Negro sobre negro

La mejor pareja de guardias civiles

  • La última entrega de Lorenzo Silva permite a Bevilacqua recordar sus años en la lucha contra ETA mientras investiga un brutal crimen en las Baleares

Lorenzo Silva.

Lorenzo Silva.

Cuando uno piensa en una pareja de la Guardia Civil automáticamente se le viene a la cabeza la imagen de dos tipos con capote sobre los hombros, mostacho rizado bajo un tricornio y cara de pocos amigos. Pero los tiempos han cambiado desde que el Duque de Ahumada fundara el cuerpo y lo dotara de su célebre cartilla. Ahora, gracias al escritor Lorenzo Silva, cuando se habla de guardias civiles y literatura es inevitable no pensar en Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, los protagonistas de muchas y muy buenas aventuras que los han llevado a desentrañar casos de asesinatos o corruptelas políticas y urbanísticas por todo el territorio nacional.

Portada de la novela. Portada de la novela.

Portada de la novela.

‘El mal de Corcira’ es su último título y además de todos los atractivos propios de los casos de la benemérita pareja cuenta con el atractivo de que una de las tramas secundarias nos hace retroceder en el tiempo para que Vila, Gardelito para los amigos, nos cuente sus años de lucha en el País Vasco.La novela arranca con una detención que no sale todo lo bien que cabía esperar y en la que la brigada Chamorro, natural de San Fernando e hija de marino, recibe un balazo en el hombro que le impide acompañar hasta las Baleares a su compañero.

La misión encomendada al subteniente de la UCO es investigar un crimen. Un hombre de 60 años ha aparecido muerto a palos en una playa de Formentera. Las primeras hipótesis apuntan a que el crimen podría tener connotaciones sexuales porque la víctima era habitual de los ambientes homosexuales tanto de esta isla como de Ibiza, donde solía acudir un par de veces al año en compañía, siempre, de chicos más jóvenes.

La cuestión es que no se trata de cualquier hombre sino de un ex miembro de ETA. Esto hará que Bevilacqua cuente a su legión de seguidores –al fin– sus años en Euskadi, cuando perseguía a gudaris primero de verde y luego como integrante del grupo de Información, capitaneado por Pereira, que actualmente ha ascendido en el escalafón hasta ser teniente general y el máximo responsable de que nuestro guardia no se aburra nunca.

Jugando con los tiempos y con ambas historias, Lorenzo Silva construye una muy buena novela policiaca en la que salen a relucir los durísimos años de la lucha antiterrorista en los húmedos bosques vascos y en hermosísimos pueblos dominados por la ley del silencio, en el que más valía ver y callar.A pesar de que en algunos momentos se echa en falta el contrapunto que le da a Bevilacqua la brigada Chamorro, lo cierto es que Silva vuelve a intrigarnos y a encadenarnos a sus páginas como ya hiciera con obras notables como ‘La marca del meridiano’, premio Planeta en 2012, ‘La niebla y la doncella’ (2002), ‘El alquimista impaciente’ (2000) o ‘El lejano país de los estanques’ (1998) título con el que inauguró la serie, que ya alcanza la docena de aventuras. Que sean muchas más.

La Saga: La inspectora Amaia Salazar y la Trilogía del Baztán

Y si con Bevilacqua hemos recorrido los húmedos y tupidos bosques vascos, nuestra protagonista de esta sección nos hizo enamorarnos del valle del Baztán. Hablamos de la inspectora Amaia Salazar y de la pluma de Dolores Redondo, que construyó una espléndida trilogía en la que mezcla el mejor suspense con la tradición oral de las leyendas de Navarra y Euskadi.

La Trilogía del Baztán. La Trilogía del Baztán.

La Trilogía del Baztán.

El primero volumen, ‘El guardián invisible’, sirve para presentarnos a Amaia Salazar y su pinturesca familia. Como inspectora de la Policía Foral de Navarra le toca investigar los crímenes de un psicópata que mata a adolescentes, a las que desnuda y deja un típico dulce vasco cubriendo su pubis. Siempre a la orilla del río Baztán, la cabecera del Bidasoa.

Conforme avance la historia Redondo va desentrañando el oscuro pasado familiar, sobre todo en torno al personaje de la madre de Salazar. Y hasta ahí podemos leer.

El segundo título de la trilogía se llama ‘Legado en los huesos’ y en ella la historia avanza con nuevos giros, pero siempre en torno a la familia, a Amaia, sus hermanas, su madre y su tía Engrasi. A partir de aquí, el juez Markina, que dirige las investigaciones de la inspectora, va cobrando mayor protagonismo. El tercer título es ‘Ofrenda a la tormenta’. Los tres han sido llevados a la gran pantalla con un resultado aceptable pero sin la brillantez de los libros.

Ruth Gabriel y Carmelo Gómez en una escena de la película. Ruth Gabriel y Carmelo Gómez en una escena de la película.

Ruth Gabriel y Carmelo Gómez en una escena de la película.

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