EL ALAMBIQUE

Luis Suárez / Ávila

Gentes y habitantes

JOSÉ María Morillo se ha empeñado en una tarea de monos. Yo no sé, porque no lo sé, si a eso se le llama web o blog. Lo cierto es que pinchando gentedelpuerto.wordpress.com en su ordenador puede usted entrar en un mundo conocido o desconocido, según se mire, de este Gran Puerto. El vino, los personajes, la pintura, la Virgen de los Milagros y muchas cosas más desfilan por esa página con rigor y, sobre todo, con todo lujo de detalles y fotografías. Gentes de las que nunca supimos quiénes eran, pero que las hemos visto por la calle infinidad de veces, e incluso hemos hablado con ellas, eran un pozo de secretos y sus vidas, descritas por José María, con fotos intercaladas, enriquecen esa web o blog. Vivos, muertos, notables, corrientes y molientes ciudadanos son puestos al público conocimiento de los consumidores de la red de redes. Vidas secretas, discretas, públicas, semipúblicas, anónimas, todas son vidas ejemplares. Cada vida es ejemplo para otra vida. Debe ser bastante laborioso sacar cada día a un portuense o habitante a la palestra y darlo a conocer a sus conciudadanos. Así surgen los comentarios, también cada día, de uno o de otro que completan las vidas y milagros del sacado en la nótula. Día a día la página se va enriqueciendo con nuevas etiquetas de vinos, licores y compuestos de tal cual bodega o destilería portuense por la que uno se pasea como por un cementerio de elefantes. Por la página van deambulando los manes y penates, los dioses y los demonios familiares de este Gran Puerto. La página, día a día, va creciendo con lugares y rincones portuenses, algunos hoy irreconocibles, y pintores que los han ido dejado fijados, mientras la ciudad ha ido adocenándose y apenas nada hoy puede mostrarse sin enrojecerse de vergüenza. Una de las secciones más interesantes es la más nueva, la de la Virgen de los Milagros. Pintura, cerámica, orfebrería, escultura, van apareciendo en esta galería iconográfica. Todo ello está adobado con citas marginales de Mariano López Muñoz, de Pedro Muñoz Seca, de Aquilino Duque, de Manuel Benítez Carrasco, de Juan Ignacio Varela, de Fernando Polanco. Echo de menos los tres magníficos y rotundos sonetos dedicados a El Puerto de José Luis Tejada. Sí, los mismos que están en bronce en el monumento de su paseo, frontero al río. Quede dicho.

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