Cristina Medina | Actriz

“Este show está enfocado a que el espectador se lo pase bien”

  • La actriz sevillana ejerce de maestra de ceremonias en ‘The Hole Zero’, que se representará en el Falla del 19 al 22 de este mes

Cristina Medina, como maestra de ceremonias en 'The Hole'.

Cristina Medina, como maestra de ceremonias en 'The Hole'.

–¿Cómo es The Hole Zero? Se anuncia distinto a los anteriores: se aparca el cabaret y la revista y se centra en la música disco y en una Nochevieja.

–Pues ya lo has dicho tú... Es verdad que The Hole sigue teniendo su sello, que es esa mezcla entre cabaret, disco, y aquí se le añade la música más disco porque la historieta se desarrolla en una fiesta de fin de año del 79 al 80, y es esto es lo que lo diferencia de los otros. Aunque para mí lo que verdaderamente lo diferencia es que hubo The Hole 1, The Hole 2 y ahora el ‘zero’, y cada vez afinan más con los números que hacen los compañeros encima del escenario, porque el formato es el de los The Hole anteriores.

–¿Cuál había sido su relación con esta saga hasta ahora?

–Los he visto todos como espectadora, pero también estuve trabajando en The Hole 1 como maestra de ceremonias hace un par de años y ahora llevo desde la primavera con éste. Los conozco bastante.

–Fue entonces un proyecto fácil de asumir.

–Sí, exactamente, porque la dinámica más o menos ya la conoces y yo me lo paso muy bien haciendo de maestra de ceremonias. Entiéndeme, es que salir allí al vámonos que nos vamos del cachondeo, a pasárnoslo bien, a un show en directo que la gente lo que tiene es que pasárselo bien, partirse el pecho si puede ser y tomarse luego lo que cada uno quiera.

–¿Cómo tiene que acudir el espectador, cómo tiene que afrontar el espectáculo, sin prejuicios?

–Tiene que ir duchaíto, que haya merendado.. (ríe). Bueno, puede ir sin prejuicios o con prejuicios, y que se los quite allí una vez que entre. El espectador tiene que ir a pasar un buen rato agradable, va a ver números de circo que son espectaculares, va a escuchar voces cantando que están muy bien y luego me van a ver a mí que tengo mi tirón también... Lo que tiene que venir es con ganas de divertirse, esto es un show de entretenimiento enfocado cien por cien a que el espectador se lo pase bien.

–¿Se han encontrado alguna vez con alguien que haya rechazado el espectáculo?

–¿Ofendido? Sí, claro, sí. De vez en cuando hay alguna queja que llega desde oficina de algún señor o alguna señora a quien no le ha parecido bien alguna expresión, alguna cosa, y desde aquí solemos hacer caso, y según dónde estemos intentamos evitar esto o lo otro... Pero, en general, no ocurre, ocurre... ¡ostras! Para toda la cantidad de bolos que se hacen, ocurre en una de cada 98 funciones.

–¿No sabía yo que el teatro tenía ofendiditos también?

–Sí, hombre, ofendidos hay en todas partes y gente que no se ofende, también. También hay que mirar para la gente que no se ofende. Esto es como dice la supernanny: a los estímulos negativos no hay que echar cuenta, y ya está.

–Al final se impone el espíritu del espectáculo porque están convencidos de la propuesta.

–Claro, si no lo estamos nosotros... Es un buen equipo, hay una buena complicidad encima del escenario, el equipo se lleva muy bien y eso también siempre se traslada. Yo creo en eso, en la energía que se crea dentro del escenario. En definitiva es lo que nos diferencia de sentarte en una pantalla, que tienes a gente en directo contigo, y eso mola.

–¿Hay algún guiño a la ciudad en la que se representa el espectáculo?

–Pues sí, verdaderamente sale solo. Cuando estoy por el País Vasco, pues suelto algún que otro chistecito vasco que me he inventado yo... en fin, siempre hay algo porque se trata de establecer la complicidad con el espectador.Siempre hay algún compadreo. Imagínate ahora en Cádiz, con el cachondeo que hay... tienes que afinar los chistes porque el público es más gracioso que tú.

–Si a Cristina Medina le dicen Nines por la calle, ¿se vuelve?

–Pues normalmente, no. Es que yo no me llamo Nines. No es una cuestión de que lo haga queriendo, es que no respondo al estímulo.

–Hay una coraza en ese sentido.

–Bueno, es que entonces te estarías girando todo el rato, y llega un momento... son tantos años que te acostumbras a que cuando entras en un sitio te mire todo el mundo, y haces como que no te están mirando. Luego, te saludarán o no, te pedirán fotos o no, pero está claro que entras en un sitio y hay un cuchicheo... Y piensas si te estás convirtiendo en una obsesiva que piensa que la gente me mira; y no, es que la gente me mira. Pero bueno, hay momentos para todo. Cuando estoy trabajando no tengo inconveniente, pero cuando estoy en mi vida privada, con mis hijos por ejemplo, me paro muy ocasionalmente. Es que si no estás muerta.

–Antes de llegar a televisión, tenía ya una larga trayectoria teatral: ¿molesta, da coraje, que llegue así la popularidad?

–Mira, hay cosas que son inevitables. Evidentemente, hay gente que me conoce desde antes que empezara a salir en televisión, con la compañía Pez en Raya, que hemos estado 18 años haciendo espectáculos. Pero sí que es verdad que la pantalla abre un tipo de público que, de otra manera, no iría al teatro. El que me conoce de toda la vida sabe quién soy yo y cuál es mi recorrido profesional, y luego también es cierto que se junta el recorrido profesional con la popularidad, y eso me abre también algunas puertas. Por ejemplo, en de The Hole yo lo haría igual de bien que sin salir en la tele, pero sí es verdad que a nivel de producción a ellos les va muy bien si sales en la tele, les va del copón. Son cosas que abren este tipo de puertas. ¿Coraje? Bueno, de que digan que la tele te permita hacer el teatro que tú quieras: ¡pero si yo llevo produciendo mis shows toda mi vida! Yo estoy feliz, contenta, y sigo haciendo lo que en cada momento creativo me apetece.

–Usted se ha formado en las entrañas del Centro Andaluz de Teatro, Atalaya... ¿hubo una época dorada en el teatro andaluz?

–Hombre, hubo una época dorada del teatro en general antes de la crisis... Todos los años anteriores, con Pez en Raya, hacíamos un chorro de funciones al año. Hubo más bien un boom de éxito. Ha decaído con la crisis, pero está más o menos como cuando empecé. Porque hubo como un boom de apuesta por la cultura, muchos circuitos, pero con la crisis... Hay que recuperar terreno, pero en lo positivo hay gente en este país gente trabajando desde los ayuntamientos... Siempre digo que tendría que haber un premio al mejor programador cultural, porque hay municipios donde había nada y ahora tienen teatros y llenos, con lo difícil que es crear la afición al teatro. Hay esperanzas.

–¿Está al tanto de la actualidad escénica andaluza?

–Me cuesta estar atenta a la actualidad del teatro en general. Sigo manteniendo vínculos con la gente de las compañías donde estuve, en Sevilla. Intento estar lo más al día posible, pero me gustaría estar más al día; pero es que me toca estar en el escenario siempre, estoy más rato arriba que en el sofá de mi casa, y tengo temporadas que me cuesta.

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