Correr o no correr, esa es la cuestión

09 de septiembre 2025 - 03:03

El fútbol moderno no tiene piedad con los vagos. El talento escasea pero la exigencia física alcanza tal magnitud que hasta los entrenadores más reputados reclaman compromiso y entrega defensiva a sus jugones. Xabi Alonso se lo pide a Mbappé o Vinicius, Flick a Rafinha y Lamine, Guardiola a Haaland y Savinho... Es el fútbol total inventado por Rinus Michels llevado al fanatismo. Por eso, comprobar como Brian Ocampo miraba embobado mientras los chavales del filial de la Real Sociedad le pasaban por su lado como aviones deja una foto muy fea. Repetir que Ocampo tiene calidad es absurdo porque se le ve a leguas, pero en este fútbol moderno concebido para atletas o corres o no juegas. Y me temo que Ocampo va a acabar siendo carne de banquillo a menos que se le meta en la mollera que también hay que correr para atrás. Incluso cuando defendemos con cinco, que, por cierto, no me gusta nada defender con cinco, pero sí, hasta entonces.

Ocampo, Ontiveros y Suso son jugadores diferenciales en el campo. La calidad de este último también está fuera de toda duda. Su compromiso queriendo regresar a casa y rechazando ofertas muy suculentas en lo económico le honra. Pero esto es Segunda División. Hay menos espacios libres que en la calle Libertad un Domingo de Coros, y o se suelta la pelota con rapidez o los zagueros muerden. Da gusto ver a estos tres jugadores asociarse, pero tengo la sensación que cuando los partidos se tuercen y hay que jugar con un punto más de intensidad lo van a pasar mal.

El Cádiz no hizo un buen partido en Donosti, pero a mí me da buenas sensaciones. Y no sólo lo digo por Tabatadze, que ofreció una masterclass de cómo hay que pegarle a la pelota con las dos piernas. Creo que, por primera vez en mucho tiempo, el Cádiz tiene en sus filas a jugadores que van a ser codiciados por clubes importantes y que no sólo pueden aportar a la causa amarilla en el terreno de juego sino también en el aspecto económico. Moussa Diakité es carne de Primera División a poco que continúe con su crecimiento futbolístico. Y, pese a lo poco que pudimos ver el domingo a Efe Ugiagbe, me parece que estamos ante un futbolista con ese punto de atrevimiento adolescente capaz de hacer saltar por los aires la pizarra de cualquier entrenador. Lo del georgiano es punto y aparte. La violencia con la que le pega a la pelota es oro molido para un equipo al que, históricamente, se le han atragantado las defensas cerradas.

Por último, me gustaría profundizar algo más en el dibujo que Garitano planteó de inicio. Siete futbolistas de corte defensivo son demasiados, sobre todo cuando Diarrá prácticamente se alinea con Diakité. No me gusta. Como solución de emergencia puedo aceptar pulpo como animal de compañía, pero este Cádiz tiene buenos futbolistas de ataque para intentar dominar en vez de dejar que te hundan en tu campo. Al Cádiz le faltó el domingo un punto de valentía, incluso cuando llegó a igualar un partido que tenía perdido. Con el rival noqueado no hubiera pasado nada por seguir con el arrebato en vez de regresar a los cuarteles de invierno. Queda mucha competición, pero seamos atrevidos. Juguemos al fútbol.

stats