Nacho Moreno, Falsarius Chef

El mundo pierde a un innovador en esto de los libros de cocina,y la gastronomía y Cádiz pierden a uno de sus novios

Nacho Moreno Cuñat era lo que se conoce como un genio, una de esas cabezas capaces de imaginar lo imposible y, por si fuera poco, con ello hacer felices a los demás. Era uno de esos enamorados de la luz de Cádiz, tanto que estuvo viviendo muchos años aquí en el sur, en El Puerto de Santa María.

Me cautivó con un personaje que creó para el mundo de la gastronomía, Falsarius Chef, un cocinero con el que intentaba "cachondearse", porque Nacho era en el fonde su alma de Cádiz y manejaba bien esta palabra, del mundo de los cocineros estratosféricos..

Yo creo que Falsarius lo creó también para poder salir en público venciendo su timidez y así, con una nariz colorá y unas gafas, como aquel personaje que salió en el cartel del Carnaval de Cádiz, narrar recetas que él llamaba impostoras y que no eran otra cosa que platos elaborados con conservas, productos congelados o cualquier otra cosa comprada en supermercados baratos.

Al principio leía a Falsarius porque me reía, pero terminé elaborando algunos de los platos que proponía y cuál fue mi sorpresa que aquello salía bien y ese truco de hervir en agua las legumbres en conserva conseguía quitarle todo sabor a lata y lograba que dieran el pego hasta a los conocedores más profundos del menudo.

Nacho Moreno Cuñat logró crear un nuevo tipo de literatura de las recetas, el recetario divertido. Y logró, tanto por escrito como luego en su versión de vídeo, captar a miles de personas a las que creo que les pasó igual que a mí, que se acercaron por la broma y terminaron cautivados por su cocina.

Nacho llegó a montar incluso un restauarante en El Puerto de Santa María y era un defensor y consumidor de la cocina gaditana y andaluza. Nacho era de mojá pan, del guisoteo, y rechazaba el mundo de la cocina de las estrellas, de las exageracionen en esto de cocinar.

Me ha dolido mucho enterarme de su muerte. Le tenía mucho aprecio y era un gran admirador de él y de su magia en el lenguaje de la cocina. El mundo ha perdido un innovador en esto de los libros de cocina, y la gastronomía y Cádiz han perdido a uno de sus novios, a uno de esos gaditanos que nació donde le dio la gana pero que tenía la sangre aliñá con agüita salá. Gran abrazo, Nacho.

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