.

El mismo día, dos páginas después, Antonio Morillo, nuestro veterano y venerable colega de columnismo, proponía crear una sección en el periódico llamada Buenas noticias, que contrapese tantas malas como no hay más remedio que dar. Con efecto retroactivo, el Diario, mostrando el valor cívico de esas dos funcionarias, lo cumplía. Lo de ellas vale para un apartado llamado Noticias épicas o, incluso, Noticias shakesperianas.

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