Ídolos, mitos y leyendas

DESDE los orígenes de lo que hoy llamamos España, los diferentes pueblos y culturas que se mezclaron en la Península Ibérica hicieron de este territorio un auténtico crisol para la aparición de las leyendas que, según la santísima RAE, no son más que una relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos.

Cercano a este fenómeno se antoja el traer aquí los mitos, con la diferencia sustancial de que éstos no se encuentran centrados en un tiempo histórico y los suelen protagonizar héroes. Aunque un mito también es alguien que se encuentra rodeado de extraordinaria estima (lo que le transforma en un ídolo), incluso a veces sin que las cualidades que se le atribuyen sean reales.

Sea como fuere es complicado establecer los límites de cada una de esas palabras, sobre todo en base a las razones que puedan dar más o menos credibilidad a sus argumentos.

Para los amantes de las estadísticas se lo pondré fácil (al igual que para todos los que tras leerme jamás me invitarían a cenar): 33 años, 550 partidos en Liga, 45 en Copa y 135 en competición europea, 228 goles en Primera, 25 en Copa del Rey y 69 en Europa. Más de 700 partidos y ninguna expulsión tras 16 temporadas vistiendo de blanco y traspasando la centena en internacionalidades con la selección. Algún que otro gesto de dudoso gusto mandando callar a un estadio entero en cierta ocasión, pero jamás una mala palabra para un rival, un compañero o un superior.

Su juego nunca fue el más brillante, aunque en sus comienzos ejecutaba sus acciones de gol con gran calidad técnica. Su trabajo nunca fue oficialmente reconocido por ningún organismo internacional, tal vez porque siempre tuvo homólogos superiores en cada momento de su carrera.

En cualquier caso, este es Raúl. ¿Se ajusta a la definición que plantean estos conceptos? Juzguen ustedes mismos.