No somos 'haters'

Por no repetirme, no voy a entrar a analizar el listado de infracciones, delitos y salvajadas de los días de la motorada. Ya se ha publicado bastante. Me gustaría, sin embargo, pedir un poco de respeto por quienes intentan -intentamos- abordar el debate de forma madura.

A mí no me gustan las motos ni disfruto con la motorada. Tampoco gano dinero. Por mí, como si la anulan de por vida. Pero entiendo que mi opinión es solo una más y que un Ayuntamiento no puede moverse por mis caprichos. De modo que estoy dispuesta a soportar unos días de aglomeraciones, de calles cortadas, de badenes en los accesos. Me aguanto por ‘el bien común’, que por lo visto aquí es la dinamización económica de la ciudad (esto lo asumo como un axioma), y el disfrute de los aficionados. Como yo, seguro que la mayoría de gente que estos días se queja estaría dispuesta a asumir estas molestias, pese a sus intereses.

Así que no, no somos ni derrotistas, ni amargados, ni vamos en contra de El Puerto. Pedimos que todo esto se desarrolle dentro de unos límites, porque una cosa son las molestias y otra los delitos, una cosa es que se formen más atascos de lo habitual y otra que se permitan los caballitos, aparcar en las aceras o circular por calles prohibidas. Y no entiendo tampoco cómo un mayor control podría dañar a la hostelería; que yo sepa no cobran más caras las cervezas a los delincuentes.

Tampoco voy contra los visitantes. Me da igual si el que se salta la ley es de una barriada de El Puerto o cruzó el país para venir. Estas actitudes no pueden permitirse, y la laxitud no hace más que atraer nuevos salvajes para las próximas ediciones.

Espero que mis dirigentes velen por mi seguridad, pongan los medios necesarios para garantizar la convivencia y no jueguen al ‘todo vale’ con tal de atraer más visitantes. Y espero, sobre todo, que escuchen las quejas de la ciudadanía, que nos tomen en serio y no despachen este descontento con un simple “son haters de la oposición”, como he leído en más de una respuesta en redes.